Al ver a Sakura, tuve la necesidad de ir tras ella, sin embargo, recordé los consejos tanto de Naruto con el del abuelo de Hinata, darle un tiempo, para poder hablar con ella; no quería acorralarla y que esto resultara realmente mal.
Seguí sentado en aquella silla, observando la noche e ideando maneras efectivas para poder hablar con ella, sin que, me diera evasivas para explicarle lo que realmente había pasado. Por primera vez en mucho tiempo, me sentía en una encrucijada, nunca me había importado tener que darle explicación a alguien; ni había tenido la necesidad imperiosa, de tratar de solucionar las cosas, pues siempre daba por terminado mis relaciones sin entrar en detalles; optando en estos últimos años, ir de cama en cama, follar sin preocupaciones, disfrutando mi tiempo de soltería.
Pero está vez, ante todo pronóstico, y desconociéndome un poco, quise cambiar eso en mi vida, en mi cabeza no había cabida para la posibilidad de compartir con alguien más allá de las sábanas, pero con Sakura, esto está cambiando de una manera drástica, de alguna manera ella le fue dando un poco de color a mi vida.
Di el ultimo trago a mi cerveza, y me dirigí a la habitación que compartíamos. Las luces se encontraban apagadas y allí, la noté acurrucada en la cama. Me acerqué un poco a ella, y noté que estaba completamente dormida y con visibles lágrimas en su rostro. Me sentí culpable y me lamenté al verla así.
Toqué su mejilla, y ella se removió un poco, así que decidí alejarme y acostarme a su lado. Me sentía desorientado, lo que se había vuelto nuestra rutina y que al principio se me hacía extraña, se había vuelto importante para mí y me había dado cuenta, está noche, que no pude abrazarla. Me di la vuelta mirando hacía la pared, suspirando fuertemente; y quedándome después de un largo rato completamente dormido.
La mañana llegó y me giré a un lado, ella ya no se encontraba allí, me levanté asustado, pensando que se había ido sin mí.
Bajé las escaleras rápidamente, pero al llegar al último peldaño, escuché que llamaban. Me dirigí hacía el comedor, y allí estaban Hinata, sus abuelos y Sakura, sentí alivió al verla, me pidieron que me sentará y empezará a comer.
Me senté y todos me saludaron en coro, pero después de eso nadie habló, nunca me había parecido el silencio tan incómodo, y que decir que muchas veces lo disfrutaba, pero está no era la ocasión para hacerlo. Los abuelos de Hinata decidieron hablar para romper un poco la tensión, volviéndose un poco más ameno el desayuno, risas iban y venían, hasta que cierta persona bajo y la tensión empezó de nuevo.
Sakura, se levantó, agradeció por la comida y empezó a recoger los platos, yo me levanté a ayudarla, ella me agradeció con un asentimiento, colocamos los platos y cubiertos, en el lavaplatos, y le indique que yo terminaría de ordenarlos, por lo que ella, dijo que iría organizar nuestras cosas para poder irnos; se retiró y después de un rato entró Ino con unos platos en sus manos.
Mientras que terminaba de organizar, Ino intentó iniciar una especie de conversación conmigo, la ignoré, y cuando termine, puse a funcionar el lavaplatos, me acerque a la puerta y ella, tomó mi brazo, la miré con enojó.
-Sasuke, no me ignores, yo..
- Si no tienes nada bueno que decir, mejor guarda silencio- me solté de su agarre y salí de allí.
Me adentré a la habitación y todo estaba listo, Sakura, salió del baño, y me indicó que ya podría entrar.
Me bañe, me arregle y una vez estuvimos listos, salimos de allí, tomamos nuestras cosas, y nos dirigimos a despedirnos de la familia de Hinata y agradecerles por su hospitalidad.
El abuelo de Hinata se acercó a mí, dándome un pequeño golpe en la espalda, y diciéndome que no dejará de luchar.
Hinata, abrazó a Sakura, susurrándole algo al oído, que ciertamente, yo no pude, escuchar, luego, se despidió de mí, con un gesto de mano y sonriendo, no sin antes decirnos que nos veríamos en Las Vegas. Sakura le sonrió.
Tomamos el coche, rumbo a el Cratér Barringer, y luego de allí iríamos al Gran Cañon, un lugar que queríamos visitar, y que aprovechando el desvió a Las Vegas, tendríamos la posibilidad de conocerlo.
El trayecto, no había sido como esperaba, se había tornado, un poco silencio, solo la música que había traído Sakura nos acompañaba, ella me hablaba de vez en cuando indicándome que caminos y desvíos debíamos hacer, mientras que yo la observaba por lapsos de reojo.
Llegamos a nuestra primera parada después de 4 horas y media, Cratér Barringer, era impresionante, fue el resultado del impacto de hace más de 50 000 años de un gran meteorito que cayó a la tierra, tomamos varias fotos, Sakura se veía sonriente, y por un momento sentí que lo que había pasado hace unas horas atrás, no había ocurrido.
Pero la realidad era otra, después de un rato, decidimos, tomar nuevamente la ruta, esta vez con nuestro destino el Gran Cañon, quedándonos 2 horas de camino aproximadamente.
Nuevamente, el silencio reino, pero después de un rato, Sakura habló.
- Lamentó, lo que te dije- me dijo Sakura, observándome de reojo.
- Tú no tienes nada, que disculparte, yo...- pero antes que terminará me interrumpió.
- No quiero, que esté viaje sea incómodo para los dos, podemos seguir siendo amigos, después de todo- me dijo con una sutil sonrisa que denotaba un aire de tristeza.
Aprete el volante, y por un momento, pensé que, en parte tenía razón, para que meterme en esto, si ella me estaba dando una salida fácil a todo. Al final podía seguir mi vida normal, sin preocuparme por ello, siendo amigos.
Sin embargo, esto es ¿realmente lo que quiero?, pues otra parte de mí, se resistía a perderla.
Mi cabeza estaba en un debate completo.
Mierda, ¿Qué hago ante esto?
Continuará....
💙💙💙💙
Mi más sincero agradecimiento a ustedes queridos lectores, por el apoyo que le han brindado a está historia.
Gracias por seguir leyendo, comentar y votar❤
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Simplemente ella (Terminada)
RomanceSasuke un abogado de 29 años, lleva una vida entre papeleo interminable, casos por doquier, con una rutina que lo carcome, pero el día y lugar menos pensando, llega una chica hermosa y apasionada que quiere hacerle cambiar la perspectiva de la vida...