Nuevo Soldado (Segunda Parte)

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Han pasado tan sólo dos días desde que Laura llegó a Londres. En este tiempo se hizo cercana a la Élite, o más bien a parte de ella.

Gema y Liz fue con las primeras que se podría decir que hizo una "amistad". Wilson se intentó acercar a las demás mujeres de la Élite, pero ellas por alguna extraña razón no la añadían a sus conversaciones.

Bueno, ninguna "extraña razón". Solamente se habían dado cuenta de las miradas que la nueva le lanzaba al Coronel Morgan, y ellas estando de parte de su amiga, no iban a permitir que esa le dañara la felicidad.

Así que a la mujer no le quedó de otra que llevarse con Gema y Liz, otras que no eran bienvenidas a ese grupo de amigas. Con ellas sí podía hablar, ¿y cómo no? Si sólo criticaban entre las tres a los demás de la Elite.

Laura se enteró por ellas dos que Rachel James sólo fue una amante de Christopher en el pasado, pero que ahora no eran nada. Según Gema, ella quiere acercarse al hombre por cómo de lugar, pero que él sólo la ignora.

—Una vez se divirtió con ella, la botó. —dijo Liz, mirando a la mesa donde la teniente James se encontraba riendo con sus amigas— Sólo fue una más.

—¿Sabes? —Gema llamó su atención— Tu eres el tipo de mujer que Christopher tendría. ¿Quien sabe? En cualquier momento puede que suceda algo entre ustedes. He notando cómo te mira.

Christopher ni si quiera la miraba a menos que fuera para reprochar algo, pero Gema como siempre, confundía esas miradas con miradas de interés. Así como pensaba que Morgan la miraba a ella.

—¿Y no te molestaría? —preguntó Laura, sabiendo que ella hasta hace unos meses estaba interesada en el hombre.

—Solo quiero que él sepa de lo que se perdió, y también quiero que alguien lo haga caer, y así joder a Rachel.

Laura sonrió. En su cabeza sólo pasaban imágenes de cómo se vería tener a Christopher Morgan a sus pies.

A los pocos minutos, James recibió un mensaje a su celular. Sonrió, se disculpó con sus amigas y se retiró de la mesa.

Comenzó a caminar hacia la oficina del Coronel sin darse cuenta que alguien la seguía.

Wilson iba unos pasos atrás de ella, quería saber hacia donde iba, tenia la sospecha que iría con el Coronel. Probablemente hará lo que Gema dijo, lo seducirá para que el Coronel la folle y luego él la bote, como siempre.

Laurens estaba en su sitio, al ver a la teniente James, esta le dejó pasar. Ya ella sabía lo que sucedería.

Laura llegó con ella y le sonrió.

—Hola, quiero hablar con el Coronel. Es urgente.

Ella sólo quería interrumpir el encuentro. Christopher sería suyo y punto.

—El Coronel se encuentra ocupado ahora y no quiere que nadie lo moleste, vuelva más tarde. —se limitó a decir antes de volver a su trabajo.

La teniente tomó aire y se retiró, pero no llegó lejos, pues Liz venía con una sonrisa y le guiñó un ojo antes de acercarse a Laurens.

—El ministro quiere verte, dice que es importante. Te entregará unos papeles para el Coronel.

La secretaria la miró con confusión. Si el ministro tenía algo que entregarle al Coronel, siempre iba personalmente o envía a su ayudante. Pero aunque sabía que probablemente no era nada, prefería asegurarse para así no ser regañada.

Se levantó de su silla y se fue. Liz se fue con ella.

Laura volvió a sonreír y se acercó a la puerta de la oficina de Christopher y giró la manilla suavemente, pero esta estaba cerrada con llave. Se pegó a la puerta para así escuchar.

Eres un estúpido. —escuchó la voz de Rachel al otro lado. Lo que dijo la sorprendió, ¿acababa de insultar a su superior? ¿Qué le pasaba?

No, tus celos son estúpidos. ahora escuchó la voz ronca de Christopher, haciendo que su corazón comenzara a latir rápidamente.

No son celos, solamente te digo la verdad. Ella no me agrada para nada, ¿es que no te das cuenta de las miradas que te lanza?

¿Hablaban de ella? ¿Quien era Rachel James para reclamarle al Coronel lo qué pasa en su vida? ¿Por qué lo celaba y él no le ponía un alto?

.

¿Y? —se escuchaba cada vez más enojada.

Dentro de la oficina, Rachel estaba cruzada de brazos y Christopher recargaba su cadera en el escritorio. También cruzando lo brazos.

—Nena, ya, por Dios. —pasó la manos por su cara. Luego caminó hasta su novia y la tomó de la cintura pegándola a él— No te llamé para eso.

Acercó sus labios a la boca de la mujer, pero esta sólo volteó el rostro. Christopher sonrió, amaba los celos de Rachel. Comenzó a dar besos en el cuello de la mujer, haciéndola suspirar.

—Sigo enojada.

—Lo sé, me gustas así.

Tomó las nalgas de la teniente y las apretó con fuerza sacándole varios gemidos. Luego la alzó para sentarla en el escritorio abriendo sus piernas y meter su cuerpo entre ellas y así rozar su entrepierna con el de su novia.

Agarró la cola alta que traía Rachel y la desató dejando su cabello suelto, tomándolo y jalándolo para mirarla a los ojos.

—Dilo. —se acercó a su cuello y la besó en ese punto para luego morderla suave cuando no contestó, haciéndola reír.

—Te amo, ya lo sabes. —tomó la nuca de su novio y lo besó— Te amo mucho, y no quiero que esa mujer se te acerque. ¿Entendido?

—¿Me está amenazando, teniente? —sonrió Christopher sobre sus labios.

—Puede que... ¡Ah! —no la dejó terminar.

A fuera de la oficina, Laura escuchaba sorprendida todo lo que decían. ¿Estaban juntos? ¿Por qué decían que lo amaba? ¿Por qué él se lo pedía?

No importaba, ella de cualquier manera terminaría estando en el lugar de la teniente. Cueste lo que cueste.

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Ay Laurita... tu vida estará en riesgo.

Fanfics Morgan James Donde viven las historias. Descúbrelo ahora