𝐍𝐨𝐯𝐞𝐦

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IX

Alex

Escuchar las trivialidades de Benedict y de Colin al tenerlos sentados a cada lado del sillón hacían la mañana un poco más llevadera, aún así, la verdad era que estaba evitando completamente a Anthony y lo que sea que llevara acarreando consigo.

Hyacinth y Gregory hacían sus deberes al pie de la letra en la mesa adjunta, y Daphne tocaba en el piano una pieza exquisita, sin embargo, mi mente viajaba tan lejos como me lo permitía y me perdía entre las conversaciones.

—¿Cómo es que una mujer queda en cinta? —Eloise pasó haciendo la pregunta que ocasionó un revuelo en la sala. Miraba mis uñas, aquellas que había mordido el día anterior y que ahora intentaba ocultar.

—Eloise, ¿qué pregunta es esa? —inquirió Violet.

Las miradas se dirigieron hacia mí, podía sentir el peso caer y entonces levanté mi mirada para dirigirme a los presentes.

—Oh, a mí no me vean—señalé—, yo no tuve la charla de los pájaros que se quieren mucho con ella.

—¿Los qué? —preguntó Daphne, Colin y Benedict ahogaron una risa, Violet negó rápidamente intentando contener la conversación.

—¿No se necesita un esposo? —me miró Eloise, la verdad era que sería impropio decirle que el encargado de explicarme todo el proceso (y a medias), había sido su hermano Colin un día que se pasó de tragos en Oxford.

—Ya fue suficiente, Eloise— ante el importunio de la joven, Violet le indicó a Daphne que siguiera tocando.

Eloise se sentó frustradamente en el sillón continuo a donde estábamos nosotros.

—Ustedes tres deben de saber—lanzó su mirada acusatoria señalándonos con el dedo.

—A mí no me mires—rezó Benedict girando la mirada y yo hice lo mismo tomando un poco de jugo de moras.

—¿Alguna vez has visitado una granja, hermana?

Tuve que cubrirme con la servilleta debido a que me había ahogado con el jugo, Benedict estaba riendo tan fuerte que se sostenía el estómago con una mano, y con la otra me daba leves golpes en la espalda mientras yo tosía.

—Espero que no comenten temas impropios en la conversación— nos llamó la atención la matriarca Bridgerton.

—En lo absoluto, Violet—complementé.

—De hecho—acotó Colin—, justo estábamos por ir a desenfundar nuestras armas.

—¡Colin Bridgerton!

—En una ronda de esgrima, madre...

Colin y Benedict caminaron casi huyendo hacia el patio, dejándome sola con las mujeres. Eloise se colocó a mi lado y siguió insistiendo por largo rato, pero siempre me negaba. No era la apropiada para hablar de esos temas.

Un tumulto de gente y arreglos comenzaron a arribar a la casa, la mayoría iban a visitar y cortejar a Daphne. Sabía que mi plan estaba dando resultados correctos. Pasaron algunos minutos cuando Anthony entró precipitando todo, sacando a las personas por la puerta y cerrándola tras de sí, enviando a Eloise a otra habitación.

—¿Qué pasa? —cuestionó Violet—, ¿por qué has arruinado tan perfecta mañana?

Momentos después Daphne estaba llorando y Violet le reclamaba abiertamente a Anthony. Lo miré sin creer lo que estaba escuchando. Había prometido la mano de su hermana al Barón Nigel Berbrooke.

Daphne se retiró de la habitación entre lágrimas y yo la seguí de cerca. Entré a su habitación tras de ella, negándome a mirar a Anthony con otra cara que no fuera la decepción.

𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗦𝘁𝗼𝗿𝘆 || 𝖡𝗋𝗂𝖽𝗀𝖾𝗋𝗍𝗈𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora