Capítulo VII

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Una cálida y resplandeciente mañana daba inicio a un nuevo día en la ciudad de Kioto.

Tras haber realizado su rutina de siempre, Mikasa salió de su departamento y tomó la ruta habitual en dirección a la academia meneando levemente la cabeza al son de la canción que se reproducía a través de los audífonos. Faltando un par de cuadras se encontró con Sasha, y juntas continuaron su camino comentando lo que harían ese día.

—Seguramente continuaremos practicando la coreografía del programa libre.

—A ti te faltaba poco para completarla, ¿no? —dijo la castaña.

—Sí, aunque debo admitir que me ha costado más de lo que imaginé.

—Comprendo. Ayer estuviste a nada de caerte en tu cuádruple Salchow con los brazos extendidos sobre la cabeza.

—Me percaté de una falla de impulso al momento de despegar, pero ya la corregí y no volverá a pasar.

—Es bueno saberlo.

—¿Y tú? Hasta lo que vi te faltaba poco más de un tercio de la rutina.

—Y que lo digas —suspiró—. Elegir Blinding Lights como canción fue toda una hazaña, pero estoy segura de que lo conseguiré.

—Así se habla.

Hace ya una semana que comenzaron con las rutinas que presentarían en la primera competencia. Las correspondientes al programa corto ya estaban listas y solo era cuestión de seguir practicando, pero las que estaban asociadas al programa libre eran otra historia, ya que, al sumar once elementos y un tiempo de presentación más largo, requerían de una concentración y esfuerzo adicionales, aunque les daba la pequeña libertad de elegir, ellas mismas, los elementos que ejecutarían durante su estancia sobre el hielo.

En ello llevaban trabajando los dos últimos días, por lo que les faltaba todavía un largo camino hasta perfeccionarlo.

Entre charla y charla llegaron a la academia. Atravesaron las puertas, se dirigieron a los camerinos, se pusieron sus patines y guardaron sus pertenencias en los casilleros para luego salir y cruzar el pequeño corredor rumbo a la pista, pero a medida que se acercaba al final identificaron a alguien de pie apoyado en la pared y cruzado de brazos.

—¿Entrenador? —dijo Sasha al reconocerlo y se detuvieron.

—Buenos días —se separó de la pared—. Tenemos una reunión ahora. Hange les dará algunos detalles importantes, así que vayamos con los demás.

Ellas asintieron y retomaron su andar detrás de él. Una vez que llegaron, divisaron a los otros patinadores y entrenadores en el hielo, por lo que ingresaron también y los saludaron, recibiendo una respuestas más efusivas que la otra.

—Ha pasado un buen tiempo desde la ultima vez que estuvimos todos aquí —comentó Connie.

—No exageres. Apenas y han pasado unas pocas semanas —dijo Jean a su lado.

—Pues para mí ha sido una pequeña eternidad.

—Y eso que todavía falta el equipo de Nanaba-san —agregó Historia.

Ni bien terminó de decir eso, y como si hubieran sido invocados, apareció la entrenadora junto a sus aprendices.

—Me disculpo por llegar tarde —mencionó la rubia cuando se acercó a sus colegas.

—No te preocupes. Solo fueron un par de minutos —le respondió Erwin.

—Sí. Lo importante es que ya están aquí —sonrió Hange y se dirigió a los muchachos, quienes formaban una media luna al frente suyo—. Muy bien, queridos patinadores. Sé que se estarán preguntando por qué se les convocó a esta reunión, pero el motivo es simple: recibimos ayer por la tarde un comunicado del Comité Organizador Nacional de Patinaje, en el cual se exponen ya las fechas de las competencias de verano —murmullos expectantes se escucharon por algunos segundos—. Según se muestra en el cronograma —sacó una hoja de una carpeta que tenía a la mano— las participaciones en individuales se llevarán a cabo la segunda semana de junio, mientras que la de equipos quedó establecida para finales del mismo mes.

MANTO ESTELAR (RIVAMIKA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora