En el Ático

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Era el cumpleaños de mi padre como costumbre siempre se reunía la familia, también sus amigos más cercanos, detestaba este día porque me obligan hacer vida social con la familia y a decir verdad odiaba que me preguntaran por mi vida personal la cual es un destre como la de cualquier joven de mi edad, pero no quería hacerlo público, lo único que tenía interesante esta fiesta era Dorian, el chico con el que tenía sexo casual, nada de compromiso solo compartíamos cama unas veces al mes, ¿Que hacía aquí? bueno, nuestros padres son grandes amigos.

Estábamos sentados todos en una mesa grandísima compartían charlas, risas, de todo un poco mientras comían, yo en cambio intentaba mantenerme centrada en el plato que tenía en frente con un trozo de torta y una madalena de vainilla con crema, mientras Dorian con su pie tocaba mis piernas y mi intimidad por debajo de la mesa, me estaba poniendo a tono y sentía que los colores me estaban subiendo, mi móvil vibro sobre la mesa, observe un mensaje de Dorian que decía mira debajo de la mesa, disimule lanzando mi cuchara al suelo, la tipica acción de la television,  mire en dirección a él y estaba sobándose la entre pierna por encima de su pantalón, la tenía dura perfecta para entrar en mí, — ¿Pasa algo cariño?— pregunto mi madre, levante mi cabeza de un respingo y me golpee con la mesa.

— Estoy bien, solo se cayó el cubierto— mostré la cuchara y con la otra mano sobé mi cabeza donde me había golpeado. 

— Estas muy colorada — me puso la mano en la frente — ¿Te sientes bien?

— Si yo — me quede en blanco — Tengo que ir al baño — sonreí y me levante rápido, quería desaparecer lo más rápido que fuera posible.

Camine con diligencia a la segunda planta de mi hogar, mientras tanto tecleaba un mensaje a Dorian.

<<En el ático ¡YA! >>

Subí, espere impaciente hasta que escuche a Dorian entrar, ni siquiera lo deje pronunciar una palabra, me lance sobre él, lo bese con desespero, con ansias, con hambre de todo su cuerpo, respondió a mi beso con los mismos deseos, con agilidad nos desvestimos, no había tiempo para arrumacos y boberías, solo necesitaba sentirlo dentro de mí, en mi interior entrando y saliendo. Me tomó del cuello con rudezas, subió una pierna mía a su hombro y entro en mí de un solo movimiento, mis gemidos fueron ahogados por su mano en mis labios, sus embestidas eran constantes y rítmicas, sus labios lamian mi cuello, se acercaba a mi oído y gemía de forma ronca y ruda, me encantaba escucharlo gemir, era extremadamente sexy. Mi piel se erizaba de solo sentirlo, era como una droga para mi cuerpo, se había convertido en más que un deseo carnal, su mano fue a mi intimidad froto mi punto sensible por unos segundos, luego los alejo y unio su pelvis a la mía, comenzó a realizar movimientos que rozaban mi zona logrando que enloqueciera y explotara de placer, fue tan fuerte mi placer que clave mis dientes en su hombro dejando una marca que le duraría unas semanas. Dorian continúo entrando y saliendo en mi interior a una velocidad constante, mis piernas a penas me podían mantener ya de pie, grite en cuanto aumento el ritmo para llegar él al climax.

— Me vas a volver loca — dije mientras me colocaba la ropa.

— Ya lo estas— respondió con una sonrisa victoriosa plasmada en su rostro.

— Tal vez si— dicho eso pase por su lado en dirección a volver a la fiesta.

Y sí, tenía razon, ya estaba totalmente loca por él.

Y sí, tenía razon, ya estaba totalmente loca por él

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23 Orgasmos © [Relatos Eróticos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora