₀ ₄ ₅ : 𝐃𝐞𝐛𝐨 𝐢𝐫𝐦𝐞

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Unos dicen que el mundo sucumbirá en el fuego, otros dicen que en hielo. Por lo que yo he probado del deseo estoy con los que apuestan por el fuego. Pero si por dos veces el mundo pereciera creo que conozco lo bastante el odio para decir que, en cuanto a destrucción, también el hielo es grande y suficiente. 
Robert Frost. 

— Paul, no insistas.

— Pero Lizzy, no tienes porque irte. —  el lobo miro como su novia metía ropa dentro de una maleta.— ¿Puedes esperar un poco? Alaia. — la castaña se volteó a verlo pero aparto su mirada rápidamente al escuchar a su hija llorar.

—Tranquila, ya estoy aquí.—  apenas tomarla en brazos la pequeña dejo de llorar. Paul miraba a ambas desde el marco de la puerta, ambas junto con Aaron eran su vida y le dolía lo que estaba ocurriendo. La imprimación era muy fuerte y la pareja sentía un pequeño dolor en sus pechos.

— Lizzy, solo vela. — Alaia se sobre salto al escuchar las voz ronca de su novio.— Tú no puedes estar sin ellos, y ellos no pueden estar sin ti. 

— Paul...

—  Dame tiempo, pediré permiso a Sam y en el trabajo para irme contigo, nos iremos juntos.

— Paul...

— Tómalo como unas vacaciones.

— Paul, no puedo...—  Alaia soltó un suspiro y colocó a su hija nuevamente sobre su cuna. — Necesito que alguien cuide de ellos y ese eres tú. Esto puede ser peligroso, si ellos te hicieran algo...

— ¿Y crees que yo no pienso eso? ¿Crees qué no estaré todo el tiempo preocupado y con un dolor en el pecho mientras tú estés a miles de kilómetros de mi?— Paul avanzó hacía ella.— ¿Qué pasará con ellos? ¿Qué pasará con tus hijos, Lizzy? Nuestros hijos.

— Estarán seguros aquí. Contigo.

— No, Lizzy...

— Paul, por favor. — llevó una mano a su mejilla y lobo colocó su mano sobre la de ella.— Tengo que hacer esto, te prometo que solo serán unos días.—  él soltó un suspiro.

— Mejor promete que volverás sin un solo rasguño y a tiempo, o te iré a buscar, y te encerrare aquí sin dejarte salir por nada del mundo. 

— Amor...

— Promételo.

— Lo prometo. Prometo volver sana y salva, iré con mis padres así que no tienes nada por lo que preocuparte.

— Por los ancestros Alaia, enserio te necesito aquí de regreso y pronto.— Paul la beso, paso un brazo por sus caderas par alzarla levemente y sacarla de la habitación de los mellizos. 

Paul dejo a Alaia sobre la cama en su habitación y la miro de arriba abajo, contemplando cada centímetro de su novia, se inclino sobre ella y beso suavemente en la comisura de su boca. Con delicadeza y sin dejar de repartir besos por el rostro de su chica, Paul comenzó a quitarle las prendas, dejándola solo en ropa interior.

—Date la vuelta.— pidió y ella sin protestar hizo lo pedido.

El moreno desabrocho el sujetador y deslizo la mano desde la espalda hasta el trasero de la castaña, haciendo que sintiera una corriente eléctrica recorrer su cuerpo.

—Tienes una piel realmente preciosa —murmuro haciendo que ella sonría. Metió una pierna entre las de ella y se quedo medio tumbado sobre su espalda mientras dejaba besos en sus hombro.

Alaia sintió su cálida piel sobre la de ella. Y empezó a besarla muy suavemente alrededor de la oreja y en el cuello. Se metió entre sus piernas, se pego a su espalda y le paso la mano por el muslo hasta el trasero. Acaricio despacio las nalgas de su novia y después desliza los dedos entre sus piernas.

Con la otra mano le agarra del pelo a la altura de la nuca y tira ligeramente, sacándole un leve gemido a la castaña. Volvió a unir sus labios en un beso intenso y apasionado. La lengua del lobo domino la de ella con una maestría impresionante.

Pegado a la castaña, podía sentir como el cuerpo de ella respondía a sus caricias. Se separo de sus labios y bajo hasta su cuello donde propinó mordidas que hicieron que ella suspirara de placer. Bajo su boca hasta sus pechos escuchando como Alaia gemía y suspiraba por las mordidas y besos que él dejaba sobre ellos.

Cuando el pezón que estaba estimulando se encontró rojo y erecto, lo dejó para pasar al otro y propinarle la misma atención. Sintió como las manos de su novia se perdían en su corto cabello y escuchó de su boca gemidos que delataban su placer, por lo que subió a la misma y la besó con ardor, a la vez que una de sus manos bajaba más y se encontraba con su parte ya mojada, pero antes de descender hasta ahí se detuvo en su ombligo para jugar un poco con él.

Sentía el placer que emanaba, sus suspiros, sus gemidos, sus manos enterradas en su espalda y luego en su cabello... Lo volvía loco, Alaia siempre le sacaba suspiros y rondaba en su cabeza cada segundo de su vida. Ahora más que nunca junto con sus hijos. El pensar que algo le puede pasar estando lejos de él y que haya una posibilidad de que va a perderla, lo tenía mal. Ella era todo para él y no solo por la marca que deja la imprimación en ambos, era por todo lo que pasaban día a día juntos.

Se separó un poco de ella y la miro detenidamente, Alaia al notar que se había alejado abrió sus ojos, sus ojos azules chocaron con los cafés de él, quien sonrió y descendió más hacía la parte femenina de ella. Saboreo sus labios ante el manjar que se le presentaba. 

— Trata de no meterte en problemas mientras yo no estoy, ¿De acuerdo?

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— Trata de no meterte en problemas mientras yo no estoy, ¿De acuerdo?.

— Lo haré, regresa pronto tus hijos te necesitan. — Paul volvió a besar a su novia.— Te amo.

— Te amo. — Alaia se alejó junto con sus padres para subirse al jeep y agito su mano para despedirse de su pequeña familia.

— Tranquila, será rápido. — Rosalie le dio una pequeña sonrisa y ella asintió.

— ¿Estas segura de esto? Digo, cuando se enteren... Puede que todo salga mal.

— No pasará nada, confió en ellos. — dijo Emmett y le dio una rápida mirada a su esposa.

— Solo quiero proteger a mis hijos.

— Nosotros también queremos protegerte.— Alaia sonrió y soltó un pequeño suspiro.

— Tengo un mal presentimiento hace algunos días, creen que tiene algo que ver. —pregunto.

—Alice dijo que todo estaría bien, de todas formas nos va a avisar si algo cambia.—  respondió Rosalie.— Bree y Diego nos alcanzaran haya. 

— Creí que no la dejarías venir.

— Aro quiere conocerla, no lo hizo antes por... Obvios motivos y es una buena oportunidad para presentarla como parte oficial de nuestra familia.—  la castaña asintió.

— Odio a Aro.—  soltó segundos después haciendo reír a sus padres. 













Perdón pero últimamente no tengo
Tanta inspiración, pero trataré de
Subir más rápido.
Atte; Mara 🐺

𝕸𝖞 𝖂𝖔𝖑𝖋| ᴘʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora