XVIII

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Cassandra:

Bailaba con Samuel una canción lenta. No se como llegue a este punto, pero solo pensaba en una cosa, una persona; Pablo. Por suerte la canción termino pronto, me separe con rapidez de Samuel. Fue incomodo, no mentiré.

Rápidamente salí de la pista de baile tratando de encontrar a mis amigas y que desagradable sorpresa me di cuando las vi hablando con el grupo de amigos de Pedri, igual no los pedía evitar toda la noche, Pedri es mi mejor amigo. Me acerqué con el estómago revuelto de emociones.

—Hola, Cassie.— Saludo mi mejor amigo causando que todos los del grupo posaran sus ojos en mi, incluso Gavi, que cuando se cruzaron nuestras miradas el la apartó con agilidad.

—Eres una hermosa reina de corazones, ademas te queda bien el tema.— Tomas susurro lo suficientemente cerca de mi para que solo yo escuchara. —Al parecer ya has robado tres corazones españoles.— movió sus cejas de abajo hacia arriba con burla.

Rodee mis ojos intentando no reírme fuerte enfrente del grupo.

—Tomas, has hecho un gran trabajo organizando la fiesta.— Dani abrió tema de conversación.

—Gracias, como siempre demuestro quien es el rey de las fiestas.

Tomas de modesto no tiene nada, aún así sigue siendo un gran amigo.

Se podría decir que ya habíamos pasado el momento incomodo, al menos yo ya me sentía un poco más suelta en medio de esta situación con Pablo, todo iba bien y de pronto se escucho por las bocinas "Para todos aquellos amores que fueron obligados a ser separados." Seguido de gritos de varias personas, note como Gavi volteo a verme con ojos tristes y la piel se me erizo, no entendía el porqué.

En seguida fui arrastrada hacia la pista de baile por la fuerza más grande de este planeta, Marlene y Dani juntas. Comenzamos a bailar mientras cantábamos esté himno a todo pulmón, una canción que sientes aún no tengas el corazón roto, en mi caso... bueno.

Después del gran momento que tuve para desahogarme, decidí salir un momento a la terraza para tomar un poco de aire. El corset me apretaba y esto ya no era sano. Por un momento tuve calor por bailar tanto entre toda la multitud, pero conforme pasaba mas tiempo fuera el frío era más notorio. Me abracé a mi misma tratando de mantener el calor corporal pero fue inútil.

Di media vuelta para regresar a la fiesta cuando veo a Gavi cruzar por la puerta. Me quede inmovilizada de los nervios sin saber que hacer. Se acercó a mi con la cabeza baja.

—Perdón.— dijo deteniéndose enfrente de mi.

Este tío no tiene ni idea de la que le espera. Vaya, se me ha quedado un poco del habla española.

Lo miro con la nariz arrugada y las cejas fruncidas, si cree que esto es tan fácil está muy mal.

—¿Algún motivo en especial por el que pidas perdón?

—Cass, sa-

—Cassandra para ti, Pablo— le detuve.

—Sabes a que me refiero.— soltó un bufido.

—No, dime exactamente que es lo que has hecho mal.— me cruce de brazos tomando una postura de molestia.

—No entiendes.

—Explícame, todo sería más fácil si te comunicaras. No te voy a perdonar tan fácil. Me lastimaste.— mis ojos se llenaron de lagrimas y traté de contenerlas.

—Mi manager hablo conmigo después de nuestra cita. Me dijo que me tenía que enfocar en mi carrera y que era mejor no estar en dramas amorosos.

—¿Eso es lo que soy? ¿Un drama amoroso?— inconscientemente hice un puchero.

—No debí evitarte, te he pensado cada día, no puedo concentrarme en mis entrenamientos y eso me está matando.— tomo mi mano soltándola del fuerte cruce que había hecho en mi torso. —Cass, me gustas y no puedo fingir que no siento nada.

Me quede sin palabras. Tenía la opción de hacerme la difícil o la opción de correr hacia el y con un beso decirle lo tanto que lo extrañe. La segunda era la más tentadora, pero debía mantenerme firme.

—Cass, haré todo lo que me pidas para recuperarte.— Podía notar la honestidad y arrepentimiento en su tono de voz.

No aguante más y una risa escapó de mis labios.

—No será tan fácil.— volví a mi seriedad. —Podemos volver a ser amigos y veremos sobre la marcha.

—De amigos te digo que con ese disfraz te vez muy sexy.

Bajo su mirada a mis labios y las mariposas de mi estómago se volvieron locas. ¿Cuando dejara de pasar eso?

Se acercó lentamente hacia la altura de mis labios quedando a escasos centímetros, tenía que mantenerme en mi postura, pero como podría con Gavi enfrente mío. El solo me dedica una mirada y me vuelve loca. Puse mi mano sobre su pecho alejándolo un poco.

—Los amigos no se besan.

—No me gusta ser tu amigo.— dijo con un puchero.

—Tu fuiste el que se puso en esta situación, amigo.— me reí en su cara y el solo bufó molesto.

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Gracias querido lector por esperar pacientemente de mi regreso.

Primero decir: Felices fiestas, Feliz Año Nuevo. ¿Ya hicieron su vision board?

Prometo no dejarlos de nuevo solos por mucho tiempo.

No olviden de dejar su voto para saber si les ha gustado este capituló.

XOXO

Hilo Rojo [Pablo Gavi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora