Fanfics Morgan James

Venganza (Final)

Estaba oscuro, húmedo y frío.

Ambos estaban amarrados a sus sillas sin ninguna escapatoria. Llevaban horas ahí, quizás días, pero no han visto a nadie en todo ese tiempo. ¿Dónde estaban ellos? ¿Que esperaban para matarlos? ¿Dónde tenían a sus hijos?

De repente, el sonido de una puerta abriéndose los hizo estar alerta. Unos pasos se iban acercando a su lugar. Dos figuras de posaron frente a ellos, pero al no tener luz no podían saber de quienes se trataban.

Aunque, sí se lo podían imaginar.

La luz se encendió dejando ver a Christopher y a Rachel, ambos con una sonrisa en el rostro.

—¿Siguen despiertos? —Rachel tomó por el cabello a Gema llevando su cabeza hacia atrás— Espero que sí, porque nos divertiremos un rato con ustedes.

—¿Qué nos harán? —preguntó Bratt— ¿Dónde están mis hijos? ¿Qué les hicieron?

—Lo que debes preguntar, es qué no les haremos. —Christopher miró hacia un lado en donde se encontraba una mesa llena herramientas de tortura— Nos pondremos creativos.

—Y respecto a tus hijos, —Rachel comenzó a acercarse a la mesa y tomó un cuchillo pequeño— están bien, no somos tan crueles para matar a esos niños.

Ella se puso detrás de Gema y comenzó a pasar suavemente con el cuchillo afilado por la mejilla de Gema. Se inclinó y le susurró a su oído:

—De ellos se están encargando mis hijos. Mi hija Milenka está muy enfadada por lo que le hicieron, al igual que mi hijo Owen. Se desquitarán un rato con ellos.

—A ver si me deja en paz de una vez... —murmuró Christopher a lo que su esposa rió.

Milenka había estado encima de Christopher todo este tiempo, sin soltarlo, así que para que no viniera hasta este lugar con ellos, los dejaron con los mini Lewis.

No es que nunca hayan visto sangre y muerte, se sabe que esos niños ya habían matado, pero de esto se encargarían sus padres y sólo ellos.

Un chillido de dolor se escuchó cuando Rachel presionó el cuchillo en la mejilla de Gema y lo comenzó a bajar, una línea de sangre salió al instante que su piel se abrió.

Mientras tanto, Christopher había tomado unas pinzas. Bratt intentó verse fuerte, pero sólo se veía el terror en su mirada.

A diferencia de su esposa, Christopher no iría con calma, sería directo.

Se acercó a Bratt y antes de que hubiera cerrado los ojos para aguantar el dolor, ya le habían sacado una uña haciéndolo gritar. Luego tomó otra de su otra mano y se la sacó también.

Christopher sonrió al verlo llorar.

Rachel sonrió al ver llorar a Gema.

Terminó con el cuchillo pequeño y tomó otro más grande.

—Dime, Gema. ¿Tú mamá de sentía bien al faltarle tres dedos? —preguntó— Digo, antes de que la matara. Muy linda tu boda, por cierto.

Gema la miró con odio, pero sólo se veía graciosa para ellos al faltarle media mejilla derecha.

—Nunca pensaste... no sé. —dejó caer el cuchillo con fuerza en su mano izquierda cortándole un dedo— ¿Hacer algo para que ella y tú se vieran igual? —le cortó otro— Ha ella le faltaban tres, ¿por qué no te dejamos a ti con tres?

Dedo por dedo fue cortándoselos. Gema lloraba y gritaba del dolor, estaba apunto de desmayarse, pero una bofetada en la cara muy fuerte no la dejó.

—Todavía no te duermas, ya terminamos esta parte. —le tomó sus manos y se las enseñó. Sólo tenía tres dedos, los otros siete ya no los tenía. Gritó muy fuerte.