DIGNO DE TU AMOR [ King y tu]

CAPÍTULO 5

Narra ______

Corrimos detrás de Merlín hasta llegar a la habitación de King. En esta, se encontraba Eliane y Hawk. Al parecer lo demás aún no regresaban.

Dentro de la habitación, Merlín se había montado un pequeño laboratorio en donde comenzó a trabajar con los ingredientes, sin perder tiempo.

Me acerqué a la cama en donde King se encontraba recostado, aún inconsciente. Me llevé las manos a la boca en un acto de asombro al verlo. Se encontraba bastante pálido de la cara, su pecho estaba descubierto y en él, tenía lo que parecían moretones en color morado y tonos verdosos que llegaban hasta sus brazos. Respiraba pesadamente mientras el sudor corría por su frente.

Volteé a ver a Merlín rogando mentalmente porque terminara de preparar el antídoto ya.

­Eliane estaba del otro lado de la cama, mirando a su hermano con lágrimas en los ojos. Inmediatamente un nudo se me formó en el estómago.

– Él estará bien, ya lo verás– dije en un intento de tranquilizarla.

– No va dejarme de nuevo ¿Verdad? – preguntó en voz baja.

–Claro que no, ha dicho que eres lo más importante para él, no va a abandonarte.

Ella levantó la cabeza en mi dirección y me sonrió – Gracias _____.

– Está listo, espero que no sea demasiado tarde– dijo Merlín. Se acercó a King y vertió el líquido en su boca – Ahora sólo queda esperar.

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Al pasar de las horas, King parecía encontrarse mejor, los moretones estaban desapareciendo de su cuerpo y el color estaba regresando a su cara. Aun así, seguía sin despertar.

Esta noche me había ofrecido a cuidarlo, pues Merlín dijo que teníamos que estar al pendiente por si presentaba algún efecto secundario.

La expresión en su rostro mostraba calma, y eso me tranquilizaba, pues significaba que el dolor estaba disminuyendo, si no es que ya había desaparecido.

Me senté en la silla mientras lo observaba, tomé su mano y la acaricié delicadamente.

–Que susto nos has dado, King. Despierta ya por favor– dije en un susurro –Déjame ver tus hermosos ojos de nuevo.

Narra King

Intenté abrir mis ojos, pero estos se sentían demasiado pesados.

Poco a poco mi vista se aclaró dejándome ver mi habitación, la luz que entraba por la ventana me daba a entender que estaba amaneciendo. Sentí calidez en una de mis manos y volteé a mi izquierda. _____ se encontraba sentada en una silla a lado de la cama, con una mano sostenía la mía y en la otra recostaba su cabeza mientras dormía.

Sonreí inconscientemente.

– Hey – susurre mientras la movía un poco – Despierta.

_____ comenzó a moverse, hasta despertarse, se frotó uno de sus ojos con sus nudillos mientras se estiraba un poco. Cuando sus ojos se encontraron con los míos, una enorme sonrisa apareció en su rostro.

– ¡Harlequin! Que gusto que hayas despertado – se lanzó a mí, dándome un fuerte abrazo – Me tenías muy preocupada.

- Estoy bien – respondí mientras sentía un ligero rubor aparecer en mis mejillas – Gracias por estar al pendiente de mí, no tenías por qué hacerlo.