En el Trujillo de 1980, donde las flores ocultan secretos y los muros murmuran historias, surgirá un amor que desafiará al tiempo y la muerte. Rubí Bianchi, la hija perfecta de una familia aristocrática, vive atrapada entre el deber y sus propios su...
Un día más para recordarla, un día más para verla, no dejo de pensar en ella. Sin embargo, ¿por qué tengo estos pensamientos por ella?, ¿cómo ella podría amarme?, solo soy una mujer forastera en este mundo cruel, lleno de prejuicios, estereotipos y una abundancia de limitaciones. Ciertamente, no niego el hecho que en nuestra sociedad prohíba a las mujeres a ciertas acciones, pero qué es el amor comparado a ello, se dice ser el sentimiento más fuerte que puede experimentar el ser humano. Cada vez que veo su sonrisa me hace preguntarme si cada segundo si merecemos el amor y en su mirada encuentro la respuesta a nuestra existencia, en ella sobrepasa el sentimiento del amor sobre la razón y hace que todo tenga sentido.
Hoy la esperaré al lado del arroyo, no sin antes dejarle pequeñas notitas de las palabras tan bellas que me provocada escribirle. La vi a las 6:50 a.m. antes de entrar a su escuela le entregué un papelito en forma de corazón, le sonreí y me fui.
Punto de vista de Jennie
—Doncella de la mirada agridulce, tenga esto, por favor.
—Gracias, señorita Manobal. —Sonreí.
Abrí la nota que dejo y en ella decía:
"Decían que lo más bello de la vida, era conseguir la vida material plena, llenos de dinero y de honra. Sin embargo, en esta ocasión discrepo, porque me di cuenta que en tu mirar hay un ocaso perfecto y esa es felicidad plena."
—Tu salvadora.
—Te espero esta tarde cerca del arroyo.
Ella tiene el encanto perfecto, ella podría enamorar a la luna, si quisiera.
Espere con ansias la tarde para poder estar con ella, sé que mi hermana ha estado más ocupada últimamente con la amiga de Lisa, una chica llamada Rosé, así que no me hará problema.
—Estoy aquí, estoy aquí —Saludé y corrí cuando vi a Lisa.
—Cuidado, cuidado señorita Kim, podría caerse. La cité a este lugar para descubrir juntas cuán mágico es este lugar. Probemos a entrar.
—¡Hey! No me mojes —Lisa salpicó agua fría sobre mí.
—Pensé que le gustaba el agua fría señorita Kim.
—Usted lo hizo a propósito —la mojé también.
—No... déjeme, ya verá —jugamos y reímos mucho sumergiéndonos en el arroyo de la felicidad.
—Basta, basta, no puedo dejar de sonreír cada que estamos juntas —dijo entre risas.
—Entonces, te conviene estar conmigo siempre. —Atiné a decir.
—Siendo sincera, en este momento justo cuando descansas aquí en mis brazos, lo encuentro difícil de creer, he leído mucho sobre está sensación y podría estamos en el cielo.
—Podría estar siempre a tu lado, eso sería el hedonismo de mi vida. —De pronto Lisa me dio un ósculo en la frente, eso lo significaba todo.
—Te invitó a la fiesta del pueblo está noche, puedes ir con tu hermana, Rosé también irá y de seguro la invitó.
—Haré lo posible por ir...
—Te espero, si quieres toda una vida...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
