Perdidos En La Mazmorra

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Autor.

Como dije, esta novela se liberará cuando lleguemos a los doce dólares, pero para mostrarles que voy en serio, adelantaré este capítulo por la donación de Jorge Zapata. Muchas gracias.

Ahora solo faltan once, podemos lograrlo.

Caminar de verdad es difícil, tengo menos energía de la que creí, pero antes de ayudar a los otros, tengo que cuidar de mí, así que, con un plan en mente, me dispongo a recorrer el laberinto tras haberme puesto la ropa de uno de los chicos más frescos, ya no soportaba estar cubierto de sangre.

Conozco el camino, así que únicamente voy a tientas con la funda de la espada mientras giro por los pasillos y recorro las habitaciones.

Una media hora más tarde, finalmente llego a mi destino. Caminar sin temor al peligro y conociendo el rumbo es totalmente diferente de hacerlo en la incertidumbre.

Me quejo con voz baja.

—¿Hola? ¿Hay alguien? —y esto no pasa desapercibido ante los agudos oídos de una mujer, que cuestiona con esperanza.

No encararía a los chicos, los hombres suelen ser más agresivos bajo presión; en cuanto al sujeto de piedra, no sé si puedo comunicarme siquiera, volviendo a la chica elfo mi mejor opción. Ella y el chico demonio son los que tienen más energía.

—¿Hola? —cubriendo la piedra en mi pecho, hablo en el mismo tono confundido—. ¿Alguien?

—¿Quién eres? ¿cómo llegué aquí?

—Soy Marcus y... no lo sé, yo también aparecí aquí junto a otro chico.

—¿Otro? ¿hay más?

—Nos separamos para buscar la salida, pero... no pude encontrarlo después.

—¿Para encontrar la salida? ¡¿encontraste la salida?! —grita efusiva, apenas puedo escuchar sus pasos pese a la falta de ruido.

—Sí, pero... ya no puedo seguir —quiebro mi voz—. Estaba buscando a Tobias y no quiero alejarme tanto de la salida o me perderé.

—¿Puedes decirme donde está? —antes de darme cuenta, su mano toca mi hombro, me encontró—. Puedo ir a buscar ayuda.

—No servirá, estoy agotado y tobias no estaba mejor... ya no puedo seguir buscando, el hambre y el cansancio me matan, no sé cuanto más voy a durar, pero no creo que sea mucho —incluso empiezo a llorar—. Quiero salir de aquí y solo regresé por tobias, pero ya no tengo la energía para volver a la salida yo solo.

—Eres una persona muy noble, ¿no?

—¿Y de qué sirve si voy a morir aquí?

Su voz se suaviza.

—Si me llevas a la salida, te puedo ayudar a seguir, no tienes que hacerlo solo, aún tengo energía.

—Pero ¿y tobias?

—Tienes qué preocuparte primero por ti, si ya no sobrevivirás tú solo hasta salir, es probable que él muera antes de que lo encuentres, este lugar parece cansarte más rápido de lo normal.

—Pero...

—Por favor, encontré varios cadáveres mientras buscaba, no quiero morir aquí, por favor, si me ayudas, haré lo que sea.

Espero que lo que leí en las historias de fantasía sea cierto, porque todo mi plan depende de esto.

—Hay un bosque afuera, si te ayudo, ¿me conseguirás algo de comer?

—Por supuesto, soy muy buena moviéndome por el bosque y aún tengo energía, si salimos de aquí, podremos comer algo —no me equivoqué.

—De... de acuerdo —suspiro con falsa resignación—. Lo siento, Tobias...

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