Capítulo IV

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TN logra abrir el gran portón del castillo abandonado, se oye un gran chirrido producido por los ejes oxidados de la puerta, un escalofrío recorre el cuerpo de TN.

La luz de la luna ya alzada en el cielo le otorga una mínima visibilidad. Ve un gran recibidor, con anchas escaleras a cada lado para acceder a la segunda planta. TN coge valor, entra y entrecierra el portón, no quiere que alguien entre porque esté abierta la puerta, pero no la quiere cerrar del todo por si tiene que salir por patas de allí.

TN mira a la derecha, ahora que la puerta está casi cerrada, no puede ver tan bien como antes, solo puede distinguir una sala grande con muebles negros, con una alfombra enorme que o bien está muy sucia o es muy oscura, también puede ver lo que parece ser una chimenea, puede serle útil para otro momento...

Ahora mira a la izquierda, solo alcanza a ver un largo pasillo que parece que no acabe nunca, con varias puertas a un lado y al otro unas cuantas armaduras, pocas completas, a algunas les faltaba el casco, a otras el peto, a veces faltaba toda la parte de abajo... TN no se atrevió a pasar por ahí, ya lo investigaría por la mañana. Decide mirar en el segundo piso, quiere encontrar un cuarto y dormir hasta la mañana, está segura de que con la luz del día todo se verá mucho menos espeluznante.

Al final, TN encuentra un cuarto en el segundo piso, es algo grande, tiene una ventana al fondo de la habitación, está agrietada y sucia, pero la luz de la luna puede traspasarla, eso la alivia. La cama se encuentra junto a la puerta, eso no le gusta mucho...

TN intenta dormir en la cama, que está un poco rígida, no ha sido utilizada desde hace mucho tiempo. Decide mover la cama hacia la ventana, así podrá mirar el exterior y se alejara de la puerta. Pero para eso, antes tuvo que mover el escritorio que se encontraba bajo la ventana, la colocó en la esquina derecha y también tuvo que mover la mesa que se encontraba en el centro de la estancia, para mover la cama con mayor libertad.

Ahora sí, ella se sentía mejor, e incluso la cama parecía más confortable ahora. Esta vez no le costó mucho dormirse, se sentía vastante segura, el día siguiente miraría el castillo entero. Aún no sabía lo que iba a hacer, ya lo decidiría más adelante...

Al día siguiente...

Llegó el sol, las ventanas sucias no dejaban entrar mucha luz a la habitación, pero ahora se podía ver bien el interior. La mesa en el centro, el escritorio bajo la ventana, la cama junto a la puerta...

- ESPERA UN SEGUNDO. - Dijo TN alertada. - Juraría haber movido la cama junto a la ventana ayer por la noche, y ese escritorio... lo dejé en aquella esquina... Que ha pasado aquí? - TN estaba asustada, pero, como la persona racional que es, no cree en los fantasmas, así que, dedujo que nunca movió los muebles, solo fue un sueño...

TN estaba un poco conmocionada, pero en seguida se le pasó y decidió explorar el castillo. No tenía mucho más de lo que vio por la noche, todo lo que le quedaba por ver eran millones aposentos desiertos, vacíos, sin nada. Y la gran cocina, llena de mugre y madera ya podrida, no pudo encontrar comida dentro del castillo. TN decide salir a cazar, está vez no tiene prisa, así que no va a hacer solo trampas, busca algo afilado o puntiagudo para cazar.
Las armaduras del pasillo de la entrada principal no tienen armas, pero, encuentra un habre-cartas en un sillón del gran salón que se encuentra a la derecha de la entrada. Con eso, construye una lanza casera y sale del castillo con la intención de cazar.

Primero coloca varias trampas alrededor del castillo y luego sigilosamente, va en busca de algún animal pequeño que le pueda alimentar. No tarda mucho en encontrar una madriguera de zorros, con pena, caza un par y deja el resto de la familia en paz. Intenta buscar más, pero, solo ve pájaros que son inalcanzables para ella. Revisa las trampas. Nada.

TN vuelve al castillo, no quiere gastar la comida que ha conseguido, la guarda. Mañana saldrá a ver si las trampas han atrapado algo, y buscará plantas comestibles, pero por ahora,
ordenará y arreglará su nuevo hogar...

Empieza por el salón, retira los muebles a un lado, recoge la alfombra e intenta sacudirla fuera del castillo, cosa que es difícil, ya que, es muy grande, pero más o menos consigue quitarle el polvo de encima.
Coloca la alfombra en medio de la sala, le quita un poco el polvo a los sofás y los coloca de manera que están mirando todos a la chimenea. Sigue limpiando y moviendo de sitio los pocos muebles que quedan en el castillo, incluidas las de, ahora, su propia habitación. TN queda satisfecha con su pequeña remodelacion y enciende la chimenea con palos que recogió anteriormente de fuera.

Con el habre-cartas de esta mañana corta un trozo de la caza de hoy, y la cocina en el fuego. Una vez terminada la cena, se queda un buen rato cerca del fuego, se siente cómoda, por muy extraño que parezca, no se siente sola, ni asustada. Está feliz y a gusto.

Ya cuando el sol cede el cielo a la luna, TN se encamina a sus aposentos, cierra la puerta y se mete en la cama, que está vez se encuentra bajo la ventana, y puede ver los árboles desde allí, todo parece muy tranquilo y tampoco ha visto a nadie buscándola...

TN se encuentra plácidamente dormida, cuando un susurro en su oído la hace saltar del susto.

- Vaya... ¿Que tenemos aquí? - TN se despierta de golpe, espera que haya sido un sueño. Mira hacia un lado, no ve nada.

- Sigo soñando? - dice algo perdida, ya sería la segunda vez, empezaba a preocuparse.

- Me temo que no niña, estoy justo aquí. - la voz habla tranquilamente, TN mira hacia arriba, y ahí estaba él, el dueño de la voz, volando por encima de ella. No tiene que procesar nada, su primer impulso fue gritar.
- NO GRITES, JODER - le manda a callar, él le tapa la boca y la intenta inmovilizar poniéndose encima de TN.
Ella se zafa de su agarre y sale corriendo hacia la entrada principal, quiere salir de allí.
TN estaba apunto de abrir la puerta y al hacerlo descubre al mismo sujeto al otro lado de esta.

- Hola ~ - dice con una sonrisa en su cara.

TN intenta esquivarlo y huir, pero él la agarra del brazo con una fuerza sobrehumana.
Para cuando se dio cuanta, ya la había llevado a su cuarto, la tira a la cama, se sube encima de ella, está vez, inmovilizandola correctamente.

Él se acerca a su oído, y con sus labios rozando su oreja la susurra:

- ¿Intentas escapar de mi?

Perfecta maldad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora