Imperfectly Perfect |KookV| (Omegaverse)

22

—¡Por la Luna! Goo- ¡Hmmmg!

Sí, ya no sentía las piernas.

Su amado esposo le estaba dando otra de sus rondas de sexo. Ya ni sabía cuánto tiempo había pasado, ni qué día era y mucho menos cuántas veces lo habían hecho.

Lo único que podía sentir era aquel grueso falo entrar y salir de él, vibrante y caliente, listo para hacerlo delirar en placer. Lo cual estaba haciendo.

Sus piernas estaban muy abiertas, tenía a un jadeante alfa en medio de estas el cual arremetía sin piedad en su agujero, todo mientras lamía, chupaba y mordisquea por donde pueda y desea.

—¡Sí! ¡Ahí! Se siente bien...

No miente, se siente súper bien cuando golpea o roza una parte sensible dentro suyo, eso lo hace ver estrellas y desea que no pare de golpear allí. Todo eso hace que olvide por momentos lo cansado y adolorido que está.

—¿Te gusta cuando toco aquí? —pregunta el alfa seguido de mover sus caderas para tocar ese punto que hace delirar al omega.

—¡Sí! ¡Más! 

—Creí que querías que parara...

—Tú sólo sigue, alfa...

—Je...

Y acto seguido, las fuertes embestidas del alfa no se hicieron esperar, entraba y salía del omega con mucha fuerza y desenfreno, al punto que TaeHyung no hallaba de dónde sostenerse. El sonido de sus pieles al chocar sólo hacía al alfa inflar su pecho con orgullo y más al saber que lo estaba haciendo bien, pues su omega gritaba su nombre con mucho ímpetu, sus gemidos eran música a sus oídos.

—Estoy cerca...

El omega gimió cuando se corrió, seguido de eso su marca fue reabierta. Segundos después, sobre su torso pegajoso, se desplomó un exhausto alfa.

—Pesas, Googie... Y estoy muy agotado... creo que voy.. voy...

Y no terminó su frase.

—¿Tae? ¿Amor? —Al no tener respuesta, se endereza para mirarle. Sonrió—. Lo siento... te cansé mucho... descansa. —besa la frente del durmiente omega y se separa de él para levantarse.

De pie junto a la cama, observa al omega desparramado sobre el colchón. Está lleno de fluidos, algunos ya un tanto secos. Quizás para alguien más puede ser una imagen asquerosa, pero para él, un alfa, es la imagen más preciosa. Su omega, bañado con su esencia, oliendo a él y a los fluidos que compartieron, Luna... es maravilloso.

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Creyeron que ya era momento de salir y retomar sus responsabilidades de nuevo, ya habían disfrutado mucho su luna de miel.

Vaya que fueron muchos días.

Pero era momento de volver a la vida de adultos y asumir sus roles en la manada.

—¿Seguro que estás bien? —cuestiona con preocupación el alfa, pues sabe que su omega fue el que más sufrió por sus encuentros.

—Lo estoy, la espalda ya no duele mucho...

JungKook se acerca y lo rodea con sus brazos, mientras que el omega esconde su cara en el fornido pecho.

—Puedes quedarte otro día más y descansar.

—Estoy bien... Sólo es falta de práctica...

—¿Es así? Podemos-

—¡No! ¡Oh Luna! Más vale que lo hagas dormir de nuevo porque no pienso hacerlo cuando estamos por salir.