𝐋𝐀 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ©

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[ Sonic ]

Las olas del mar me despertaron, el sonido fuerte que ocasionan al romper en la orilla era demasiado para completar mi sueño de todo el día. Definitivamente no podía seguir conciliando el sueño.

Eran las nueve de la mañana. Mi segundo día despertando en lo que muchos llaman el paraíso, aunque a mi criterio no es más que un simple lugar del mundo donde nadie me molesta.

No soy un hermitaño ni nada parecido, me eh dedicado a la pintura por un par de años y descubrí que mientras esté en paz y sin mucho ruido, me puedo concentrar y hacer de mis obras un gran arte, aún no sé cómo es que no estoy en ninguna galería, me lo merezco.

Ahora; es un momento grato para mí poder estar aquí, solo y tranquilo. La costa de la playa no hay mucha gente, y los hoteles que reciben extranjeros casi siempre están dentro del el.

Algunos de mis según planes son:
1•Caminar por la costa.
2•Sacar el lienzo en mi habitación y pintar algo.
3•Tomar el desayuno.
4•Dormir en la hamaca.
Y se repite los primeros tres.
Al final agregar algo como salir a una disco. Incluso puedo ir a meterme a uno de esos hoteles caros y beber alcohol gratis, con la condición de consegir esos brazaletes que llevan los que están ahí. Es algo difícil pero si me consigo hacer amigo de alguno de ahí, es posible que me preste su brazalete para ingresar y beber, es una meta. Sí.

Lo curioso es que mi mente se llena de perversidades cuando pienso en eso, es decir; habría oportunidad de beber gratis, jugar, apostar y hasta incluso puedo ligarme una chica y llevarla hasta la cama, jamás eh tenido la oportunidad de tener relaciones, así que creo que estas vacaciones pueden ser una gran oportunidad para hacerlo.

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6:04 p.m

Aproveché que el sol estaba en su puesta. Saqué mi lienzo, pinturas y pinceles. Coloqué el caballete y comenzé a verificar los detalles que se presentaban ante mi. Era agradable para mí poder pintar un atardecer. Estaba lejos, cerca de los hoteles de lujo, suerte que había poca gente y todos estaban hasta atrás.

Mis ojos se asomaban de ves en cuando hacia el mar, estaba haciendo el boceto de la isla de enfrente y el sol.

(...)

—Casi listo —dije satisfecho de mi trabajo, di unos pasos atrás para ver cómo se veía— perfecto, solo unos detalles y listo..

Volví a poner el pincel con la punta de color blanco para la espuma del mar. Cuando al volver a mirar hacia este, había alguien ya enfrente.

(Joder) pensé en mi mente algo fastiado.
Aún así no le di importancia, y ni modo me cortara la inspiración, después de todo, era una mujer. Aunque no la ví bien.