ANDER VAYNE

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    Ander se encuentra en su cama intentando dormir, es una noche como cualquier otra donde los ruidos y pensamientos ajenos le impiden pensar por sí mismo, es normal que escuche todo a su alrededor, por lo cual siempre lleva ojeras en sus ojos, no podía dormir con tranquilidad. Lo creen un extraño al verse como un zombie en ocasiones, si es que llegaba a salir, lo hace por obligación.

    Los rayos del sol tocan su ventana indicando que son las siete de la mañana, él no quería levantarse, quiere descansar un poco más, pero no puede. Recuerda que es la hora movida de la mañana, todos van a trabajar o salen, la jornada diaria de todo ser humano y la matutina es aún más ruidosa. Esperó un poco más y al no escuchar mínimo ruido sonríe por un instante, cerrando sus ojos, pudo dormir lo que fue una hora plácidamente, ya que al estar dormido su mente viaja más lejos y escucha más a la distancia, cosa extraña que nunca supo explicar ni comprender. Pero logra dormir por un momento.

¿Qué pasa con Ander Vayne? pues él... es un ser algo inusual.

     Puede "leer" los pensamientos, los escucha. Diariamente se enfrenta a ese tormento, escuchar muchos pensamientos a la vez lo agobian, evita encontrarse con multitudes y estar lo más solo posible, puede llegar a colapsar de ser así. Frecuentemente tiene dolores de cabeza debido a eso, es como si quisieran adueñarse de sus propios pensamientos, vivir la vida de alguien más mediante voces en su cabeza, lo hacían incluso marear.

    No es solo voces, también imágenes, es como ver un televisor constantemente y cambiar de canal cada segundo, en la busca de algún programa interesante. Si se llega a encontrar con muchas personas, esos canales cambiaran muy rápido, ve muchas imágenes y sonidos que pueden hacer explotar ese pequeño televisor.

     Su madre murió hace cuatro años, desde entonces su tormento se hizo más fuerte y frecuente. De alguna manera su madre era su escudo, no sabían por qué lograba eso, pero evitaba que el chico escuchara los pensamientos ajenos, solo a ella. JongIn es así desde que nació o lo presento meses después, había venido a este mundo muerto, pero un milagro pasó esa noche logrando revivirlo, es como cuando regresas de la muerte ves fantasmas o algo sobre natural sucede, pero el obtuvo ese "Don".

    Su padre era un ser especial, según le contaba su madre mientras crecía, tenía el sentido de la audición muy fuerte y sensible o eso fue lo que entendió. Pero desapareció cuando él tenía apenas un año de edad, así que solo vivió con su madre desde entonces.
    
    Ander es un chico solitario que aprendió a confiar poco a poco en lo que el mismo es, para poder abrirse hacia las personas a pesar de solo confiar en tres. Siempre considero que podrían verlo como un loco y enviarlo a un instituto clínico si se lo explicaba a alguien más, sus amigos bromeaban con él dándole ideas para hacerse famoso con su habilidad, pero no le agradaba la idea, prefería estar tranquilo y evitarlo lo más que pudiese, suele convertirse en un real dolor de cabeza en ocasiones.

    A pesar de verse como un chico serio y difícil de alcanzar por las barreras que el mismo coloca ante los demás, es un chico solitario e incomprendido escondido debajo de ese rostro inexpresivo, es difícil socializar y estar rodeado de personas con las que pueda compartir, no ha aprendido a dominar por completo su habilidad y simplemente las voces llegan a su cabeza creando un desorden de ideas y pensamientos que no quiere conservar. Es complicado poder pensar por sí mismo si se encuentra en un lugar con más de cinco personas, a pesar de practicar hasta dominarlo, no le gusta complicarse por esos problemas.

    Decían que se parece mucho a su madre, pero ella era más sociable y divertida, siempre con una sonrisa en el rostro, ella misma señalaba que su hijo es idéntico a su padre, un chico guapo de piel morena y ojos miel, muy hermosos a su parecer. En cuando a personalidad, va por el mismo camino de manifestar el carácter de su padre, pero Ander es simplemente él, tiene su personalidad propia. En su casa solo había una foto que conservaba el retrato de su padre junto a ellos dos, pero Ander no quería toparse mas con la imagen que su madre presumía en el centro de la sala de estar, así que él la colocaba boca abajo con frecuencia, no quería verlo.

     La madre de Ander se llamaba Loreth, un nombre que a él le gustaba, quedaba muy bien con ella, deslumbrante y llena de energía. En cuanto a apariencia heredo su sonrisa, llama la atención al sonreír. Del resto, sus rasgos se inclinan más a su padre, su cabello negro ondulado, su quijada un tanto marcada haciéndolo ver llamativo, sus cejas pobladas y definidas, su madre lo envidiaba por lo hermosas y perfectas que son, su nariz perfilada que por mismo testimonio de Loreth eso lo heredo de ella, se siente orgullosa de que su hijo no era solo rasgos de su esposo, además de que ambos hombres lucían lunares en su cuello.

     Al paso del tiempo Ander creció para llegar a su altura actual de 1.85 cm con un cuerpo bien definido y su edad de 20 años. No era de ir a entrar cerca de otras personas, no quería toparse con nadie así que ejercitaba en casa, le ayudaba a distraerse y concentrarse en lo que hacía. Su madre le enseñó a meditar, fue un reto para él ya que es difícil que su concentración se quede o estabilice si alguien más invade sus pensamientos, pero lo lograba gracias a ella.

    Su madre murió en un accidente. El autobús donde viajaba volcó al encontrarse con un puente que se derrumbó poco después, dejando seis muertos, entre ellos su madre. A partir de ese momento tuvo que valerse por sí mismo en cuanto a soportar su "Don", su madre siempre estuvo al cuidado de él y le enseño lo esencial mientras crecía, guiándolo y apoyándolo, mayormente al trabajar Ander quedaba solo en casa y debía hacer sus labores e ir a la escuela, por ese lado, él podría valerse por sí mismo.

    Por suerte su madre había grabado ciertas melodías y audios en su mp3 para cuando lo dejaba solo, era algo que podría ayudarlo. Pero ese día, algo presentía, pues le dejó un último audio, se convirtió en algo preciado para Ander, le da la fuerza que necesita para continuar su vida, lo escucha cada día a pesar de odiarlo al mismo tiempo.

    Ir en autobús no es de sus actividades favoritas, casi siempre va caminando a los lugares a los que debe llegar, pero un día después de años tomó por inercia el autobús. Sus pies lo habían dejado en esa parada, no quisieron andar más, se dio cuenta al momento de detenerse que estuvo caminando inconscientemente hasta percatarse donde se encontraba entró en pánico.

    Se calmó al escuchar su música, podía tomar la decisión de irse y no subir, pero no se fue del lugar en ningún momento. Sentía que su instituto estaba muy lejos por eso le haría bien descansar un poco a pesar de odiar los autobuses, esa fue la mentira que decidió creer, sentía que había algo más detrás de todo eso era como un presentimiento, reconocía que estaba loco, pero no tanto como para hacer las cosas inconscientemente.

     Desde el día que conoció a Reve en el autobús algo en él se activó, esa curiosidad por saber por qué ese chico le recordaba a su madre, no solo por el hecho de que al estar cerca de él bloqueé todo pensamientos menos los de él mismo, si no que era como tener la presencia de su madre, lo sintió el primer día cuando se encontraron en el autobús e igualmente la segunda ocasión cuando le entregó su billetera.

    Quizá no tenía sentido todo lo que estaba divagando, pero pensando en eso se quedó dormido poco después. Hasta que un estruendo lo despierta, eran cornetas de autos, se sentía con mala suerte, si no eran los pensamientos, eran los ruidos externos que evitaban que siguiera durmiendo. Dejando de lado los ruidos externos y los pensamientos entrometidos, tuvo un momento a solas consigo mismo y pudo pensar sin ser interrumpido.

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