Primer día de clases...Mis latidos se escuchaban hasta el otro lado de la habitación, mi respiración era pesada y mis manos sudaban. El primer día de clases puede ser agobiador para muchos, más cuando es tu primer día de clases en un país que no es el tuyo. No se como son las personas de aquí.
Me sentía ridícula vestida con el típico uniforme escolar; falda de cuadro azul marino de una tela muy áspera, camisa de botones blanco con una corbata igual que la falda y flats negros con calcetas blancas hasta las rodillas, también me podía poner un En México mi uniforme era más informal.
Mi papá me llevaba camino al instituto, al menos esa costumbre seguía. Trato de aconsejarme en cómo manejar mi ansiedad, pero el tic de mi pierna era difícil que se quitara con respiraciones. Antes de bajarme del auto le agradecí despidiéndome de él.
Y ahí me encontraba parada enfrente del instituto más grande en el que había asistido. Respire hondo para adentrarme a la masa de adolescentes que iban en diferentes direcciones, fue en ese momento cuando mi espalda chocó contra un robusto cuerpo. Avergonzada me gire viendo a un chico alto, muy atractivo, viéndome serio.
—Lo siento mucho, lo qué pasa es que yo...
—Cuidado— me interrumpió.
Me quede inmóvil esperando a que se molestara, pero no fue así, tenía un semblante neutral.
—Si, perdón.
—Eres nueva— afirmó. Tal vez, pregunto, pero se escuchó como afirmación, asentí con la cabeza sin decir alguna palabra. —Tu acento es diferente.
—Soy de México, mi nombre es Cassandra— esbocé media sonrisa.
—Me llamo Rodrigo— apretó sus labios con una sonrisa y la deshizo al instante. —Estás perdida, sígueme— camino en una dirección que desconocía.
Parecía un chico confiable, así que lo seguí. Tal vez, el me ayudaría a encontrar lo que ni yo sabía que buscaba. Pronto topamos con una puerta de cristal que tenía un letrero que decía "directora".
—Deberías comenzar por aquí— señaló con su cabeza la oficina de la directora. —Si necesitas algo puedes encontrarme en el salón 105– antes de irse me regalo media sonrisa.
Toque la puerta no tan fuerte viendo a través del cristal a una señora canosa sentada en el escritorio. Con su mano me hizo una seña dándome a entender que podía pasar y lo hice.
—Eres la señorita Reyes ¿cierto?— asentí. Se quitó los anteojos dejándolos sobre su escritorio. —Siéntate— señaló la silla en frente de su mesa de trabajo donde ella estaba. —Aquí está tu horario de clases, ahí mismo te dice en que salón debes estar y la hora exacta en la que empiezan tus clases.
Movía mi cabeza asintiendo tratando de memorizar todo lo que decía. Vaya que habla mucho.
—... casi siempre estoy aquí, en mi oficina, por si tienes alguna duda— termino por decir con una amable sonrisa.
...
Un par de horas después me encontraba entrando al comedor. Habían muchos estudiantes, tanto sentados como parados al rededor de las mesas.
Nunca he sido alguien social, me cuesta entrar en confianza con las personas. Lo mejor era refugiarme en algún sitio con menos adolescentes hormonales.
Di media vuelta sobre mis talones y antes de poder dar un paso dos manos se posicionaron sobres mis hombros haciendo que diera otra media vuelta.
—Hola— dijo Rodrigo con media sonrisa, tratando de sonar seductor.
—Hola— respondí.
—Necesitas conocer a mis amigos.
Me hizo seña con su cabeza para que lo siguiera hacia una mesa donde estaban sus amigos. Al llegar me fue presentando uno por uno y trate de memorizar sus nombres, pero eso nunca se me ha dado.
Según recuerdo su mejor amigo se llama Tomas, un rubio que parecía simpático. A la izquierda de Rodrigo estaba Matteo, un argentino que me giño el ojo cuando se presentó, Rodrigo le mando una mirada asesina y este solo desvió la mirada. Por último estaba una rubia ¡Que madre mía! Definitivamente no era de este mundo.
—Daniela— sonrió mostrando una perfecta dentadura.
—Soy Cassie— salude con la mano sentándome en la silla que tenía enfrente.
—Tía, tu acento— puso sus manos sobre la mesa inclinándose hacia mi. —¿De México?— asentí —Cásate conmigo— todos rieron.
Esta chica era muy energética, me daba muy buenas vibras.
—¿Ya tan rápido?— habló Matteo —Que no has dejado que me conozca.
Daniela levanto su dedo medio mostrándoselo al argentino.
—Yo la vi primero— protestó Rodrigo.
—Sigo aquí.
—Te acostumbraras, tal vez— habló Tomas, por fin. —Yo apenas y los soporto— bromeó con tanta seriedad que no parecía broma, su humor me agradaba, era parecido a mi.
—¿Y... por qué te mudaste?— Daniela ladeó su cabeza curiosa.
—Fue más que nada por mi hermano— voltee a ver a cada uno, ellos asintieron esperando a que continuara. —Le ofrecieron entrar al club infantil del barça— a todos se les calló la quijada al piso, figuradamente.
—Entonces conoces a los futbolistas del equipo oficial— dio por hecho Mateo.
—En realidad, no he hablado con ellos. Solo conozco a Pedri, es mi mejor amigo.
—No se nada de fútbol— comentó Daniela encogiendo sus hombros.
—Dani, tenemos a una amiga que se junta con famosos— dijo Tomas alegre. —Invítame a un partido, pero que ellos no vayan para que no molesten— me dijo susurrando pero lo suficientemente alto para que los demás escucharan.
—No me robes a mi mejor amiga, Tomas— Daniela le dio un pequeño golpe en el hombro. —Al fin otra chica en el grupo— el brillo en sus ojos era notable.
—Cuidado con que aceptes su amistad, luego no te podrás deshacer de ella. Míranos a nosotros — se quejó Rodrigo con una mano en la frente aparentando estar exhausto.
Daniela solo asintió repetidas veces con la cabeza mientras sonría de oreja a oreja y sus ojos se enchinaban.
Los 40 minutos restantes pasaron volando, la conversación era muy fluida y parecía que ya conocía a estos chicos de toda la vida. Me recordaban a mis amigos de México y eso me causó cierta melancolía, pero estoy feliz que pude hacer amigos tan rápido.
Antes de que se acabara el timbre quedamos en que irían a mi casa después de la escuela para comer. A mi mamá le gustan las visitas, entonces no tendría problemas con eso.
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Capítulo 2 y ya veo el drama aproximarse.
Cuénteme ¿Quién es su jugador favorito del barça?
Estén pendientes al próximo capítulo.
XOXO
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Hilo Rojo [Pablo Gavi]
ФанфікиEl amor llega cuando menos lo esperas. Mi amor llego inesperadamente, de la persona que menos lo esperaba. - Cassandra Reyes