5. Ser Su Amante Y Su Costo...

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"Superemos el drama de ésta historia de amor
Somos como un fruto inmaduro
Que todavía se aferra a sus ramas"

Bením hala umudum - medzecir.

Entre besos Colin adentro a Penelope en su habitación, una vez ahí cerro la puerta mientras la atraía con un fuerte abrazo contra su cuerpo

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Entre besos Colin adentro a Penelope en su habitación, una vez ahí cerro la puerta mientras la atraía con un fuerte abrazo contra su cuerpo.

Dirigió sus manos a sus hombros tomado las mangas de su vestido tirandolo al suelo y dejando al descubierto la figura en ropa interior de la pelirroja, se separaron a tomar un poco de aire mientras el pasaba su lengua por sus labios al tener frente a él, los dulces y grandes senos de su acompañante sobresaliendo del corsé, suplicandole que los liberé de esa sensual tortura.

Desabrocho su corbata y chaleco a la ves que los lanzó al suelo, penelope rápidamente le desabrocho la camisa tocando su torso con sus suaves manos acariciando más de lo esperado su torso músculoso.

Una vez estuvo solo en ropa interior volvieron a besarse con frenesí mientras se funden en un abrazo, con sumo cuidado la recostó en su cama mientras soltaba su cabello rojo dejándolo suelto ante sus ojos, un privilegio que sólo podía ver un marido.

Eres hermosa Pen - le comento mientras paso a desprender besos por el cuello llegando a la altura de su vientre, con sumo cuidado desabrocho las sintas sobre los cremoso y carnosos muslos de su acompañante besando cada trozo de piel una vez se hubo librados de ellas, también con sus manos bajo las pataletas de seda que cubrían su aporte más intima dejando escapar un gruñido de placer cuando pudo ver su delicada intimidad.

Con cuidado separo sus piernas mientras su lengua comenzaba a ittroducierse en su intimidad, ella suspiraba perdída en su placer por lo que con agilidad tomó con su lengua el delicado punto rojo inchado disfrutando del gemido que ella dejó escapar de sus carnosos labios ; sabía tan bien su interior que sentía la duresa de su entrepierna completamente despierta por lo que se despojo de sus calzoncillos disfrutando del sentirse liberado de la tortuosa presión.

Mientras seguía introducendo su legua pero jugando en intervalos con pequeñas embestidas producidas por su musculo bucal se percató que ella arqueba la espalda en búsqueda de más placer, con esa acción él le desabrocho el corsé y la despojo de el mientras tomaba sus grandes senos entre sus manos.

Dejó de juguetear con su boca en su intimidad quedando sus rostros a la mismísima altura, compartieron un beso lento y a pasible mientras él abrió sus piernas posicionando sus manos a la altura de su cadera a la vez que flexión sus pierna dejando sus intimidades al misma altura.

La punta de su miembro acariaba su clirtoris con una lentitud placentera para ambos, su querida e inocente Pen detuvo su movimiento de cadera con las manos por lo que sus ojos buscaron su mirada.

.La Mujer De Mi Hermano. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora