Era decir mentira que Ander no pensaba en cada momento en Reve, sea porque era algo extraño lo que sucedía o porque le atraía la idea de imaginarlo cada segundo, causándole felicidad inexplicable para él, sonríe como un tonto, su mente jugaba con él. Era su modo de distracción, divaga en sus escasos pensamientos, imaginándose a Reve cuando todos los pensamientos ajenos, voces de otras personas violaban su privacidad, haciendo que escuchara todo pensamiento cercano de las personas, no quería escuchar a los vecinos teniendo sexo, era un asco imaginarlo, ya era suficiente con sus gritos.
Ander permanecía recostado en su cama viendo hacia el techo, trataba de concentrarse en la música que salía de sus audífonos, pero siempre regresaba la imagen de Reve a su mente ¿Estaba jugando con él? Incluso se preguntó si Reve pensaba lo mismo.
- Imposible, solo nos hemos visto un par de veces
Sus pensamientos salían en forma de oración de sus labios. Pero lo que no se imaginaba es que al otro lado de la ciudad, unas cuantas estaciones de él, se encuentra Reve en el balcón de su casa observando las estrellas entre la oscura y fría noche, pensaba en él.
Las últimas palabras que le dijo Ander a Reve le causaron muchas dudas, ahora más que nunca quiere saber sobre el misterioso chico, sintió atracción desde la primera vez que lo vio en el autobús, tenía la sensación de que ya lo había visto anteriormente, le era muy familiar y por alguna razón recordó las palabras de su buena amiga.
"Te encontraras con él algún día, estarán destinados"
¿Es posible? ¿Es su destino conocerlo? Había algo más detrás de todo eso y quería saberlo.
Todos los pensamientos lo hicieron recordar y llegar al momento del accidente, el cual le dejó cicatrices emocionales y físicas, no se ven con facilidad a pesar de saber que siguen ahí. Se limitó a suspirar y recordar los momentos en los que compartía con la bondadosa señora, la veía sin falta todos los fines de semana que viajaba a ver a su abuela y la señora trabajaba cerca, se hicieron buenos amigos de transporte.
Reve despertó al día siguiente con la idea de querer ver a Ander, quería verlo. Soñó con él toda la noche, algo debía significar, él creía en esos presagios raros e incluso señales, presentía que lo volvería a ver, a pesar de siempre decir que la ciudad es pequeña y en cualquier momento podría volver a verlo.
Llega al instituto un poco más tarde esa mañana, con desanimo. Llega tarde por esperar al "chico misterioso" en la parada de autobús.
Que tonto...
Pensó Reve a medida que llevaba un paso lento y pesado, sabía lo que le esperaba al llegar.
Llegue tarde y me castigaran...
Y así fue, lo esperaba el profesor encargado ese día en la puerta de entrada junto a otros chicos detenidos por él, estudiantes castigados, los mismos se mantenían en cuclillas con los brazos arriba. No dijo más y resignado lanza su bolso lejos, repitiendo el patrón de sus compañeros. Pensaba que solo hacían eso con los estudiantes de secundaria y preparatoria o en películas, pero los de universidad ¿También?
Si, era algo extraño su instituto, se tomaban muy enserio todo y ese profesor es el más estricto de toda su especialidad, querían que fueran chicos responsables y tomaran sus clases sin falta, al menos de ese lado, su facultad. No sabría decir con exactitud si en otros departamentos son locos maniáticos y estrictos, no queda más alternativa que tomar su castigo, podría ser el doble si se rebela, a pesar de querer huir acepta con fuerza su destino con el suelo y sus rodillas doloridas.
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I HEAR YOU
RastgeleAnder debía vivir diariamente con un ruido tormentoso, los pensamientos. Su única salida eran su MP3 y su madre...Hasta que lo tuvo que dejar ir. Odia no poder escuchar sus propios pensamientos, no podía huir de ellas ni en sueños. Su madre era...