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Harry no se equivocaba, Louis se había enfermado. Esto el aún no lo sabía, lo iba a descubrir ahora.

El castaño se había despertado al oír la ducha del rizado. Un repentino dolor de cabeza le atacó, se refugió más en las calentitas sabanas a la espera de que este se le pasara.

Escuchó unos pasos que se acercaban a él, seguido, unas manos le acariciaron el pelo y alguien besó su coronilla. No hacía falta decir quien era.

"Hazz..." Murmuró como un quejido.

"¿Qué pasa, pequeño?"

"Me duele la cabeza..." Harry giró a Louis y posó sutilmente sus labios en la frente ajena.

"Tienes fiebre" Suspiró "Espera aquí" El menor hizo lo pedido y tras un par de minutos apareció el rizado con un vaso de agua y un ibuprofeno. "Tómatelo" Louis volvió a hacer lo pedido.

"Gracias"

"Ahora duerme" Harry dio un besito en los labios del castaño y desapareció por la puerta.

Louis se quedó un poco decepcionado ya que esperaba que el mayor se quedara en casa con él, pero tampoco podía pedir mucho más. Se quedó dormido en unos 7 minutos.

Al despertar, se giró para mirar el reloj apoyado en la mesita de noche, descubriendo que el dolor de cabeza había vuelto. El reloj marcaba las 11: 26 de la mañana.

Louis ya no sabía que hacer, Harry estaba en el trabajo y no quería molestarle, seguro que las cocineras le podrían dar otro ibuprofeno. Con todo el cansancio del mundo, el menor se dirigió al piso inferior.

Estaba pasando por uno de los largos pasillos de la mansión cuando escuchó una voz, una conocida y grave voz proveniente del interior de una habitación. Otra vez la curiosidad le pudo, pero antes golpeó la puerta.

"¡Adelante!" Louis abrió lentamente la puerta para encontrarse con el despacho de Harry y este sentado en el escritorio. "Hola, Lou"

"¿No te habías ido?"

"No, no te quería dejar solo y enfermo" Louis se ruborizó ferozmente a lo que el rizado sonrió. "¿Por qué has salido de la habitación? ¿Quieres desayunar?"

"En realidad, quería ir a por otro ibuprofeno, pero lo de desayunar no suena tan mal" Harry sonrió otra vez y se levantó.

"Sígueme, te daré el ibuprofeno" Los dos se dirigieron al comedor donde se sentaron y esperaron a que la cocinera les atendiera.

"¿Qué quiere tomar, Styles?" Dijo esta cuando llegó.

"Tráeme un ibuprofeno con un vaso de agua y un desayuno, gracias" La cocinera asintió y se fue en busca de lo pedido.

"¿Vas a desayunar también?" Preguntó el menor.

"No, solo te acompaño"

"Oh, gracias"

El desayuno llegó junto al ibuprofeno un tan solo unos minutos. También fueron unos minutos los que tardó Louis en devorar las tortitas y las frutas.

"¿Te sientes mejor?"

"Un poco"

"Sube a la habitación y tapate con las sábanas"

"Nooo..., Hazz ¿Qué voy a hacer allí?" Se quejó el ojiazul.

"¿Dormir?"

"Ya he dormido, no tengo sueño"

"A ver, ¿Qué quieres hacer?" Louis se ruborizó y miró para abajo.

"¿Puedes quedarte conmigo en la habitación...?" Harry sonrió.

"Está bien, nos vamos a quedar en la ruina si sigo sin trabajar"

"Bueno"

Ya estaban en la habitación simplemente abrazados. Louis no entendía como había llegado a esta situación, lo único que sabía era que le gustaba ese chico, mucho. Y Harry... Harry ahora comprendía porque le había comprado. Esto solo era el principio de algo... bonito, sí, llamémoslo así.

All the love:

Anónimo

Ya dije que esto iba a ser soft, y así seguirá siendo.

Subastado/ Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora