PADRE

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La mañana comienza siendo helada, el frio entraba por completo a la casa, pero eso no le importaba a Reve pues los brazos de Ander eran cálidos, eso hacía que se sintiera feliz. Haber despertado con el chico que le gusta a su lado ¿Cómo pudo enamorarse tan rápido? ¿De él? Si, estaban destinados.

Cuando Ander despierta finalmente siente la cama vacía del lado opuesto, el chico el cual abrazaba no estaba. Reve se encuentra en su pequeña cocina, queriendo preparar algo para desayunar a pesar de no saber mucho sobre los gustos del moreno, solo sabe que come todo lo que le prepara cuando tiene oportunidad. Aún no logra que le cuente todo de él, a diario le cuenta algún pequeño detalle nuevo que parecía ser solo una palabra. En cambio, Reve lo cuenta todo a pesar de estar en silencio, es un libro abierto para Ann, era muy sencillo leerlo y escuchar sus pensamientos.

Esa mañana Ann despertó con un pesado presentimiento, no sabe a qué se debe, no lo podía imaginar. Al asomarse por la cocina luego de levantarse de la cama, recuerda lo extraño que se le hace el que ahora su pequeño Reve le llama "Andy" cuando se dirigía a él, no lo llamaba como lo solía hacer con "Ander" o simplemente "Ann". A Rev le parece tierno llamarle así, como lo solía hacer su madre al referirse a él, no sabía de donde salió el nombre solo sabía que le llamaba de cariño así.

- ¿Porque ahora me dices Andy? –Le pregunta durante el desayuno para resolver su duda-

- Así te decía tu madre – Reve fue directo a la respuesta y come un poco de su sándwich-

- Solo a veces. No me gusta mucho ese apodo

- Si lo decía ella o lo digo yo ahora debería gustarte – Lo observa con esos enormes ojos oscuros y una sonrisa de medio lado, Ander no sabía si tomarlo como sarcasmo o en serio, no podía sentir nada proviniendo de sus pensamientos-

- Tienes razón, quizá le dé un nuevo significado –Pero a pesar de todo piensa que el chico tiene razón-

- ¿Nuevo? ¿Cuál era el viejo? – Deja ir su mirada dominante y escalofriante, relajando su rostro por la curiosidad, incluso su comida permanecía en su mano al estar atento-

- Así me decía mi padre desde que era un bebé, mi madre solo siguió llamándome así por él, yo jamás lo escuché porque no lo recuerdo, era muy pequeño.

- Ya veo, pero ahora si tendrás buenos recuerdos y sabrás que tu madre y yo te llamaremos así.

- Que tierno eres, Seth también me llama así, pero es odioso.

Eso bastó para que Ann se acerca a abrazar fuertemente a Rev, seguido de besos que a su parecer fueron dulces.

La mañana transcurrió como esperaban, lenta y silenciosa, pudieron disfrutar de ambos un buen rato entre risas y caricias hasta que el joven Alex llegó. Al parecer no le importó mucho que esos dos estuvieran abrazados en el sofá viendo películas, aún seguían con su maratón desde la noche anterior, donde fue notorio que el hermano mayor no llegó a casa hasta las nueve de la mañana.

- ¿Qué tienes que decir para su defensa, joven Alexander? -Habló el más bajo al ver llegar a su mayor.

- ¡Oh! Reve no te vi – Girando lentamente hacia su hermano- ah...Ander tampoco te vi – Sin mostrar sorpresa alguna al verlos juntos en el sofá- ¿Estuvieron bien? ¿Se portaron bien? – Su rostro permanecía sin expresiones a medida que avanzaba por la casa-

- ¿Y tú lo hiciste?

- ¿Hacer qué? – Deteniéndose en la cocina para dejar algunas cosas-

- Portarte bien –Dando énfasis en sus palabras-

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