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Un mundo paralelo donde Sabito y Makomo sobreviven a la selección final y acompañan a su amigo en el camino, de este modo el pilar del agua no es como lo conocemos ya que su mundo no quedó en soledad teniendo el amor de sus...
La pareja quedo rendida luego de esa hermosa declaración, ambos habían tenido unos días difíciles, pero todo fue recompensado durmiendo junto al calor que le brindaba el cuerpo ajeno.
El pelicarne despertó primero ya que el menor se encontraba relativamente más desgastado que el, pero eso no le importa en lo absoluto, tenía una vista simplemente privilegiada, en sus brazos estaba el hermoso peli-negro, durmiendo pacíficamente, con un pequeño hilo de saliva saliendo por la comisura de su boca, estaba acurrucado en el pecho de su novio, abrazándolo tiernamente.
El oji-morado veía con mucho cariño la escena, mientras acariciaba el cabello del menor.
—Yuu~ ya es tarde, es hora de que te levantes -Susurró tiernamente en el oído ajeno como si sus intenciones no fueran despertarlo, pero solo recibió un -uhm- cómo respuesta, dio media vuelta, cubriendo su rostro con la cobija, y así, poder seguir durmiendo.
El mayor río para si mismo, a veces el pilar actuaba muy infantil, pero era de las cosas que más amaba, ya que solo lo hacía en su precencia.
Sabito se metió debajo de las cobijas para así poder estar sobre el oji-azul, y dedicarle tiernos besos en toda su piel de terciopelo provocando que el atacado riera.
—Noooo~ déjame dormir~ -Estaba feliz, pero el sueño aún se apoderaba de su cuerpo-
—Nop, ya es hora de que te levantes, muero por decile a todos lo nuestro.
En ese momento en azabache recordó lo que había sucedido la noche anterior y sintió una calidez y felicidad inigualable.
Voltio a ver al mayor, y ahí estaba, la hermosa persona que tanto amaba, se encontraba frente a el, y desde ese momento y hasta que sus corazones dejarán de latir, siempre estarían juntos, está idea lo hacía tan feliz que pequeñas lágrimas salieron de sus ojos, lo único que pudo hacer fue reunirse con su amado en un dulce beso, de ahora en adelante, esos acercamientos y muchos más serían muy comunes entre los dos.
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—Por cierto, ¿En dónde está Makomo? -Cuestiono mientras seguía preparando el desayuno y su compañero se encontraba recostado en el piso-
—No tardara en llegar.
—¿A si? Pero en donde estuvo, no pasó la noche aquí.
—A-a~... Pues, ¿Salió?
—Ya veo, ¿Fue al festival con Mitsuri y kocho?
—No se~
Ese tono de voz no era desconocido para el chico de la cicatriz, su novio tenía una singular forma de mentir.
—Mmm, ¿Por qué no me quieres decir?
—No es que no te quiera decir, es que yo no tengo que decirte nada.
