03; amor prohibido

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Mark.

— ¿Erí' nuevo? — RenJun le había preguntado al cabro que entró a la sala y se sentó frente a nosotros hace unos diez minutos atrás.

— Eeeeh, sí. —.

— ¿De qué liceo vení'? —.

— Del Diego Portales. —.

— Aaaaah, ¿y porqué te viniste pa' acá? A nosotros nos ven como los weones más cumas de Rancagua dkdkd. —.

— Es que creo que combino más acá que allá po', me echaron porque me pillaron fumándome un cañito en el baño fkfkfk. —.

— Naaaa, ¿me estai'? —.

— No si en serio, los viejos de ese liceo son pesaos, no te dejan hacer ná'. —.

Creo que todos estábamos entretenidos escuchando la conversa, porque nadie más se metía.

— Que brígido, acá nosotros fumamos antes de entrar a clases, en la plaza de al frente. —.

— Siempre quise hacer eso, pero ningún weón me apañó nunca. —.

— Bueno, ahora tení' una tracalá de weones que te van a apañar siempre. — ahí el Jaemin habla y todos nos reímos — Me presento, soy Jaemin, pero estos pesaitos me dicen Jaime. —.

— Un gusto. — le dió la mano.

— Aprovechando, te cuento al tiro que el RenJun es mi mino... —.

¡Pero Jaemin! — el mayor lo retó — ¿Cómo le decí' eso? Acaba de llegar y ya andai' marcando territorio. —.

— Por si acaso nomá'. —.

— No si ta' bien, mejor que me cuenten al tiro quienes son pareja, como pa' no jotearme a la gente equivocada. —.

Se volvieron a reír, pero yo estaba muy distraído como para entender el chiste.

El loco era muy bonito, demasiado para un ser bisexual y débil como yo, tenía dos piercings —específicamente argollas— en el labio inferior y el pelo bien largo, con mechones rojos.

Me acordé del meme "¿como va a ser punky kel calderón?" y me reí solo como aweonao.

Pero un comentario me hizo volver a la realidad.

— Pero yo estoy soltero. — le Jeno el dijo, inmediatamente los cabros lo empezaron a molestar.

El Chenle le pegaba con el codo en las costillas y el Jaemin subía y bajaba las cejas, ambos agarrándolo pal leseo.

El cabro lindo se rió despacito, caché que le iba a responder, pero le puse la mano frente a su cara, y ahí recién me vió.

— Hola, yo también estoy soltero, me llamo Mark. —.

Me dedicó una sonrisa que, conchetumare, me dejó babeando.

— Donghyuck, un gusto. — estrechamos nuestras manos y nos quedamos así y en silencio.

Como si no hubiera nadie más con nosotros.

En dos meses Donghyuck ya se había integrado al grupo, sí, pero yo sentía que tenía más confianza conmigo, como que ni nos separábamos. Hasta que al Jeno le empezó a atraer el Donghyuck, y ahí yo quedé como sobra.

Primero le decía cositas bonitas, después le daba regalos y lo invitaba a comer casi siempre, como el curioso que soy, le pregunté al Hyuck si le gustaban esas cosas, o si le gustaba Jeno, o qué pasaba últimamente con él. Porque aunque fueramos amigos, no compartíamos nuestras conversaciones privadas con los demás.

miénteme una vez // markhyuck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora