𝐐𝐮𝐢𝐧𝐝𝐞𝐜𝐢𝐦

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XV

ACTO II: EL DUQUE QUE SANÓ

Para Simon, con amor.

Por cada sol caído, hay una mañana después.


Julio 14, 1803

Ducado de York, Inglaterra

—Tome.

Simon levantó la cara del periódico que tenía entre las manos para observar a la dueña de la voz, se trataba de la joven Alex Spinster de 12 años quien portaba un vestido dorado y habían peinado con dos coletas y unos moños adornando su cabello. Alex tendía hacia él un plato con un trozo de tarta de grosellas. Simon la miró con confusión.

—Se me va a acalambrar el brazo—se quejó, Simon espabiló y tomó el plato, pero lo colocó en la mesa—. No está envenenado.

—Excelencia Lady Spinster, ¿qué está haciendo?

—¿Podría dejar de llamarme así? —preguntó Alex arrojándose a sí misma a otro sillón quitada de la pena, su pequeña mano se alzó en el aire y después una sirvienta llegó con un juego de té, le sirvió su taza a la niña y le colocó dos cubos de azúcar—. ¿Gusta té, Excelencia?

Simon negó y volvió a alzar el periódico en el aire para continuar su lectura.

—Su padre se marchó esta mañana—le notificó Alex colocando otros dos cubos de azúcar, Simon volvió a bajar el periódico para observarla —. He visto que no tocó su plato de budín de Yorkshire en el desayuno, supuse que no le gustaba y no podía dejarlo sin comer nada. La próxima vez por favor coménteles a los empleados sus gustos, así podremos comer todos en la mesa y disfrutar un ameno desayuno.

—Habla mucho— casi soltó por inercia. Simon pensó que ella se ofendería, pero en realidad se encogió de hombros.

—No tengo con quién hablar— se sinceró, aquello hizo que Simon se sintiera un poco mal. Tomó el plato y comenzó a comer. La tarta estaba deliciosa—. Mis institutrices solo se enfocar en los temas, los nobles del parlamento me evitan, y mi mejor amigo acaba de ingresar a Eton College, así que solo lo veré en vacaciones.

El futuro duque de Hastings miró que la niña bebía el té y hacía una mueca, luego tomó su cuchara y volvió a poner un cubito de azúcar.

—¿No es demasiado azúcar, Excelencia?

—Me gustaría poder ingresar a Eton College—se quejó Alex sin prestar atención a lo que Simon preguntaba—. ¿Usted estudia en Eton College?

—Estudio en Oxford, Excelencia.

—Yo estudiaré ahí también— los ojos de Alex brillaron cuando mencionó aquello.

Simon pensó que estaba delirando, una mujer no podía estudiar, por décadas se había intentado, pero mirándola fijamente lo pensó mejor.

—Estoy seguro de que así será.

—¿Usted toma el café negro o con leche? — Alex tomó el periódico para leerlo detenidamente, a Simon le divirtió esa acción—. Es extraño verlo sonreír, Excelencia, casi nunca lo veo sonreír.

—Creo que solo lo hago en la universidad y aquí.

—Es curioso, sí— Alex se mostró sorprendida al ver una nota sobre las provenientes predicciones que se tenían sobre las cosechas de narcisos de ese año, después dio vuelta a la página. El periódico no tenía fotografías—. ¿Le está gustando la tarta, Excelencia?

𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗦𝘁𝗼𝗿𝘆 || 𝖡𝗋𝗂𝖽𝗀𝖾𝗋𝗍𝗈𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora