"El verdadero viaje del descubrimiento consiste en no buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos"
–Marcel Proust
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El olor a medicina aturde ligeramente su olfato, siente su cuerpo pesado y varias pulsaciones en sus brazos. Le cuesta un poco respirar, pero nada que pueda afectarlo seriamente. El pitido continuo de sus latidos en la máquina de electrocardiograma le lastiman e irritan al mismo tiempo los tímpanos, aunque se esfuerza por mantenerlo a raya. Abre los párpados, resistiendo las ganas de volver a cerrarlos bajo el peso que parece atormentarlos.
Un familiar techo blanco, aparatos e inventos hechos de chatarra y materiales oxidados a su alrededor, varios murmullos captaron su atención, giro curioso hacia donde provenían las voces, encontrando sombras moverse de un lado a otro entre raras poses y señalizaciones.
–¿Donnie?
Tosió enseguida, su garganta seca, la lengua de textura pastosa y voz ronca le advirtieron que llevaba tiempo sin tomar agua. Aparentemente hablo demasiado bajo, pues nadie se digno a reconocerlo siquiera con la mirada. Inconforme con eso, suspiro agotado, observo entonces la intravenosa de su muñeca izquierda, hizo una mueca ante la idea de esa cosa insertada directamente hacia sus delgadas arterias. Sin mucho pensárselo la tomo e intento arrancarla, aunque una mano tomo la suya con fuerza y le impidio hacerlo.
–Ni se te ocurra.
Sus ojos viajaron hacia una tortuga de bandada púrpura, quien tenía el ceño fruncido en preocupación. Por alguna razón algo en su interior se revolvió, se decepciono.
–Ya estás despierto, Miguel Ángel.
Aquella voz áspera erizo su piel, sus músculos se tensaron bajo las sábanas blancas y su mandíbula rígida casi le cuesta media lengua. Miro a un costado, hallando a su maestro de pie, brazos cruzados en su pecho, mirándose tan imponente. Noto fácilmente que le contemplaba con firmeza, desaprobación. Como siempre.
–B... Buenos días maestro.
–¿Quién dijo qué era de mañana, Miguel Ángel?
Ese tono crítico, como sí lo estuviera juzgando provoco que la sangre asomara de su labio, antes que lamiera y tragara el líquido. Por los nervios se había mordido el interior de la mejilla.
–Sensei, son las 4:21a.m. Así que ya es de día–, comentó natural Donatello, ignorando el pesado ambiente en el que estaba envuelto.
El pecoso se permitió respirar tranquilo, al menos sus hermanos lo protegían inconscientemente. Lo siguiente que hizo fue preguntar a su único hermano presente respecto a lo que había pasado.
–¿Tampoco lo sabes? Nosotros llegamos al lugar donde habías registrado actividad GPS por última vez, al parecer tu T-phone se rompió. Cuando llegamos estabas inconsciente en el techo de un edificio, completamente solo, sin marcas de batalla ni pistas de otra persona.
–Entonces... ¿porqué me duele tanto la cabeza?
Listo, no podía seguir soportando aquel horripilante palpitar por mas tiempo. Donnie dibujo una suave sonrisa, antes de intentar contestar, pero la rata carraspeo y ganó la atención de ambos.
–Donatello, ¿podrías dejarme hablar con Miguel Ángel un momento?
«Por favor no»
–Hm, si claro. Me retiro, luego vuelvo Mikey.
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Tribu De Lobos[Cancelado]
FanfictionSupo que odiaba entrenar ninjitsu, cuando fue obligado a matar en nombre de su clan. Supo que nadie lo entendía, una vez que exteriorizo sus ideales por medio de dibujos y garabatos, y ellos rieron. Supo que odiaba el día, una vez comprendió que no...