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"Louis, vamos" Dijo Harry. Ambos iban a ir a la cena en el lujoso restaurante en el que el mayor había reservado.

"¡Ya voy!" Gritó el oji-azul. Este estaba preparándose en el baño, quería estar lo más impresionante posible pues ya había decidido que esa noche se acostaría con el rizado.

Se puso un vestido negro de seda que reafirmaba sus caderas y lo hacía lucir más sexy que de costumbre. Salió del baño dejándose ver ante Harry, el que lo tomó de la mano y le brindó la más cálida y perversa de las sonrisas.

"Estas muy guapo"

Louis se decepcionó un poco. "¿Solo guapo?"

Harry alzó una ceja "¿Qué quieres que te diga? ¿Qué estas muy sexy y que le darías una gran erección a cualquiera? ¿Que mis pezones están duros solo de verte?" Louis se sonrojó y el mayor rió.

"Solo quería que dijeras que estaba sexy, pero gracias"

"De nada"

Llegaron al restaurante y todas las miradas se posaron en ellos. Harry tenía un brazo al rededor de la cadera del castaño protectivamente. Louis se inclinó levemente hacia Harry y le susurró.

"¿Por qué nos miran?"

"Soy... bastante conocido por aquí" Un acomodador se les acercó.

"Bienvenido, Styles ¿Mesa para dos?"

"Sí"

"Síganme" El mesero les llevó a una mesa apartada y al lado del ventanal con unas vistas preciosas. Se sentaron y Harry miró tiernamente a su acompañante.

"¿Por qué has querido traerme aquí?"

"Solo... me apetecía"

"Oh"

"¿Pedimos?"





La noche fue tranquila y... romántica. Los dos estaban sentados en la limusina cuando la mano de Harry decidió ir más allá de los bronceados muslos, empezando a calentar a ambos.

Louis miró a Harry animándole a seguir a lo que este acepto. Metió la mano por debajo del vestido y luego por dentro de la ropa interior empezando a "acariciar" el miembro ajeno.

El rizado le dio un apretón y el menor dio un chillido de gusto alarmando al conductor.

"¿Todo bien ahí atrás, Styles?" El nombrado sonrió coqueto en dirección a Louis y negó.

"En realidad, me gustaría parar en la gasolinera más cercana"

"Por supuesto, señor" Y así lo hizo, estacionaron y en ningún momento Harry dejó de acariciar al contrario.

"Ve a la gasolinera y compra un zumo sabor hamburguesa" Louis rió.

"Ha quedado claro, Styles" El conductor salió del coche y se alejó unos cuantos metros brindándoles privacidad.

"¿Por donde íbamos?" Pregunta Harry.

"Por..." Se sube a horcajadas en el regazo del mayor y pasa los brazos alrededor de su cuello. "... aquí" Louis se deshizo de la camiseta que llevaba en ese momento el rizado y se quedó un par de segundos contemplando los preciosos tatuajes.

Toda su atención se fue más para a bajo al ver lo que se sacó el ojiverde de sus boxers.

"Que monstruosidad" Harry rió ante ese comentario

"Sabía que te gustaría" Acto seguido guiñó un ojo.

"¿Tienes un condón?"

"No, ¿Le pido al conductor que compre uno?"

"¿En una gasolinera?" Harry hizo una mueca "No te preocupes, tu métemela ya"

"¿Seguro?"

"Sí, Hazz" El rizado ensalivó dos de sus dedos y los adentró en la intimidad del contrario, preparándolo. Hizo 'tijeras' con sus dedos y, cuando ya estuvo listo los sacó para sustituirlo con algo más grande.

"A-ah" Louis sintió como sus paredes se amoldaron a la perfección de la gran polla de su acompañante "Oh, ¡sí!" El castaño se movió indicando que ya podían pasar a la acción.

El rizado empezó con los movimientos bruscos haciendo gemir y jadear a ambos.

"Oh, oh sí" Harry inclinó la cabeza para ver como el agujero de su pareja tragaba su pene a la perfección. –Oh, mira como me tragas–

"Ah, Más, más, más" Aceleró el ritmo haciendo que todo lo que se oyera en ese coche fueran gemidos y jadeos roncos, empañando las ventanas.

"Tranquilo, bonito..."

"M-me voy a ... co-...correr"

"Conmigo, bebé" Y así fue, dos minutos más y ambos acabaron, uno dentro del otro y Louis en el torso y pecho de los dos. "Has estado estupendo"

"Y tú..., pero eres demasiado grande" Harry rió otra vez.

"Lo sé" Louis se apartó y comenzó a vestirse junto a Harry.

El castaño durmió durante el resto del viaje encima del mayor teniendo a este muriéndose de ternura.








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Anónimo

Subastado/ Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora