Fantasía

2.5K 22 10
                                    

Los días pasaban de maravilla en ese viaje que a quejicas tuve que tomar casi por obligación de mi mejor amiga, ella sabía que lo necesitaba y yo también lo sabía, pero venir sola a un país desconocido no me animaba mucho; ella por el contrario no podía dejar su trabajo y su familia tirada para sumirse en un viaje de locura con su amiga despechada por ser traicionada por su pareja unas semanas antes del matrimonio — una putada— mi corazón se rompió en mil fragmentos cuando escuche sus gemidos por toda la casa, lo había pillado zumbándose a su secretaria en mi propia casa, en mi cama; lo que más me lastimo no fue la escena que ante mis ojos arrancaba cada momento que viví a su lado, fue su satisfacción, el cómo lo disfrutaba, mientras esa perra lo cabalgaba como la zorra que es; había echado a la basura seis años de relación, de confianza, de amor, solo por un calentón.

El viaje había servido para distraerme y visitar lugares que hace mucho tiempo había querido conocer, sobre todo la cultura tan exquisita y diferente de Asia, solo me quedaba el día de hoy para regresar a mi realidad, me encontraba haciendo la maleta ya que mañana a primera hora sale mi vuelo de regreso, y no quería perderlo, ya que suelo llegar tarde a todos los sitios; el vibrar de mi teléfono móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón hizo que soltara las prendas que tenía en mis manos para mirar la pantalla — Cámara— sabia el significado, guarde el móvil a donde antes estaba y fui a mi laptop encendí la cámara y ante mis ojos apareció la despampanante belleza de mi mejor amiga.

— Hola guapa — saludo ella primero.

Le devolví el saludo con un hola despreocupado y poco animado.

— ¿Qué tal Corea? — preguntó sonriendo y mostrando esos hoyuelos tan hermosos que se forman en su bello rostro; ella siempre ha sido todo lo contrario a mí persona.

— Todo bien, visite algunos lugares maravillosos — hice un puchero y volví hablar—, fui a la Torre Namsan, me gusto mucho aunque me hizo recordar, y me hubiese gustado ir con Sergio.

— ¡Ay No! Olvida a ese idiota, te dije que fueras a Corea a distraerte y a conocer hombre, toda tu juventud me diste la lata con que querías acostarte con un coreano y ahora andas llorando por un idiota y rodeada de coreanos — sentenció molesta e indignada.

Suspire — Tienes razón, no vale la pena.

— Quiero que antes de regresar te folles a un coreano, siempre fue tu fantasía — alzo sus cejas, se acerco mas a la cámara, agarro con sus manos sus senos y los movió sensualmente — Tienes que mostrar esas dos.

Sonreír descaradamente — Estas loca.

— Toma tu teléfono le marcas a un repartidor y si es joven, algo sexy y mayor de edad te lo zumbas, como una peli porno— sonrió con suficiencia, como si tuviera sentido lo que acaba de decir.

— No pienso hacer eso.

— Si lo vas hacer — me sonrió pícaramente y tumbo la llamada.
Deje caer mi espalda sobre el sofá que me encontraba sentada y suspire.

— ¿Tan mal no suena o sí?

Agarre el móvil y busque el primer número, marque y ordene pollo.

Los primeros cinco minutos de espera fueron horribles, pensé un porciento de mil veces como hacer para tirarme al repartidor.

23 Orgasmos © [Relatos Eróticos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora