Las personas se alinean, tienen armaduras ligeras y se separan alrededor, observando, analizando el área buscando rastros de criaturas y personas.
—Son del pueblo, ¿verdad? —cuestiona Solomi, pero hay algo más en la pantalla que me pone inquieto.
—¿Dejaste las bragas de la chica donde acordamos? —cuestiono golpeando la mesa con el dedo de forma constante mientras mis ojos no se apartan de la de la interfaz.
—Desde que acordamos como llevar esto.
Activo el audio.
—No parece haber rastro de movimiento alrededor, al menos no de personas, pero sí hay huellas muy raras en la tierra —dice uno de los soldados que se separaron para revisar.
Desde el principio, Solomi siempre ha mandado a los esqueletos a borrar las huellas y rastros de Ivar, Ría y míos, pero tomando en cuenta los constantes movimientos sobre la tierra, es normal que piensen eso.
Todo parece ir en orden; sin embargo, me sigo sintiendo ansioso...
Algo tengo que hacer ya, pero mandar a los esqueletos ahora solo representará perdidas, ninguna victoria.
—¿Segura que hay gente en esta mazmorra? —uno de los hombres jala a una chica por medio de una cuerda unida a un collar en su cuello.
La chica casi tropieza, pero asiente débil y con la mirada baja.
—Sabes lo que pasará si nos mientes, ¿verdad?
La chica se asusta y levanta la mirada en pánico.
—No, por favor, mi otra oreja no, ¡digo la verdad! —ella se cubre su oreja, la única que le queda intacta y sobresale desde su cabello rubio y maltratado.
—Eso lo sabremos después de esto.
Aprieto los dientes con ira y el caballero aparta la mirada, dejando que la chica elfo se tranquilice.
Otro sujeto se acerca por detrás y mete los dedos entre las piernas de la chica, vestida solo con un minúsculo arapo.
—Vamos, vas a hacer que se orine otra vez y va a apestar el lugar, no seas tan malo con ella.
Ella obviamente está incómoda, pero no dice nada, tiene miedo y eso me enfurece.
—Suficiente, no estamos aquí para divertirnos, busquemos pistas de mi hija y si alguien las encuentra, tendrá una noche con la elfo al regresar.
Todos celebran y siguen buscando.
Solomi nota mi tensión y se apoya en mi mano.
—Tranquilo, aún es muy pronto para hacer cualquier cosa, ellos entrarán a la mazmorra seguro.
—¿Y si no?
—Lo harán, por lo que veo, tienen dos objetivos. El primero es encontrar a ría y el segundo inspeccionar la mazmorra —explica pausada—. Aprende a escuchar un poco más lo que dicen.
Razono, no habrían traído a Leonora de no ser su objetivo; supongo que les dijo que hay gente apareciendo dentro.
—Tienes razón.
—Ellos entrarán y cuando lo hagan, harás tu movimiento, pero por ahora tienes que esperar; por muy enojado que estés, un jefe de mazmorra debe saber cuando actuar y cuando aguardar por una oportunidad.
Respiro ondo y apagó mis emociones en cierta medida.
—Bien.
En la pantalla hay revuelo.
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Solomi's Dungeon
FantasíaSola, moribunda, desolada. Pensé que sería mi fin cuando el maestro de mi mazmorra murió, por lo que usé toda la energía de la que disponía buscando traer a uno nuevo, alguien tonto pero fuerte, un ser fácil de controlar; sin embargo, terminó aparec...