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"El número que usted marcó se encuentra fuera de servicio."

Minhee exhaló y revolvió sus cabellos, frustrado.

—Jungmo, estoy afuera. —Le envío una nota de voz. —¿Puedes abrirme?

Guardó el celular y se sentó sobre la acera, frente a la casa del chico.

Llevaba alrededor de unos 17 minutos afuera, esperando que el dueño de la casa se dignase a abrirle.

Por más mensajes que le enviaba, notas de voz y llamadas, no recibía respuesta alguna y honestamente, se moría de frío y de preocupación.

Pero más de frío, sentía que se congelaba.

Escuchó una risas y giró su rostro, pensando que finalmente le habían abierto la puerta, pero no. ¿Su desesperación era tan grande que estaba imaginando cosas? Volvió a su postura anterior, mirando hacia la calle y algunos carros que pasaban, escuchó las risas de nuevo y algo de música. Se levantó y se acercó a la puerta de la casa, dándose cuenta que los sonidos provenían de ahí.

Su estómago dolió y dió varios golpes, no supo exactamente cuantas veces golpeó hasta que le abrieron y se confundió, porque no se trataba de Jungmo.

—¿Seeun?

—¡Minhee! —Dijo la chica animada. —No sabía que vendrías.

—¿Qué haces tú aquí? —Intentaba no ser grosero, pero las sangre le ardió en menos de un segundo. —¿Dónde está Jungmo?

—Es que estábamos en una fiesta... Pero llegó la policía, así que Jungmo decidió poner su casa porque no había nadie. ¿No es genial?

Minhee olfateo, conocía ese olor... Haber salido con Yunseong durante años le había ayudado a reconocerse el olor de ciertas drogas.

—¿Dónde está Jungmo?

—¡Pero ven, entra! —Seeun lo tomó del brazo y se soltó sin medir su fuerza, mirándola con rabia. —Lo siento...

—No voy a entrar, así que me haces el maldito favor y me buscas al estúpido de Jungmo. Le dices que estoy aquí afuera, ahora.

La chica asintió asustada y entró sin cerrar la puerta, buscando a Jungmo.

Minhee se cruzó de brazos, mordiéndose la lengua para evitar decir cosas hirientes.

Jungmo la había cagado, hacer enojar a Minhee era como hacer enojar al mismísimo diablo; había cavado su propia tumba.

Lo vió salir después de un par de segundos, venía con una sonrisa de imbécil en su rostro. Lo analizó de pies a cabeza, dándose cuenta con rapidez de su estado.

—Mini, no sabía que vendr-

—¿¡Se puede saber que mierda!? —Le gritó, haciendo a Jungmo retrodecer. —Tienes un minuto para justificar la estupidez que hiciste.

—¿Justificar qué? Solo estoy viviendo mi vida.

—¿Viviendo tu vida? Te estás matando, pedazo de estúpido.

—Oye, bájale, ¿no? No hay necesidad de insultar.

—¿Y acaso te mereces respeto? No, no te lo mereces. Yo confíe en ti y te cagaste en mí... Pensé que de verdad estarías poniendo de tu parte para mejorar, pero no.

—Solo fue una vez, no seas exagerado.

—¿Exagerado? —Minhee bufó. —Claro, una vez... Y después van a ser dos, tres, cuatro y así sucesivamente. A mí no me vas a venir a joder, ese cuentito me lo sé yo.

the smoothie guy: i still love you! ⁕ hamlemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora