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CUANDO NIKLAUS ENTERRÓ LA ESTACA DE ROBLE BLANCO EN EL CORAZÓN DE SU HERMANO, ÉL TAMBIÉN SINTIÓ SU CORAZÓN SER APUÑALADO

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CUANDO NIKLAUS ENTERRÓ LA ESTACA DE ROBLE BLANCO EN EL CORAZÓN DE SU HERMANO, ÉL TAMBIÉN SINTIÓ SU CORAZÓN SER APUÑALADO.

Poco a poco ambos dejaron su color normal para pasar a estar completamente grises, marcando también todas las venas en todo su cuerpo de un tono grisáceo oscuro y pronto el viento de Nueva Orleans voló sus cenizas por toda la ciudad.

A los ojos del híbrido, la oscuridad lo consumió. Lo que él tanto temía; no tener paz y ser consumido por una gran oscuridad como esa.

—¿Elijah? —llamó preocupado viendo a la nada misma.

Pero nadie respondió.

Hasta que una luz blanca apareció frente a él y rápidamente con curiosidad camino hasta ella, viendo como de a poco la luz se hacía cada vez más grande y lo consumía.

¿Había alcanzado la paz? ¿Finalmente podría descansar?

Pues no.

Cuando cerró sus ojos por la molestia de la luz, comenzó a oír un sonido a la lejanía... era algo constante pero diferente, relajante.

Y finalmente abrió sus ojos. Vió frente a él el océano, las pequeñas olas llegaban hasta unos metros frente a sus pies, el sol estaba iluminando el día pero no tan fuerte como aquella luz mientras que ahora podía oír claramente el oleaje junto a las aves que pasaban sobre su cabeza.

¿Donde diablos estaba?

¿Ese era su paraíso o su infierno?

Y más importante que nada, ¿quien era aquella mujer que se acercaba por su derecha?

AFTERLIFE - Klaus Mikaelson. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora