EL BOSQUE DE LIANAS

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Chan despertó mucho antes que todos. Ya era de día, pero el sol seguía escondido, le gustaba pensar que estaba "durmiendo". Una densa neblina los estaba rodeando. Hacía frío. El calor de una gran fogata ahora eran sólo unos cuantos trozos de carbón con humo, lanzando sus últimos suspiros de calor. Miró a su alrededor buscando a los suyos. Seungcheol estaba a su lado, aún dormía plácidamente, Vernon estaba a su izquierda, con Sofi sirviéndole de almohada. Los de Dena estaban juntos también. Y los Xila más allá de ellos. Miró al lugar donde Jeonghan y Cheonsa se habían recostado una noche antes.

Ninguno de los dos estaba.

Ya no podía estar acostado así que se levantó. Dino lo siguió tan pronto lo hizo. Se posó sobre su hombro y ambos se fueron adentrando en la densidad de la neblina.

No bastaron muchos segundos para que Chan se diera cuenta de lo insensato que había sido al adentrarse en el bosque sabiendo que no podía ver nada, y aún si pudiera, no estaba seguro de a dónde se dirigía. Tampoco sabía lo que estaba buscando. ¿O sí? A veces estaba harto del sentimiento de protección que se le generaba con las personas. Ni siquiera conocía a Jeonghan y no se había ganado su respeto o cariño como para tenerlo tan preocupado en ese momento. El día anterior parecía bastante herido, ¿Cómo podría levantarse así como así? Era imposible que en una noche se recupera por completo.

- ¿Y si una bestia lo arrastró en la noche? - preguntó en voz alta - No. Imposible. Alguien se habría despertado.

Estaba caminando sin rumbo, se detuvo en un punto ciego donde no sabía dónde ver o pisar. Dino voló en lo alto, sobre toda era bruma densa y fría. Escuchó sus alas blandirse en lo alto. No pasaron muchos segundos para que el ave volviera a posarse sobre su brazo. Al parecer, no venía solo. Cheonsa aterrizó frente a él casi enseguida.

Poco a poco la imagen de Jeonghan se hizo más nítida frente a él hasta que quedaron a pocos metros de distancia.

- ¿Jeonghan?

- ¿Qué ocurre? - preguntó saliendo de la neblina

- Eso es lo que yo pregunto, ¿Tú estás bien?

Jeonghan ladeó un poco la cabeza.

- ¿Por qué no lo estaría?

- Ayer... - se detuvo pensando que no debería hacer un alboroto si él no le daba importancia - Nada - sonrió con ternura - ¿Quieres que despierte a los otros?

Jeonghan negó con la cabeza y una pequeña sonrisa se alzó en sus labios. Por una razón que Chan desconocía, el Jeonghan que estaba frente a él en esos momentos no se parecía en nada al que había conocido el día anterior. Sí, seguía manteniendo esa aura de superioridad y arrogancia, aún lo miraba por encima del hombro y su rostro no lucía muy amigable. Pero sus ojos ya no miraban con molestia, parecían más bien cansados, era como si alguien o algo le hubiera dado algo de paz. O simplemente estaba cansado de llevar el ceño fruncido todo el tiempo.

- Déjalos dormir un poco más, las bestias no pueden avanzar con esta neblina.

- Bien.

Jeonghan emprendió camino por dónde Chan había llegado. No pudo evitar notar el rojo en sus ropas, era sangre seca. Nada serio, pero lo suficiente para causarle inquietud y la curiosidad o necesidad de saber que ya estaba bien por completo. Apretó sus ojos y preguntó de una vez por todas.

- ¿Tus heridas están bien?

- Lo están.

Dijo sin dejar de alejarse. Y bueno, él ya había cumplido con lo suyo. No sabía si podría llamarle "charla" a ese pequeño intercambio de palabras pero al menos podría quitarse de la cabeza la idea de que Jeonghan era un chico aterrador. Era odioso, eso no había cambiado, pero no era aterrador.

RUN TO YOU [Jeongcheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora