capitulo 10

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-Pero Sabito, por fa-

-Olvidalo Tomioka, no me interesa si me dices o no, después de todo tu y yo no somos nada más que amigos, haz lo que quieras.

El azabache sintió que el mundo se detuvo en ese instante y aquellas palabras retumbaban en lo más profundo de su ser. Su cuerpo se quedó sin las pocas fuerzas que tenía y comenzó a temblar.

-No digas eso -Dijo, a penas audible para el peli-durazno-

-Tomioka ya te dije qu-

-¡Cierra la boca! ¡No digas mentiras!

El mayor dio un pequeño brinco ante las palabras del oji-azul, se sorprendió bastante, a pesar de conocerse de toda la vida, nunca se había atrevido a levantarle la voz.

El de haori blanco seguía impactado; a los pocos segundos se destapó para poder ver al invasor de su cuarto.

-Giyyu~

El nombrado estaba realmente molesto, su cuerpo se encargaba de que esto fuera notorio, sin embargo, su rostro no podía expresar lo mismo, sus ojos dejaban caer cataratas y se mordía los labios para no hacer audible el dolor que sentía en ese momento.

El mayor lo veía sorprendido, tenía que hacer algo, lo que dijo ciertamente no era cierto, pero su boca no articulada palabra alguna, estaba en un completo shock.

Después de unos minutos de silencio el menor dio media vuelta, espero unos segundos, indeciso si marcharse o no, si lo hacía, todo terminaría ahí, si se quedaba podían arreglarlo, pero parecía que era el único que quería esa opción.

Sintió una apuñalada al corazón cuando dio el primer paso, y su vista estaba completamente nublada al segundo.

-¿¡Q-qu- -El menor grito al ser jalado agresivamente hacia el suelo, cayendo sobre el peli-durazno.

Estaba dispuesto a reclamar por el agresivo acto.

-¿¡QUIÉN CREES QUE SOY PARA QUE ME TRATES COMO QUI-

El hermoso joven fue silenciado con un dulce beso, las lagrimas dejaron de salir en cuanto sintió la suavidad de los labios ajenos y una hermosa e inexplicable sensación se adueñó de todo su ser.

Se separaron en cuanto sus cuerpos necesitaron aire, y sus ojos se encontraron con un gran brillo, los dos tenían un sonrojo muy notable (uno más que el otro) y sus corazones latían a una gran velocidad, sentían que en cualquier momento saldría de su pecho.

El azabache volvió a dejar que las lagrimas se apoderaba de sus ojos y se cubrió la cara con sus delicadas manos.

El mayor vio esto tiernamente, y le dio un cálido abrazo, demostrando todo el amor que sentía por el.

-Perdoname, se que no fue tu intención y que Rengoku te necesitaba, si no me quieres decirme, lo respeto, fui muy tonto por actuar de esa manera, te prometo que no volverá a pasar, ¿Si? Así que por favor, deja de llorar~

Explico el ojo gris, con una suave voz, llena de amor, al final de esas palabras le dio un beso en la frente y obligó a qué descubriera su cara.

-E-esta bien... P-pero, eso significa, que... Que ¿Lo que dijiste es mentira?

-¡Por supuesto que es mentira! ¡Lo dije porque soy un estupido y solo me deje llevar por el momento! -Cometo apresuradamente el mayor, abrazando nuevamente al de haori vino.

-Si eso fuera verdad... Si eso fuera verdad, yo preferiría estar muerto...porque yo, te amo... Y no soportaría un vida sin ti~

Ahora el menor era el que tenía los ojos abiertos de par en par, esas palabras tan repentinas lo había dejado sorprendido. Pero eso era lo mejor, cuando la persona que amas dice las palabras menos inesperadas, en el momento perfecto.

A tu lado (SabiGiyyu) 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑖𝑔𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜^^Donde viven las historias. Descúbrelo ahora