✦ 𝗖𝗂𝗇𝖼𝗈

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Medicamentos y tiritas para la nariz, junto a un folder con grandes radiografías y bastantes indicaciones del doctor, era con lo que regresaban Jungwon y Ni-ki a su departamento compartido

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Medicamentos y tiritas para la nariz, junto a un folder con grandes radiografías y bastantes indicaciones del doctor, era con lo que regresaban Jungwon y Ni-ki a su departamento compartido.

— ¿Tienes hambre? — Preguntó Riki cuando llegaron.

Jungwon negó dirigiéndose a la cocina para tomar un vaso con agua. — Iré a mi habitación.

Jungwon cerró la puerta detrás de sí suspirando. Dejó los frascos de pastillas que llevaba en una bolsa en su mesita de noche, sacando la receta y revisando que medicamentos le tocaban para comenzar a tomarlos.

Los siguientes días, fueron una gran tortura para Jungwon, pues no podía comer nada que implicara hacer esfuerzo con la nariz, como carne o cosas muy duras; además de que tampoco podía tomar su jugo favorito con las pajillas, ni siquiera comer picante. Nada de helado o cosas muy frías, pues estaba más propenso a que obtuviera una infección o se enfermara de gripa.

Por otra parte, no vio a Sunoo durante todo el tiempo que estuvo en el tratamiento, así que su lobo se encontraba en no muy buen ánimo pues constantemente le gruñía para que fuera a buscarlo o se recostaba con las orejas gachas mientras aullaba de la inconformidad. Ni-ki llegaba a verlo pero el alfa simplemente le daba una pequeña sonrisa y hasta ahí.

A Jungwon le tocaba consulta nuevamente. En el transcurso de su tratamiento había notado que realmente no podía percibir ciertos aromas que antes si.

Llegó junto a Ni-ki con Yeonjun para que lo atendiera, subió a la camilla y se colocó la mascarilla para los ojos.

El doctor beta tenía variedad de alimentos y aromas en frascos de vidrios con el propósito de hacer un test a Jungwon y así, asegurarse de que podía oler de nuevo sin problema alguno. El doctor acercó uno a uno los diversos frascos a la nariz de Jungwon, quien se encargó en oler.

— Menta. — Dijo sin dudarlo.

— Muy bien, ¿Y éste?

— Café.

— ¿Bien? — Preguntó Yeonjun cuando Jungwon no respondía con el alimento frente a su nariz.

Dongju vaciló un poco, pues no sabía si estaba en lo correcto y no quería arriesgarse.

— ¿D-Durazno? — Dijo en un susurro manteniendo las ganas de vomitar dentro de sí, necesitaba aprender a superar aquel aroma si es que quería verse de nuevo con Sunoo.

— ¿Seguro?

— ¿Puedo olerlo de nuevo? — El doctor acercó la mitad del durazno a Jungwon, quien olfateó con cuidado, sintiendo su cabeza doler. — Sí, es durazno.

— Muy bien, Jungwon. — Apenas el beta lo confirmó, Jungwon se sacó la venda de los ojos y corrió al baño del consultorio para vaciar su estómago.

Yeonjun lo miró con un suspiro y una mueca en la cara, pues eran ya varios años que el pobre omega castaño tenía constantes vómitos debido al aroma, e incluso la sola idea de los duraznos lo hacia vomitar. Tomó asiento en su escritorio en lo que Ni-ki ayudaba al paciente y escribió en la receta el nombre de un colega psicólogo, que seguramente lo ayudaría con su problema.

Peachy Smell  ୨୧  sunwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora