¿Odio o Amor?

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El dolor en mi cuerpo es molesto e insoportable, había pasado mucho tiempo desde la última vez que realicé una limpieza en toda la casa, cabe decir que mi casa es bastante amplia y a juzgar por mi madre quien no luce ni un poco cansada, yo soy una floja que no hace nada, que solo paso la mayor parte de mi tiempo tecleando en el dichoso computador, y aunque me enfade tiene razón.

La canción escandalosa de mi tono de llamada envía energías positivas a todo mi adolorido cuerpo, corro en dirección a mi móvil con la seguridad que sería mí mejor amiga quien llama para confirmar la salida de esta noche, pero la tensión, el odio y los nervios me atacaron en el momento que observe la pantalla — Gabriel—. Tomé un fuerte suspiro y sin pensarlo más de dos veces deslicé y colgué, pero la llamada regresó.

Mis manos empezaron a temblar más que antes y el sudor de ellas empañaba ligeramente la pantalla, suspire con los nervios a flor de piel y conteste.

— Te extraño— la voz tan conocida de Gabriel envió otra oleada de nervios y descontrol por todo mi sistema, había olvidado el poder que tenía sobre mí.

— ¿Qué quieres? — trate de sonar segura pero no funciono el temblor en mi voz fue muy perceptible.

— Te extraño, quiero verte al menos por unos segundos, necesito ver tu rostro— escuchar tanta estupidez de su boca mi hizo caer en cuenta que estaba tomado.

— No puedo estoy ocupada — suspire —. Terminamos hace meses ¿No me piensas dejar en paz?

— Solo será un segundo, estoy en el campus cerca de tu casa ¡Por favor ven! — quería negarme, pero también quería verlo.

— ¡Solo será un segundo! — la inseguridad me abrazo en cuanto colgué la llamada, estaba loca no podía seguir accediendo a su juego, sino esto nunca acabaría.

Salí de mi habitación y le informe a mi madre que saldría unos segundos, camine todo el recorrido en menos de dos minutos y mi cabeza no dejo de luchar y crear miles de escenarios en los que no debía ir a él, no debería salir corriendo cada vez que desee, pero por más que me culpe e insulte por estúpida los deseos de verlo y sentirlo entre mis brazos son más fuertes que mi sensatez.

Entre por la parte trasera ya que es horario muerto y no debería de haber nadie dentro, mis pasos eran inseguros y rápidos sentía las pulsaciones tan aceleradas que me preocupaba que pudiera tener un infarto, en cuento lo vi mi mundo se redujo en miles de partículas, el lucia como siempre solo que un poco borracho, mi corazón se aceleró de una manera preocupante; han sido muchas las veces que he intentado creer que le odio por lo que me hizo, por traicionar mi confianza y realmente odio eso, pero más me odio a mí misma por no ser capaz de poner la distancia que prometí que cumpliría ¿Por qué no me puedo alejar?

— No te acerques demasiado huelo alcohol por todos los lados— sentenció algo que de lejos podía percibir el asqueroso olor del alcohol, ligado con su esencia, su olor corporal.

— ¿Para qué querías verme?

— Tenia deseos de ver tu rostro, esa carita que tanto me gusta— rompió la distancia que el mismo había credo para acariciar mi rostro con su mano derecha.

— ¿Por qué haces esto?

Sonrió—. No lo sé.

— Eres un estúpido— se acercó peligrosamente y beso mis labios con un beso pequeño pero cálido.

— ¿Por qué no puedes perdonarme? — sonreí con burla. 

— No puedo perdónate por que te odio.

— Si esta es tu manera de odiar yo también te odio.

La distancia desapareció totalmente entre ambos, sus labios se apoderaron de los míos con una intensidad pasional embriagadora, con tanto anhelo el uno del otro como si fuera esta la última vez y quizás lo sea, sentí su lengua abrirse camino dentro de mi junto al movimiento juguetón de sus manos por todo mi cuerpo no puede evitar gemir entre sus labios, el reacciono de forma positiva, llevó nuestras cuerpos sin alejarnos a la parte trasera de un comedor estudiantil o algo similar, mi cuerpo impacto con una pared y el solo podía besarme, tacarme las partes que mejor que nadie sabe que me vuelven loca, su mano se coló por dentro de mi blusa y el tacto de su mano sobre mi punto más elevado de mi seno me llevo a gemir descontroladamente, su otra mano libre cubrió mi boca — Bajito, estamos en público—. Eso me excito aún más, saber que la posibilidad de ser atrapados era enorme. Me tomó con ambas de sus manos y me sentó en una meseta sucia llena de papeles, ya en este punto me sentía tan existida que podía estallar en cualquier momento, su mano acarició mi parte más íntima por encima de mi ropa y luego movió de lugar el short, agradezco que fuera pequeño y corto, yo procedí a sobar por encima de su ropa su miembro que estaba loco por ser liberado y yo deseando llevarlo a mi boca, pero no hubo tiempo para eso, él lo librero y no tardo en introducirlo en mí, fue muy bien recibido, sus movimientos eran lentos pero continuos, sus labios no se despegaban de mis labios su sabor una mescla de alcohol y menta, no era la mejor pero para mí eso no importaba, el movimiento de sus caderas acelero notoriamente sentía cada una de sus estocadas de manera gloriosa, estaba a punto de estallar, de llegar al éxtasis.

— ¡Lleguemos juntos! — susurro entre gemidos.

Yo solo asentí, no me sentí capaz de poder pronunciar algo coherente, sus embestidas tomaron un ritmo más lento y luego aceleraban, al mismo tiempo que acariciaba mi parte intima en esa zona tan sensible, mientras no paraba de entrar y salir en mi interior como un loco desquiciado; no paso mucho tiempo hasta que nuestros cuerpos estallaron juntos de placer, y su esencia se derramo en mí.

Sabía que tenía que ponerle un fin a esto, que no podía seguir entregándome a él como si nada hubiese pasado, valorarme un poco más y no caer siempre como una ilusa en los brazos de alguien que no me merece.

Detener esto que no tengo idea de lo que es ¿Odio o Amor?

Detener esto que no tengo idea de lo que es ¿Odio o Amor?

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23 Orgasmos © [Relatos Eróticos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora