¿Es Malo Querer Algo Que No Es Mío?

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"Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos"

—Bolívar








–Asegúrense de ordenar todo cuando regresen a la Tribu. No alimentes con carne fermentada a tu lobo, Adam, sí la próxima vez que visite este lugar tengo que fregar las paredes de la porquería que hagan ambos se encargarán de asear los corrales todo el verano.

Los adolescentes siguen al jefe que sale de la cabaña cargando morrales de piel atiborrados de liebres y ciervos desollados; la niña pelirroja sigue al hombre con una postura recta, obediencia y clara atención a las palabras del enorme gigante de dos metros que se ve aún más grande por el grueso abrigo de piel que porta.

Un gemido herido atrae la atención del mutante, quien observa la interacción en el último puesto detrás de todos ellos.

–Solo sucedió una vez, no es necesario que nos amenace–. El muchacho está acelerando el paso tratando de mantener el paso con los largos pasos del hombre, que le dedica una mirada escéptica mientras sigue avanzando en la espesa nieve de Alaska.

Miguel Ángel no quería sentirse excluido por lo que había optado por seguir a los dos muchachos en un vano intento de sentirse pertenecer. Ahora mismo no está funcionando muy bien.

–Además, ¿porqué el verano? Sin ofender su intelecto señor, pero creo que la mejor temporada para darnos el castigo es en otoño–, argumenta deliberadamente con una voz demasiado similar a los vendedores ambulantes que tocaban las puertas en los programas de Tv que a Splinter le gustaba observar.

El hombre no se deja engañar a juzgar por el ceño fruncido que hace. Entonces se detiene abruptamente, tirando los pesados morrales en la nieve. La tortuga ni siquiera razona cuando se encuentra retrocediendo varios pasos de distancia, lo ha encabritado,¿no es así?¿Le va a golpear? Se encoge y espera sin percatarse que al par de muchachos no les afecta en lo más mínimo las acciones del mayor.

–¡Hibacchi, ven aquí!

El grito es estridente, el bosque vacío solo sirve para potenciar el eco que genera, hay pájaros chillando que alzan el vuelo ante el ruido. Por un momento no pasa nada, pero entonces la tortuga parpadea cuando oye un ladrido y pisadas apresuradas acercarse a través de la nieve.

Oye ladridos a sus espaldas respondiendo al primero, los lobos de ambos jóvenes retorciéndose emocionados esperando a que el nuevo integrante llegue.

No esperan mucho para vislumbrar la jodidamente enorme bestia que llega corriendo con la lengua hacia fuera a toda velocidad. Haciendo caso a así instintos de auto preservación se oculta tras el tronco de un árbol que parece ser arce, no es que sepa mucho de árboles o que esté ocupado investigando la madera.

Para su fortuna la peluda mole de colmillos y garras afiladas reduce el paso hasta detenerse mansamente frente al anciano, sacudiendo el trasero como un perro, el lomo encorvado empujando al hombre con sus costados casi como si quisiese restregarse sobre él.

–Cálmate viejo pulgoso, tenemos que partir.

El animal hace oídos sordos a sus palabras, continúa sus intentos de conseguir mimos hasta que el mayor se harta y la empuja, no para hacerla caer sino para ganar distancia que parece que el hombre estaba comiendo pelos a este punto.

–¡No te daré caramelos sí continuas portándote así, Hiba!

Para sorpresa de Miguel Ángel el animal se detiene, se endereza y lo observa fijamente como si analizara su alma misma. Sea lo que sea que buscara parece haberlo encontrado y ofrece su lomo mansamente al mayor, esperando entre suaves gimoteos angustiados a que partan al destino desconocido.

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2022 ⏰

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