CAPÍTULO 26

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Un punzante dolor en la cabeza me hizo abrir los ojos, la luz me cegó y la migraña se hizo más intensa. Cerré los ojos bufando mientras me cubría por completo con las sabanas.

Se escuchó una risa suave.

—Parece que no lograste salvarte de la resaca— escuché decir a King.

Me asomé un poco bajando la cobija hasta mi nariz. —Esto es horrible— me quejé. —Lamento haberme burlado de ti cuando te llegó a pasar.

El negó divertido y se levantó de la cama, se colocó sus pantalones y salió de la habitación.

Regresó casi enseguida con un jugo de naranja y una pastilla.

—Es gracioso que todas amanecieron de la misma manera— se acercó a la cama y me tendió las cosas. —Ban se adelantó y ya tenía preparado esto para cada una, al parecer mi hermana fue la primera en dar lata— se burló.

—¿Qué es esto?

—Es para la resaca, Merlín las fabrica de vez en cuando para Ban y el Capitán, tómala, hará efecto en media hora.

Me pasé la pastilla con ayuda del jugo y agradecí por el alivio en mi boca, me ardía la garganta y la lengua se sentía pastosa, era una sensación desagradable.

King se sentó frente a mí y me miró en silencio, mientras me terminada el jugo.

—Nunca creí verte borracha— comentó.

Desvié la vista mientras jugaba con las sabanas, avergonzada. —Yo tampoco, pero Diane fue muy insistente, no planeaba beber tanto, pero llegó un momento en el que me sentí muy bien, la cerveza pasaba como agua y tenía una extraña necesidad de seguir tomando.

—Lo entiendo, así es como el alcohol te envuelve, sólo debes de tener cuidado para que no se vuelva un vicio.

Negué con la cabeza. —Lo tengo muy claro, no planeo estar tomando a cada rato.

—Me parece bien —sonrió.

Nos quedamos callados unos segundos.

—Diane se veía muy mal— dije rompiendo el silencio.

Él hizo una mueca —Pude notarlo, no creí que romperían, se veían bastante felices, bueno dejando de lado sus peleas.

—Supongo que son cosas que a veces pasan, hay ocasiones en las que el amor no es suficiente para mantener una relación. — me encogí de hombros.

—Al parecer es así.

—Va a necesitarte... —King levantó la mirada enseguida. —Eres su mejor amigo —continué, rascándome la nuca —Cuando alguien pasa por situaciones como estas, necesita un poco de apoyo.

—De hecho... —dijo mordiendo su labio con nerviosismo —Diane me dijo algo parecido el día de ayer cuando la llevé a dormir.

—¿Ah sí?

—Me dijo que se sentía perdida, estaba tan acostumbrada a la compañía que Howser que no sabía cómo lidiar con la soledad. ¿Está mal que tenga la necesidad de hacer algo para que no se sienta de esa manera? —preguntó mirándome a los ojos.

Yo me quedé en silencio unos segundos. —No debería de haber ningún problema, quieres ayudarla porque es importante para ti.

—Diane no me gusta, la quiero, sí, pero como amiga, no pienses que sigo enamorado de ella.

No pude evitar sonreír. —Lo sé, confío en ti y en tus palabras, así que no te preocupes por mí, si quieres hacer algo por ella, adelante.

—¿De verdad estaremos bien?

DIGNO DE TU AMOR  [ King y tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora