•|Capitulo cuarentaiuno|•

9.7K 628 79
                                    

Mataron 1/?

Estoy pasando lista, digan presente....

Marcelo.

-¡Aaaaaaa! - El grito de Evangeline retumba en las paredes del hospital mientras es trasladada rápidamente a la sala de partos, la enfermera que arrastra la silla de ruedas en la que se encuentra se distrae mirando a Alejandro que camina a su lado provocando que las chicas la miren con enojo.

-¡Muévete! - gritan sobresaltando la y la pobre mujer se apura ingresando a Eva a la sala de partos, nos indican que esperemos en la sala de espera y se llevan a Alejandro para ponerle la ropa adecuada para estar en el parto, antes de entrar se gira hacia nosotros y todos levantamos los pulgares sonriéndole.

Camill se sienta a mi lado y con cuidado subo sus piernas en mi regazo y desabrocho los tacones quitándolos de sus pies, los pongo en el piso y empiezo a masajear provocando que ella sonría.

-Gracias mi amor, lo necesitaba - responde en medio de un suspiro y asiento mirando la pared frente a mi.

Muchos pósteres de indicaciones cómo llevar un buen embarazo adornan toda la pared, me imagino a Camill con su pansa de embarazada, caminando descalza por toda la casa, sonrió inconscientemente llamando su atención.

-Algún día serás tu - susurro mientras me acerco hasta dejar caer mi cabeza en su hombro, aspirando el olor de su cuello.

-¿Lo dices enserio? ¿Quieres..tener hijos? - pregunta con un brillo de ilusión en sus ojos.

-Quiero tener hijos si es contigo Bonita - le respondí depositando un beso en su cuello.

Siento una de sus manos empujarme y me alejo mirándola, me indica que me recueste sobre su regazo y así lo hago, siento sus manos acariciar mi cabello. poco a poco me relajo y me olvido de todo a mi alrededor.

El sueño llega a mi y batallo por mantenerme despierto pero los ojos se me cierran y con mi mujer acariciando mi cabello me duermo.

***

Me remuevo en mi cama buscando comodidad pero el sentir algo pellizcar mi costado abro los ojos, encontrándome con una luz blanca que me hace pestañear y es donde recuerdo que estamos en el hospital, ya no siento las manos de Camill sobre mi cabello.

-Bonita- digo buscándola con la mirada y me encuentro a un sonriente Alessio mirándome fijamente.

-Hola cenicienta, mi regazo es cómodo, ¿cierto? - dice riéndose y es donde analizó la posición. Mi rostro está muy cerca de su amigo y rápidamente me incorporo en mi asiento mirándolo mal.

-Es bella durmiente idiota - me acomodo el cabello mirando toda la sala buscando a Camill.

-Fue al baño, mamá trajo algunas cosas para que se cambie.

-¿Por que no me despertó?

-Cito sus palabras " No seas hijo de ... no la señora Michelle no es nada de eso, maldito Alessio ven a ponerte en mi lugar que comprenderás lo cansado que está", a lo que yo respondí "¿por que debería saberlo?" , y ella respondió, "es un hombre de negocios, casi ni duermen" y me convenció - responde con una sonrisa que le borrare de un golpe si no se calla, me pongo de pie mirándolo.

-¿Evangeline? - pregunto

-Todo de maravilla, mi sobrino es precioso, Lilieth quedó reinando como la única niña de la familia, hasta el momento ahaha - responde con una sonrisa y me dirijo a la cafetería.

-¡Me traes un café y donas! - escucho como grita en mi dirección y niego con la cabeza, parece un niño.

Luego de prácticamente atravesar todo el hospital ingresó a la cafetería, me dirijo al mostrador y la chica que atiende me mira de arriba abajo mordiendo sus labios, trato con todas mis fuerzas de no rodar los ojos.

-¿Que deseas? - pregunta con su voz "seductora" y suelto una risa.

-Dos cafés grandes y bien cargados, un chocolate caliente extra grande y ... 10 donas, podría ponerlas dos de cada una por favor - pido amablemente y voy a sacar mi billetera cuando siento una mano ponerse sobre mi hombro, me giro encontrándome con alguien que no creí volver a ver.

-Marcelo - dice en mi dirección y trata de acercarse pero al alejo.

-¿Que diablos haces aquí? - pregunto y el enojo empieza a crecer dentro de mi.

-He venido para que hablemos, todos este tiempo ha sido suficiente para que aclares tu mente y volvamos a casa.

-¿De que diablo estás hablando? Te deje claro que nunca íbamos a tener más que una relación de amo- sumisa y aceptaste, no me vengas con estas payasadas por que sabes que no soy de tolerarlas, ¿cual casa? hablas del departamento donde te llevaba para cogerte, mi casa está aquí, al lado de mi mujer - no quería tratarla mal pero no me escucho por las buenas entonces toca por las malas.

-¿Que tiene ella que no tenga yo? - pregunta y su cara está roja de la ira.

-No es cuestión de quien sea mejor, es cuestión de a quien amo y con quien quiero estar, pero si de comprarse se trata, no eres ni la cuarta parte de lo que ella es, tu solo tienes tu cuerpo para ofrecer, ella es mucho más, solo con su maravilloso cerebro te gana por mucho.

-Amo - gimotea creyendo que logrará algo y lo que me provoca es náuseas.

-No olvides que necesitas mis donaciones al acilo donde está tu madre, no olvides que necesitas quien pague la universidad de tus hermanos y no olvides que no te gusta trabajar, no busques que deje de ayudarte y por favor, no seas un maldito problema para mi- me giro volviendo a poner mi atención en la chica que tiene todo listo y me mira perversamente, agradezco que la cafetería esté desolada no me gustaría formar un escándalo y que los empleados hablen de mi mujer, por que si, nos encontramos en el hospital que le compre, me sorprende que Alejandro quisiera traerla aquí aún siendo primo del dueño de todos los hospitales restantes del país.

Pago y en el cambio noto un papel que dejo ahí mismo, tomo las bolsas, girándome me encuentro otra vez con ella quien tiene sus brazos cruzados.

-¿Ahora que? - pregunto irritado por su presencia y se acerca rápidamente envolviendo sus brazos en mi cuello y besándome feroz mente.

Me quedo en shock con mis ojos bien abiertos sin poder procesar lo que está asiendo, como puedo la empujo tratando de no derramar el líquido de los vasos que sostengo y ella se ríe.

-Con eso fue suficiente- la escuchó decir y señala el pasillo donde Camill se aleja a paso apresurado.

-Espero que tengas claro que lo que acabas de hacer es la finalidad de toda la ayuda financiera y protección que te brindaba - al escuchar mis palabras pierde todo el color de su rostro.

-Marcelo no, él vendrá por nosotros, mi padre nos matará, por favor - dice desesperadamente.

-Te advertí y aún así quisiste pasarte de lista, desde este momento te las arreglas tu sola. - salgo rápidamente de la cafetería y a paso apresurado llego a la sala de espera. Alessio está donde mismo lo deje con su celular en las manos, Elizabeth, Erielisa, la señora Michelle y el padre de Eva se encuentran aquí.

Camino hasta donde está Alessio y deposito todo en sus manos, mirando a todos lados buscándola con la mirada.

-¿Donde está? - pregunto desesperado y ellos me miran confundidos.

-Acaba de salir, dijo que necesitaba aire fresco. - No espero más y corro a la salida del hospital, una vez afuera miro a todos los lados y no la veo en ninguna parte.

La preocupación se instala en mi pecho y me empieza a doler la cabeza.

Bonita, ¿Donde estás?

Un capricho seductor | 1.5 saga tentación +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora