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Tres años atrás

PASADO.

Amy Rose.

Cordes sur Ciel, Francia

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Cordes sur Ciel, Francia

Tenemos que posponer la salida, hasta que tu padre mejore.

Y como si fuese poco; estar el el hospital por 5ta vez era de esperarse, las palabras de su madre recalcaron sobre Amy, tras la noche en que su padre había enfermado nuevamente, tenía tanta fé de que se encontrase bien para este viaje...

La presión había subido, tenía esa complicación, anteriormente le habían anunciado a la familia que el padre podría tener problemas de hipertensión.

Ella, de brazos cruzados. Decidió levantarse de su silla e ir a preguntar algo al médico que le estaba atendiendo.

Disculpe —preguntó ella con timidez, el doctor pasaba por la sala, se detuvo— ¿Cómo sigue mi padre? ¿Cree que se pueda poner bien?

—Sí, sí. Seguro —respondió el doctor muy tranquilo y volvió a seguir andando por otra sala.

No pudo responderle nada, Amy suspiró profundamente. No se sentía conmovida por esas tres palabras, ella quería ver a su padre bien.

Sacó los boletos del avión de su bolso, eran para semana entrante, observó sus nombres en el gran papel, y eso le dió cierto aliento de esperanza.

Porque él se lo había prometido. Claro que el viaje los esperaba.

—Familiares del Señor Rose —anunció una enfermera.

—¡Aquí! —Amy alzó la mano y se acercó rápidamente.

(....)

Sus ojos estaban cerrados, se le veía en paz, descansando. Dormía tan profundamente que ni siquiera se despertó ante la plática de su esposa quien estaba al teléfono.

Por otra parte, Amy. Se mantenía a su lado, sosteniendo si mano, se preguntó una y otra ves «¿Por qué tenía que pasarle esto a su padre?» y peor a un, en ese momento y con esa enfermedad. Pero tenía fé, tenía en mente lo mejor y que estaría muy pronto sano y salvo.

La última charla que tuvo junto a él fue:.
«—¿Cómo te sientes? ¿Estás tan emocionado como yo?» —sonrió después de darle un abrazo.
«—Sí, hija. Ya casi» —dió una palmadita su hombro.
«—Sabes papá, lo que más deseo...es poder ver esos atardeceres contigo, dicen...dicen que son mágicos, muy coloridos, bonitos» —estaba profundamente conmovida.
«—Lo creo, Amy. Estaremos los dos viendo el cielo, así como lo deseas, hija»

𝐋𝐀 𝐇𝐀𝐁𝐈𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora