₀ ₂ ₄ : 𝐀𝐥𝐢𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫 𝐚𝐥 "𝐁𝐞𝐛𝐞"

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Isabella estaba dormida en el sofá de la sala, siendo vigilada por Edward y Jacob, mientras el resto de los Cullen-Hale recorrían la casa desde adentro. Seth y Leah estaban dormidos ya que en unas horas tenían guardia. 

Alaia caminaba junto a su padres mirando por el enorme ventanal, cuando Emmett se detuvo haciendo que ella también frene pero se arrepintió al momento en el que sus ojos chocaron con los de un lobo gris.

Los días pasaban y todos seguían buscando información acerca de el embarazo de Bella pero siempre que Edward utilizaba la computadora se levantaba enojado y se iba.

—¿Qué haces cariño?—Esme se acercó hasta Alaia quien se encontraba en la cocina.

—Preparo unos emparedados para los chicos.—respondió y su abuela le sonrió acercándose para ayudarla.

Minutos después ambas terminaron y salieron buscando a la pequeña manada que estaba frente al riachuelo, Esme le extendió uno a Seth quien lo tomó encantado y otro a Leah, quien la miro detenidamente.

—Vamos Leah, los prepare yo, ni modo que le ponga veneno.—dijo divertida la castaña.—Primero nos casamos y luego te mato si quieres.—la loba no pudo evitar reír y acepto el emparedado.—Ten.—se volteó hacía Jacob quien lo tomo con una sonrisa.

—Gracias, enana.

—Qué tu seas un gigante lleno de esteroides no quiere decir que yo sea enana.—se defendió dando medía vuelta moviendo su larga melena castaña.

—Esta loca.—rio Jacob y una piedra lo golpeo.—¡Oye!—la risa de Alaia no tardo en escucharse y segundos después siguió un grito al comenzar a correr lejos de Jacob, mientras el resto los veía divertido y ambas mujeres veían nuevamente feliz a Alaia.

—¡Oye!—la risa de Alaia no tardo en escucharse y segundos después siguió un grito al comenzar a correr lejos de Jacob, mientras el resto los veía divertido y ambas mujeres veían nuevamente feliz a Alaia

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—¿Qué lenta eres Tinker Bell ?— la castaña frunció el ceño ante el apodo.

¿Tinker Bell?.

—Eres un Hada, ¿No?—ella asintió comprendiendo su punto.—Debo decirlo... Se nota.—dijo con una leve sonrisa y camino sentándose sobre una roca, ella lo miraba confundida ante sus palabras y luego lo seguía.

—¿A qué te refieres?.

—Eres muy pequeña, controlas las plantas y debo admitirlo, eres rápida pero no más que yo.—ella lo golpeo, claramente, sin lograr hacerle daño.— Solo te faltan las alas.

—Bueno... Respecto a eso.— Jacob la miro sorprendido y ella comenzó a reír.

—Por los ancestros, en serió me lo creí.— él la miro por unos segundos.— ¿Estas segura que no tienes alas?.

—Si... Bueno, en realidad no lo se.— dijo dudosa.

—Deberías preguntarle a Carlisle, el podría... Lizzy, ¿Estas bien?— el moreno rodeó a la castaña con sus brazos, a la vez que un gruñido se escucho frente a ellos y ambos vieron un lobo gris mirando mal a Jacob, quien sostenía a Alaia entre sus brazos.— Hey, tranquila.

𝕸𝖞 𝖂𝖔𝖑𝖋| ᴘʟDonde viven las historias. Descúbrelo ahora