Fanfics Morgan James

Morgan James (2)

Christopher&Owen

Christopher caminaba tranquilo por los pasillos de su hogar. Era de mañana, su esposa ya se había despertado y por lo que se escuchaba en el primer piso, estaba intentando cocinar. Ya había mejorado un poco sus habilidades en la cocina y estaba orgullosa de su eso.

Pasó por la habitación de su hijo, pero el ruido de un golpe lo hizo detenerse. Con el ceño fruncido abrió la puerta y...

Algo golpeó su frente con fuerza.

—¡Owen! —lo regañó tomando un cepillo del suelo, el que su hijo había lanzado con fuerza.

Miró a su hijo de casi cinco años, de pie en una silla mirándose en un espejo del gavetero. Por ese mismo espejo miró a su padre sin decir nada, estaba molesto.

Ambos ahora lo estaban.

Christopher por el golpe que recibió sin motivo, Owen por... ¿por qué era?

—¿Se puede saber que te sucede que andas tirando las cosas? —se acercó a él mirando con rareza su cabello— ¿Qué se supone que es eso?

¡Ah, sí! Owen se estaba intentando peinar pero no le salió. Por eso estaba molesto.

—Nada.

—Ajá, claro. —se posó a su lado— ¿Te estabas peinando?

—Sí, pero no me quedó igual a ti.

—¿Y por eso me tenias que tirar con esta cosa?

—Tú abriste la puerta, no es mi culpa.

Christopher suspiró y rodó los ojos antes de ayudarlo con ese problema. Pasó el cepillo varias veces y luego con la mano lo arregló hasta que quedó como Owen quería. Quizás no quedó tan igual como su padre siempre lo traía porque su cabello todavía era un poco corto, pero le gustó.

—Ya está, espero no recibir otro golpe. —bromeó un poco haciendo que su hijo sonriera.

Eran pocas las veces que él sonreía con alguien que no fuera Rachel.

—Gracias, papá. —murmuró.

Lo ayudó a bajar de la silla y ambos se dirigieron a la cocina junto con las únicas dos mujeres... y personas, que ellos dos amaban.

•••

Rachel&Milenka

El día estaba aburrido. No había nada que divirtiera a la primogénita de los Morgan James.

Salió de su habitación, bajó las escaleras, entró a la sala y se tiró al sofá boca abajo. Si iba a estar aburrida que fuera en otro lado y no encerrada en su alcoba.

Alzó un poco la cabeza cuando alguien se sentó junto a ella.

—¿Qué te sucede, Chernobyl? —le habló su madre con uno de los tantos apodos que tenía.

—Estoy aburrida, no hay nada que hacer aquí. —dio un suspiro dramático causándole risa a su madre.

—¿Quieres salir?

—Nop. Aburridooo. —negó.

—Qué pena... yo que iba a invitarte para que fuéramos a comprar ropa para la fiesta de noche buena, navidad, Año Nuevo... —se levantó— Iré sola al parecer.

Milenka al escuchar eso, rápido se sentó y miró a su madre.

—¿Iremos de compras?

Rachel asintió con una sonrisa extendiéndole los brazos para tomarla. Su hija se sostuvo de su cuello emocionada.

En la camioneta guiada por un escolta, Milenka le decía a su madre todo lo que quería para navidad. Ella hacía una nota mental para luego junto con su esposo conseguir todo lo que sus hijos querían.

Llegaron a un centro comercial gigante. Se bajaron, y tomadas de la mano caminaron por todo el lugar entrando a cada tienda.

—¡Mira ese vestido, mami! ¡Lo quiero!

Entraron a una tienda seguidas de varios escoltas, todos traían unas diez bolsas de ropa o cajas de zapatos en los brazos, y suspiraban cansados rogando en sus mentes que ya llegaran a la última tienda.

Fueron horas y horas donde madre e hija se divirtieron probándose vestidos, zapatos, accesorios.

Fueron a un salón de belleza para que les hicieran algo lindo en sus cabellos, Milenka al principio no quizo que le hicieran nada. Sólo permitió que le pusieran una cinta con un lazo rojo en el cabello.

Luego de salir de ahí, fueron a comer lo que a ellas más le fascinaba. Alitas y pollo frito.

—¿Te gustó salir hoy, amor? —preguntó Rachel al llegar a su hogar.

—¡Sí! —rió— ¿Podemos ir la semana que viene?

Rachel la tomó en brazos para besarle sus mejillas, frente y nariz.

—Claro que sí.

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• Adoro a Chris con Milenka y a Rachel con Owen, pero necesito escenas de padre e hijo y madre e hija.

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