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Arrestada

Mi vida marchaba a un ritmo totalmente descontrolado, nada parecía tener sentido de orientación como un bote a la derriba en un extenso océano, los días pasaban entre las sombras de mi habitación desde aquel sucesos que habían marcado mi vida de manera permanente, perdí lo único que tenía en este mundo, la única persona que me había cuidado desde que era una bebé, desde que mi madre me había abandonado ya que decidió recorrer el mundo con un hombre del cual se había enamorado, ella era la persona más dulce y cariñosa que existía en el planeta, fue la que enseñó todo lo que se, y el dolor tan espantoso que me provoco su muerte me llevó al infierno, y cuando pensé que nada podía ir peor, perdí mi trabajo por ausentarme dos semanas, agradezco ser extremadamente ahorradora y mantener algún dinero que me será suficiente hasta que consiga otro empleo.

Han pasado ya tres meses desde que todo pasó y aún se siente demasiado reciente, no puedo creer que mi abuelita ya no esté.

Regreso de la cocina con un recipiente repleto de helado de chocolate para arroparme entre mis sábanas y disfrutar de su sabor como se había vuelto tan de costumbre en mis últimos meses; la vibración de mi teléfono móvil dentro de la gaveta de la mesita junto a mi cama me desconcertó, solo una persona me llama y ya me había llamado en la mañana, coloco el recipiente con helado encima y abro la gaveta, observo la pantalla —Natty— era mi mejor amiga quien llamaba nuevamente.

Sin pensar mucho lleve mis dedos a la pantalla y deslice para contestar.

Su dulce voz llegó a mí con oleadas de alegría, ella es la única amiga que he tenido de verdad y siempre ha estado a mi lado— Si sigues tomando helado todas las noches vas a echar un trasero terrible.

— Seré la envidia de muchas— bufó desde el otro lado de la línea.

— Se que pierdo mi tiempo con llamarte para invitarte a una despedía de soltera— por supuesto que pierde su tiempo—, pero por favor prueba a salir de casa, extraño a la quejicas del pasado, se que fue muy doloroso la pérdida de tu abuela a mí también me dolió muchísimo— lágrimas se aglomeran en mis ojos— pero ya han pasado tres meses, es hora que intentes retomar tu vida.

— Eso lo decidiré yo— hable mientras se forjaba un nudo mi garganta.

— Como quieras Cristi, pero sabes que no te creó una mierda, solo estas asustada— suspiró con pesadez.

— Es suficiente por hoy— sentencie y colgué la llamada.

El mundo se me vino abajo y un torrente de emociones me envolvieron en un sin fin de pensamientos nefastos, pero tiene toda la razón solo estoy asustada.

Mi teléfono volvió a vibrar, pero esta vez era un mensaje de texto, aparte todos los pensamientos negativos de mi mente y revisé.

< ¿Te envío un regalo de la despedía? >

A lo que respondí < Solo si esta bueno > bromeo.

< Ya se lo te voy a enviar ¡Disfruta esta noche! >

Ignoré el último mensaje y me regrese a lo que me encontraba a punto de hacer; tome mi helado, prendí la pantalla del televisor de mi habitación y proseguí a poner la película de Black Widow mi superheroína favorita, ella es una mujer que envido a grandes escalas, no solo es bella, sino que también tiene una fortaleza enorme, una que me encantaría poder tener, cabe decir que amo las películas de la Marvel, soy una gran fanática de su trabajo y por supuesto de sus héroes.

La película transcurría de maravilla aún no se cómo me puedo emocionar con algo que he visto un millón de veces, no me canso de ver el personaje de la viuda negra en acción.