13.

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El tiempo pasó velozmente y tristemente para Hope ningún hechizo podía cumplir el objetivo de traer a Alysa a su mundo, o contactarla de alguna forma o mandar a su padre por un tiempo allá.

No había nada en su grimorio.

Y eso la ponía muy triste, sin poder ayudar a su padre que todos los días parecía extrañar más a la rubia aunque lo disimule ante la presencia de la menor pero solamente pudo apoyarlo con su cariño y distraerlo.

Así pasaron los años, los cuadros con Alysa en ellos habían sido colocados bajo llave a petición de su padre y él jamás volvió a hablar de ella, hasta quito el amarillo de su paleta de pinturas para no pintarla en sus momentos de distracción.

Pero él seguía manteniendo su recuerdo en su memoria.

Una noche Hope iba a despedirse de su padre antes de irse a tomar el autobús para volver al instituto Salvatore cuando lo encontró revolviendo sus cajones desesperado.

Por sus movimientos bruscos y su desconcentración con el exterior, no sintió a la menor en la puerta de su habitación, en cambio, él continuo buscando algo desesperadamente.

Hasta que Hope lo vió soltar un gran y largo suspiro de alivio mientras se sentaba en su cama. Alzó su mano con un anillo sencillo entre sus dedos viéndolo con aprecio.

No, no era un anillo de compromiso el cual le iba a dar a Alysa cuando estaban juntos.

Aquel anillo podía ser solamente eso.

Recordaba el día en que Alysa insistió en hacerle un cumpleaños (en una fecha completamente inventada pues no recordaba cuando era su propio cumpleaños) y en la noche, la rubia lo alejó del grupo de amigos que habían adoptado al original con ellos desde que se conocieron y se llevaron bastante bien.

Fueron hasta la orilla del mal, su lugar habitual, donde la rubia le dió una pequeña cajita con un lazo color azul oscuro.

Le fue inevitable no sorprenderse, ella era la primera persona fuera de su familia que le daba un regalo.

Un tanto sorprendido y consternado abrió la caja viendo dos anillos idénticos.

"El otro día los vi en la tienda y la señora me dijo que son anillos de promesa. Sé lo que significan los anillos de promesa pero quise hacerlo diferente; con este anillo te prometo que estaré siempre a tu lado apoyándote hasta que decidas dejarme ir."

Recordaba también como la abrazó fuertemente y luego de colocarse sus anillos iguales, la besó tiernamente.

Cerró sus ojos apoyando en su frente aquel anillo mientras se inclinaba dolido por el recuerdo pero rápidamente se quitó su collar y lo colgó ahí, junto al colmillo que siempre llevaba.

Y desde la puerta Hope lo vio tristemente, se esforzaría más por ayudarlo.

























Nuevamente el tiempo pasó rápido. Hope ya era una adulta que cursaba la universidad humana, a petición de ella, su padre la había dejado ir a seguir estudiando como un humano lo haría.

Pero eso no la detuvo de buscar alguna solución durante todos esos años.

Las hermanas Saltzman se habían unido a su búsqueda y le enviaban todo lo que creían que podía ayudarle, estaba sumamente agradecida por aquello.

Una noche en su habitación en el campus de la universidad recitaba los hechizos que sus amigas les habían mandado y ella había dejado en espera pues estaba en época de exámenes.

De esa noche solamente recordaba cerrar sus ojos mientras murmuraba un hechizo y luego vió a una mujer adulta recostada en su sofá, parecía dormida pero cuando vió las pastillas y las cartas entró en pánico.

¿Aquella era Alysa?
¿Se había quitado la vida?

No podía creerlo, la imagen de su padre la iluminó e impulsó a continuación con su hechizo. Lo recitó correctamente pero nada paso, nada más que un soplido de viento.

Había fallado.

Ese fin de semana se decidió por ir a su hogar y estar con su familia, sintiendo pena por la rubia preguntándose que la orilló a hacer aquello pero también cuestionandose a si misma de si decirle a su padre aquello o no.

Decidió no echarle limón a la herida y disfrutó sus días juntos.

Hasta que el martes por la tarde su padre la sorprendió en el campus, pidiéndola llevarlo hasta su habitación. Una vez ahí encerrados su padre le contó su encuentro con su rubia, en el barrio frances, afuera de su preciado bar Rousseau.

Hope abrió sus ojos sorprendida y ante ese gesto su padre sospechó, así que preguntó directamente sólo como Klaus Mikaelson sabía hacer y su hija admitió todo, contándole también el final de la rubia que había visto.

Klaus se sorprendió tanto que tuvo que tomar asiento en la cama de su hija, quien se sentó a su lado tomándolo de la mano.

Su rubia se había suicidado.
Pero aquí estaba esta otra rubia que pareció reconocerlo vagamente.
Y si su hija metió magia en esa ecuación...

Sinceramente no sabía que significaba.

Solamente sabía que se acercaría a ella, a cualquier costo, contra cualquiera.

Y ojalá no venga nadie a tratar de evitar que el original conozca nuevamente a su rubia, porque lo pagaría con su vida.





















Ahora si le doy cierre a este pequeño y humilde libro. Hope fue quien ayudó en todo, la amamos. <3

Gracias por leer, votar y comentar. Desde un inicio sabía que esta historia sería corta porque así me lo imaginé, corta pero profunda y espero haberlo logrado, y espero de todo corazón que lo disfrutaran.

Se despiden; Alysa, Klaus y Danna. <3

AFTERLIFE - Klaus Mikaelson. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora