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Louis ya le tenía una desbordante confianza a Harry. He dicho desbordante porque se conocían de hace poco, pero el castaño ya le echaba de menos cuando se marchaba al trabajo.

Louis ya se había aburrido de recorrer la casa, también se había aburrido de hablar con el personal, no había nada con lo que entretenerse.

Ahora el ojiazul estaba junto a la puerta, Harry iba a llegar en cualquier momento, él era su único entretenimiento.

La puerta fue movida y una cabellera rizada se asomó por ella. El ojiverde tenía una cara de cansancio que cambió en el momento en el que vio a su contento ojiazul.

"Por fin has llegado" Dijo el castaño. Harry soltó una carcajada y sonrió con hoyuelos incluidos.

"Lo siento, esta casa no se paga sola"

"¿Qué vamos a hacer?"

"No sé tú, pero yo voy a dormir"

"Nooo..." Louis se quejó "Hazz, hagamos algo"

"Louis, no pue-" Harry se interrumpió a si mismo al notar la peculiar y adorable forma en la que le había llamado. "¿Cómo me has llamado?"

El castaño se asustó, no quería ser regañado. "Lo siento, si quieres no te volveré a llamar así"

"No..., me ha gustado" Louis sonrió más "En realidad, tengo algo para ti" Louis sonrió aún más. "Toma" Harry le tendió un móvil nuevo al castaño. El grito del menor fue tan escandaloso que casi dejo sordos a todos.

El castaño agarro el móvil rápidamente y, sin pensarlo demasiado, se abalanzó al rizado abrazándolo. Harry se quedó estático un par de segundos, pero lo correspondió según se dio cuenta.

Era raro para el rizado que le dieran un abrazo, más si era el chico al que había comprado en una subasta ilegal.

"Ven, te enseñaré a usarlo" Amos se dirigieron a la sala.





Harry estaba en el despacho de la casa terminando algo de papeleo pendiente. Louis le acompañaba estando sentado en el sofá de enfrente mientras usaba el nuevo teléfono.

El castaño estornudó sin apartar la vista del móvil. Harry alzó la mirada en dirección a Louis dejando el ordenador aparte.

"¿Has estornudado?" Dijo este.

"¿Uh?" El menor miró a Harry.

"¿Has estornudado?"

"Sí"

"Sube al cuarto y tapate con el edredón, voy a pedir que te suban una sopa"

Louis soltó una risa. "Hazz, ha sido un estornudo, no estoy resfriado"

"Me da igual. Hazlo, Louis"

El castaño volvió a reír, pero obedeció. Estaba a punto de marcharse cuando Harry le volvió a llamar.

"¡Eh! ¿Mi beso?" Louis rio por tercera vez y se acercó a darle un 'pico' al rizado.





Ya estaba metido entre las calentitas sabanas y comiendo una ardiente sopa. Cuando ya había terminado se acurrucó mejor y miró en dirección al umbral a la espera del rizado. Este parecía no aparecer así que Louis decidió llamarlo el mismo.

"¡¡¡Harry!!!" Unas rápidas pisadas se escucharon y cuando el mayor se asomó Louis se sintió satisfecho.

"¿Qué pasa Lou?"

"Puedes dormir conmigo ya"

"¿Ya?"

"Sí"

"Tengo que trabajar, Louis" Este último juntó las manos a modo de súplica. "Está bien, pero mañana tendré que trabajar más, por lo tanto, tendré una jornada más larga"

"Mmm..." El menor se lo pensó mejor. "Bueno"

"¿Quieres que duerma ya?"

"Sí"

Harry sonrió y se fue desvistiendo, el solía dormir con escasa ropa. Louis apartó los ojos de el tonificado cuerpo ajeno para darle algo de privacidad. Cuando el rizado hubo acabado, este se tumbó cubriéndose con las mantas.

Solo pasaron unos minutos para que Louis se fuera acercando cada vez más al ojiverde. Ya lo he dicho; mucha confianza. El más pequeño fue bien recibido por los brazos de Harry.

Ambos estaban orgullosos de la familiaridad con la que se estaban tratando.




All the love:

Anónimo

Subastado/ Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora