23 Orgasmos © [Relatos Eróticos]

En las alturas

Me miraba con diversion, había un matiz de perversion en sus orbes juntos a morbo, llevaba puesto un mono deportivo y una camiseta que dejaba al descubierto sus brazos y parte de su trabajado pecho.

— Venga, no seas miedicas— insistió.

— Me parece una total locura—replique

Era una idea descabellada, no podia creer lo que me estaba pidiendo no era la primera vez que se le ocurría este tipo de locuras, pero estaba vez me asustaba la idea, era muy riesgoso subir a la torre a montárnoslo ahí, en las alturas.

— Venga mi panquesito— hizo ojitos, y como negarse a un acto tan tierno.

— Esta bien, pero si nos pillan estarás sin sexo una semana— dicho eso la cara de mi chico se contrajo y se quedó estático, luego pensé que sería demasiado tiempo y sobre todo que ni yo soportaría estar tantos días sin sentir su piel.

— Pero panquesito— su voz quedo en aire, moría de amor cada vez que su voz masculina se transformaba en una cálida y tierna como la de un bebe.

— Esta bien mi melocotoncito no habrá castigo — sonreí y los labios de mi chico cayeron en los míos, un beso corto pero lleno de ternura, — te amo— susurró.

Me tomo de la mano, entrelazo nuestros dedos para guiarme el camino hacia la parte trasera de la torre donde según el podíamos colarnos, era pasado de medianoche y afirmo que el guardia se habría dormido, sabía ese detalle porque era mi tío quien era el encargado de cuidar y vigilar el área, lo dijo la semana pasada en una cena familiar— Luego de diez me acuesto en un colchón que tengo provisional para descansar hasta las cinco luego salgo a vigilar nuevamente, pero todo siempre está tranquilo—recordé.

Abrió la puerta con el letrero rojo exit, con una delicadeza increíble para evitar que emitiera algún ruido, aunque fue una tarea un poco complicada ya que la puerta parecía tener algún problema de aceite y emitió un sonido chillante, nos miramos y esperamos unos segundos en silencio por si escuchábamos a alguien acercarse, por suerte no paso nada y entramos, subimos escaleras tras escaleras entre risitas, murmullos, nalgadas, apretones, besos hasta llegar finalmente a la cima.

No pasaron más de dos segundos y los labios de mi chico devoraron los míos con deseo, me encantaba la forma tan maravillosa que encajaba con los míos su sabor exquisito era mi dopamina, me incendiaba en segundos de placer al sentir la calidez de sus labios, su suavidad era tan sensual que podia despertar amor, pasión y deseos a la misma vez, estaba totalmente enamorada y sumida en una relación de la que nunca pensé tener, ni siquiera pensé que podia sentir tantas cosas por una misma persona— te amo— susurre entre sus labios. Sus besos tomaron más fuerza y deseo a la misma vez que sus manos tocaban toda mi piel descubierta estaba ansioso y poseído por los deseos, tiro de mi cuerpo sobre el suyo para eliminar cualquier tipo de distancia entre nuestros cuerpos, alejo nuestros labios a unos escasos centímetros y susurró — Ven, hay algo que te quiero mostrar— dicho eso me guio hasta un lugar donde para mi sorpresa había un edredón color rosa palo sobre el suelo con velitas decorando el lugar, no esperaba algo así mis ojos se llenaron de lágrimas, tal vez sea una tontería pero para mí significa mucho y aunque no se ve tan hermoso como en las películas imaginar a mi chico planeando y creando esto para mí me sacude el corazón de una manera muy dulce, sus manos agarraron mi rostro y me hizo mirarlo fijamente a los ojos— Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, eres como un trocito de luz que llego a mi vida para iluminarla, eres eso que veo como si fueras un pedazo de cristal al que tengo que cuidar y sostener con delicadeza para que no se quiebre, eres mi más grande amor— me beso y mis lagrimas se escurrieron por mis mejillas, eran lágrimas de felicidad.

Nuestros labios se mesclaron con dulzura junto al sabor de mis lagrimas sus manos me pegaron con fuerza a su cuerpo eliminando cualquier abismo entre ambos, me tocaba por todos lados con deseos al igual que mis manos tocaban su cuerpo y se colaron dentro de su camiseta para con rapidez deshacerme de ella y tocar su piel directamente, el arrebato de un solo movimiento el vestido que llevaba puesto quedando solamente en bragas, sus manos fueron a mis pechos los cuales apretó con suavidad y sus labios se dirigieron a ellos, gemidos escaparon de mi garganta al sentir su lengua jugar con mi punto sensible, sentía esa cosquillita correr por mis pies de solo sentir sus tacto en mis pechos era increíble lo bien que se sentía tenerlo cerca de mí. Me guio con cuidado hasta acostarme sobre el edredón y tiro de mis bragas ya cuando estaba acostada observando el cielo estrellado la vista era hermosa sacada de un cuento de hadas, pero no fue tan perfecto hasta que se colocó sobre mi cuerpo, y mis orbes observaban su rostro junto al cielo estrellado, ahora si era perfecto. Como era de esperar ya se había despojado de toda la ropa que tenía puesta y sin más entro en mi interior suave con movimientos lentos, mi intimidad lo recibió con oleadas de placer y gemidos que salían de mi garganta, sus manos me abrazaban y una de ellas arcaizaba mi rostro con delicadeza mientras entraba y salía con movimientos lentos pero constantes, fue acelerando sus embestidas y sus labios mordían con sensualidad los míos, sus movimientos pélvicos cambiaron rozando mi punto sensible con su pelvis, el placer se extendía por cada partícula de mi cuerpo, mis gemidos eran fuertes acelero sus movimientos al sentir mi cuerpo contraerse antes de explotar en puro placer cual hizo que no tardara en derramar el su esencia en mi interior.

Nos quedamos unos segundos así en aquella posición tan perfecta su rostro a escasos centímetros del mío mientras yo lo observaba bajo la luz de la noche, lucia hermoso, con la respiración entre cortada y sus mejillas color tomate, era jodidamente sexy y adorable, y era mío.

Algo diferente esta vez, algo un poco más romántico.

PD: Aquí deseando vivirlo en carne propia. XD