¿Existe el amor a primera vista? El amor por si solo es un sentimiento complejo. Para experimentar una buena relación amorosa se debe de tener confianza mutua, afecto y lealtad. ¿Acaso tenía eso con Pablo?Mi primera y única interacción con João me había puesta a darle mil vueltas al tema con Pablo. ¿Estaba herida? Si ¿Le quería? Si ¿Confiaba en el? ... Cuando verdaderamente quieres a alguien no lo tratas de la forma que el me trato a mi. Al menos, yo no hubiera actuado de esa forma con el.
—¿Estas bien?— Pedri llama mi atención.
—¿Eh? Si— pico el pedazo de pizza que tenía en mi plato.
Quedamos en vernos para comer juntos en una cafetería cerca del departamento de los chicos mientras los esperamos para ir a una reunión en casa de Thomas.
—¿Cómo sigues con Gavi?— Indaga.
—¿Sabes que me llamo la atención? La rivalidad entre Daniela y Marlene ¿algo que tenga que ver contigo?— cambio de tema.
—Tal vez en la fiesta de Halloween hablé un poco con Marlene y nada con Daniela pero porque ella estaba con un chico y no me iba a meter y tampoco me tengo que guardar hasta que ella decida hacerme caso.— suelta casi sin respirar entre frase y frase. —Tal vez, ella no sea para mi.
—Tal vez, no te esfuerzas lo suficiente.
—¿Y que tengo que hacer? ¿Llevarle serenata?— sarcástico.
—Bueno eso en Mexico si se hace, pero ustedes futbolistas europeos creen que con sonreír ya vamos a caer a sus pies.
—Ya entendí, México es mejor.
—En la comida si.— me rio.
—Si la hace tu abuelita si.— me señala —Necesito comer tamales.
—Llevas dieta de futbolista.— ahora yo lo señalo.
—¿Ya me dirás porqué andas tan pensativa?
¿João o Gavi?
Esa pregunta ronda en mi cabeza
¿Pero como es que puedo pensar tanto en João si solo lo he visto una vez en toda mi vida?
Abro la boca para responderle pero unos brazos me abrazan por la espalda. Volteo y veo a Gavi, aprieto mis comisuras tratando de formar una sonrisa.
—¿Estas bien?— pregunta extrañado.
—¿a que tú también la vez rara?— Pedri habla.
—Solo estoy cansada.
—Podemos no ir a la fiesta si quieres.— Gavi habla solo para mi.
Solo niego moviendo la cabeza.
—Pues vamos que los demás chicos seguro ya van en camino.
—¿Los demás no vienen?— pregunto
Gavi niega —Dicen que mejor llegan directo.
En más o menos 30 minutos ya estamos estacionados enfrente de la casa de Thomas, la casa de las fiestas, mejor dicho. No nos detenemos a tocar la puerta pues la puerta estaba abierta, al cruzar ese marco de puerta con lo primero que me encuentro es con la mirada de João, un cosquilleo en mi estómago se hace presente.
—¿Todo bien? Últimamente te siento rara.— Gavi busca mi mirada con desesperación.
Abrí la boca tratando de buscar alguna excusa para evadir la situación, pero Daniela es quien me saca del incomodo momento.
—Me la robo.— Le dijo a Gavi antes de jalarme al patio donde jugaba beer pong con varios chicos. —Ella es Cassie.— Me presenta a los demás.
Dudo que sean de la escuela porque jamás los había visto. Jugamos y por unos minutos olvidó mi situación con Gavi y la presencia de João, solo disfrutó del tiempo con Dani. Si me pagaran por cada vez que ganaba en el beer pong sería pobre, porque yo era la peor compañera en este juego, mi puntería es nula, tomo más de lo que hago que otros tomen, a este paso no llego en mis cinco sentidos a mi casa.
Traté de caminar al baño, digo traté porque ya veía como todo giraba a mi al rededor, así que, más que caminar era dar dos pasos y sostenerme con lo primero que veía a mi paso, doy dos pasos y pensé que me caería si no hubiera sido por unos brazos que me rodearon evitando mi caída. No podía ver de quien se trataba, solo sentí unos brazos firmes y una figura alta que me ayudo a caminar escaleras arriba hasta que llegue al baño, me dejo sola pero cuando noto mi estado me ayudo a inclinar la cabeza en el retrete para vomitar. Jamás había vomitado por culpa del alcohol, esta era una sensación nueva para mi, sobre todo vergonzosa vomitando con una persona totalmente desconocida sosteniendo mi cabello.
—¿Necesitas agua?
Fue ahí cuando decidí voltear a ver a la persona que me veía vomitar y con la vista un poco más clara vi que era del portugués de quien se trataba, si ya tenía pena era mucha más la que sentía ahora. A él parecía no darle asco la escena, todo lo contrario, se veía preocupado.
—Creo que ya estoy bien, puedo sola, gracias.
Con las esperanzas que el me dejara sola para ya no avergonzarme más me levante del piso como pude, baje la palanca del retrete y me lave la cara, ya mi maquillaje era lo último que me importaba, mi dignidad se había ido por el caño con mi vomito. El no se movía de mi lado, estaba atento a cualquier movimiento mío y en parte eso me ponía nerviosa.
—¿Necesitas algo? Puedo traerte agua o hablarle a tu amiga o-
—Joao, por favor, ya puedo estar sola.
—Te traeré agua, no te muevas.
Lo vi bajar por las escaleras rápidamente esquivando a media humanidad para llegar a la cocina. Me vi en el espejo, me veía demacrada, muy mal. Tome agua de la llave entre mis manos y la llevé a mi boca para enjuagarme y quitarme la sensación de vomito de mi boca. Escuché dos toquecitos en la puerta, Gavi se asomaba por el marco de la puerta esperando a que le diera el permiso de entrar.
—¿Todo bien?
Asentí.
—¿Quieres irte ya?
Asentí.
Caminaba con Gavi de la mano hacia la salida cuando Joao se cruzó enfrente de nosotros para extenderme la botella de agua que me había prometido.
—No te encontraba, aquí está el agua. Espero que te recuperes.
Y no espero a que dijera algo, solo se fue a continuar la fiesta. Voltee a ver a Gavi que estaba con el ceño fruncido y con cara de confusión.
Hoy João se había comportado muy bien conmigo, no tenía la necesidad de soportarme vomitando, yo hubiera vomitado del asco.
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Capítulo corto.
Prometo no tardar tanto para escribir el próximo.

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Hilo Rojo [Pablo Gavi]
Fiksi PenggemarEl amor llega cuando menos lo esperas. Mi amor llego inesperadamente, de la persona que menos lo esperaba. - Cassandra Reyes