DIGNO DE TU AMOR [ King y tu]

CAPÍTULO 30

Nota de la autora:

Capítulo cortito. 

Hay una parte narrada en segunda persona, espero no cause confusiones. 

..........ʚĭɞ..........

Narra ____

Estaba decidido.

Pasé los siguientes tres días analizando mi situación y platicando con Gowther, después de pensarlo bien, llegué a la conclusión de que lo mejor para mí en estos momentos, es aceptar la misión.

Me levanté poco antes de que el sol se asomara de entre las montañas. Tomé un baño y bajé a desayunar. Para mi buena suerte, no había nadie aún.

Tal vez sea egoísta de mi parte, pero no estaba lista para enfrentar a los demás, es decir, tampoco les debo explicación alguna, pero prefiero que todo esto se mantenga en privado, al menos hasta que me vaya.

Salí de la taberna y me encaminé hacia el castillo. Cuando llegué, los guardias me saludaron cortésmente y después de decir a quién buscaba, me dejaron pasar. Caminé por los pasillos hasta llegar a la puerta negra, toqué y casi enseguida abrieron.

—Vaya, no esperaba tu visita tan temprano.

—Creí que aquel asunto era de urgencia—. Respondí mientras entraba en la habitación.

Posé los ojos en las dos personas que tenía enfrente. Merlín me dedico una sonrisa satisfecha; el capitán, por otro lado, se encontraba con los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido mirando unos papeles extendidos sobre la mesa.

—Lo haré.

El rubio cambió su expresión por una de asombro dejando caer sus brazos a los costados y dirigiendo por completo su atención hacia mí — ____ ¿Estás segura? —preguntó confundido.

—¿Creíste que me negaría? voy a ayudarlos.

—No imaginé que el Rey Hada te dejaría ir tan fácil.

—Él no tiene nada que ver en esto—. Desvié la mirada.

—Uh... ¿Problemas en el paraíso? —el tono de Meliodas delató su interés.

—Preferiría no hablar de eso ahora.

Merlín pareció comprender, porque enseguida interrumpió el interrogatorio del capitán. —Muy bien, manos a la obra. Primero que nada, tienes que saber que viajarás por medio de la teletransportación.

Mis ojos se agrandaron al instante. —¿Eso es físicamente posible?

—Será un experimento—. Meliodas me miró entusiasmado.

—¿¡Qué!?

—He estado trabajando en una máquina, parece funcionar bien, pero serás el primer ser vivo en probarla—. Dijo Merlín.

—¿Piensan mandarme al otro lado del mundo con un artefacto que no es cien porciento seguro? — los miré anonadada.

—Es lo más rápido. Sí viajas por métodos convencionales, aun con propulsión, tardarías semanas en llegar, además de que podrías perderte en el camino. No hay una ruta concreta para seguir.

—Tiene que ser una broma—. Me froté las sienes con las puntas de mis dedos.

—Hicimos muchos experimentos antes. Es verdad que hay riesgo, pero no te enviaríamos de esta manera si la probabilidad de éxito fuera baja— habló Meliodas con un tono más serio.