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Nathan Blair <\3- 1 7 : 2 8 p m -

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Nathan Blair <\3
- 1 7 : 2 8 p m -

— ¿Y que has hecho? Con tu vida... Ya sabes — Lotus le dió un sorbo a su malteada. La de ella era de chocolate y la mía de fresa. Aun que la de chocolate se veía muy buena y la tomaría... Si no fuera alérgico al chocolate... Great success, i guess.

— Pues... Me mudé. Ya ves que vivía en California, ahora vivo aquí. Lyon también vive aquí — sonreí. — Vamos a la escuela juntos y justo acaba de llegar su hermana de un intercambio... Creo.

— Ooh, ya. Yo sigo viviendo en Hollywood con mi hermano — siguió hablando y yo contestando sus preguntas. Okei, esto parecía una trivia o un cuestionario mas que una salida de amigos ¿O era una cita? Nah, tampoco es para tanto ¿O si?

El teléfono de Lotus sonó y se levantó de la mesa. Yo me quedé sentado dando largos sorbos a mi malteada y mirando la de Lotus como si fuera ____. Había probado el chocolate en algún punto de mi vida, ahí descubrí que soy alérgico pero oh por Dios, su sabor era maravilloso al punto de que pudiera llegar a compararlo con ____.

Lotus llegó a la mesa. — ¿Quieres ir a una banca a esperar a que lleguen por mi? Podemos seguir hablando — le dió un sorbo a su bebida finalizando esta.

Di el último sorbo a la mía — Claro — sonreí.

Fuimos a dar una vuelta al parque cruzando la calle. Había niños jugando y vendedores deambulando, un escenario de película. Que raro era esto.

— ¿Y como te ah ido en el amor?... Ya sabes — rió. Metí las manos en mis bolsillos. — ¿Alguna chica?... ¿Chico? — ¿Por que sonaba tan emocionada?

— Soy bi. Conocí a un chico recién terminando las grabaciones pero creo que fue solo algo pasajero — reí recordando.

— Uyuyuyyy — ambos reímos.

— ¿Y tu?

— Llevo rato con una chica — miró a su alrededor. Choque nuestros hombros y finalmente caímos sentados en una banca. — Pero no se, siento que aun tengo atracción por los hombres... Creo... Sin ofender — ambos reímos a carcajadas.

— ¿Por que lo crees? — ahora era yo el de las preguntas raras. Great success.

— No se la verdad. Nunca eh besado a un hombre y solo eh estado con chicas — me miró. La miré. Me miró. La miré.

— ¿Sin compromiso?

— Sin compromiso — me miró una última vez y al otro momento ambos estábamos juntando nuestros labios en un beso. Y no parecía tener fin, o ninguno quería dárselo.

En cambio, el asesino del apasionado beso fue el pitido del un auto. Mis mejillas se pusieron rojas al pensar que el pitido provenía del auto de la mamá de Lotus.

Detrás de la Fama 📚 | Nathan BlairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora