Marry Me! || Binwoo

🌸Capítulo 13🌸

Cualquiera pensaría que las cosas entre la linda pareja hubiera vuelto a la normalidad luego del incidente con Minhyuk.

Dongmin cortó lazos completamente con él, y si se lo topaba en el trabajo, cosa que lo evitaba a toda costa, simplemente lo ignoraba mientras cerraba sus ojos con fuerza mientras que el contrario le daba un pequeño vistazo con atisbo de tristeza, pero no insistía. Si tenía que pedirle algo a Dongmin siempre encargaba a otro de sus empleados para que fuera por él.

El omega estaba considerando seriamente el renunciar, pues a pesar de tener una buena paga el solo estar en el mismo edificio que Minhyuk le daba miedo. ¿Qué pasa si Minhyuk se le vuelve a acercar y se encuentra completamente solo esta vez, sin que nadie lo ayude?

Aún no entendía el por qué se comportó así. Lo había conocido desde la secundaria, habían mantenido una relación en la cual todo era de color rosa. ¿Entonces por qué? Sabía que había sido el alfa dentro de él, no Minhyuk, que este no le tocaría ni un pelo si se lo pidiese. Pero aún así el solo verlo le recordaba a esos ojos sedientos de él haciendo chillar a su lobo interior.

Moonbin en cambio... entendió la situación. Dongmin le contó a detalles todo lo que había sucedido pues no quería tener malentendidos con él, y así fue. Pero a pesar de tener toda la información y hechos en la cabeza, Moonbin estaba dolido.

Estaba distante.

Y otras veces su mirada parecía perdida.

Lo que más le dolía a Dongmin era que al dormir ya no lo abrazaba por detrás, sino que le daba la espalda. Ese fue un golpe bajo para él pues se había acostumbrado a dormir rodeado por los brazos del mayor.

Moonbin prefería ahogarse en trabajo que volver temprano al departamento dejando a Dongmin solo y esperándolo sin saber a qué hora llegara con exactitud. Quería mantener su mente ocupada para no pensar en Minhyuk, y en lo que hubiera pasado si es que no hubiera llegado a tiempo.

La única que acompañaba a Dongmin en sus tardes, y a veces noches de soledad, era Roha, la gata que Moonbin había traído aquella vez. Al principio fue algo agresiva con Dongmin, pero este supo como ganarse su cariño convirtiéndola en una gata mimosa e engreída que quería atención las 24 horas del día.

A Dongmin le parecía curioso, pues era exactamente como Moonbin... Antes de lo de Minhyuk, claro.

Su relación se estaba desmoronando así no lo pareciera. La confianza que habían formado entre los dos durante tantos años se iba quebrantando con el pasar de los días haciéndose más secos y fríos.

A veces se encerraba en el baño y lloraba en silencio tocándose el corazón al ver a su alfa tan distante y con esos ojos tan apagados cuando lo mira. Extraña al Moonbin que reía con sus propias ocurrencias, chistes, que jugaban en la cocina mientras preparaban la cena o que se lanzaba a sus brazos sin pensarlo para llenarlo de caricias y besos.

Todo el tiempo estaba triste, ambos los estaban de hecho, el departamento que alguna vez estuvo lleno de fuertes feromonas de alegría ahora estaba plagado de un aura sombría. 

Pero durante esos días, Dongmin estuvo recapitulando una y otra vez aquél aterrador suceso así no le gustara. El del porqué sucedió, cuál fue la gota que rebalsó el agua, la inseguridad de Moonbin. Y todo le llevaba a una sola respuesta.

La marca.

Si tan solo él se hubiera dejado marcar por Moonbin hace tiempo, si hubiera aceptado sus tontas, pero a la vez adorables, propuestas de matrimonio nada de esto estaría ocurriendo y ambos se estarían regocijando en besos y abrazos.

Siempre culpó a sus padres por haberlo criado con una ideología algo retrógrada sobre no estar marcado hasta el matrimonio, pero en realidad nunca fue así. La culpa no la tenían ellos, la tenía él mismo. Incluso sus padres hace ya mucho tiempo habían dado el permiso a Dongmin para que se casara en cualquier momento con Moonbin si así lo deseaba, pues era un buen alfa que se veía a leguas que lo amaba demasiado como para hacerle daño.