18. Cuncumen

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“Hallelujah”

Marinette se encontraba sentada, la fuente funcionando le salpicaba agua constantemente, pero a ella poco le importaba. Perdida en sus pensamientos, mirando más allá del hermoso jardín que había en el hospital, logró ver sobre el puente, unos niños mirando hacia el riachuelo, probablemente observando los peces Koi que nadaban ajenos a la superficie sobre ellos.

Marinette trató de olvidar lo ocurrido hace unos instantes, no sentir todos los sentimientos contradictorios ante la noticia. Ella se obligó a pensar en otra cosa.

Otra cosa

Otro alguien.

Marinette cerró los ojos, frustrada ante los recuerdos que decidieron reemplazar su mente.

Estaba cansada de como estos la atormentaban desde hace algunas semanas.

Pareciera que, por más que lo intentara, no podía deshacerse de los sentimientos que nacieron a partir de esa interacción.

Una simple petición, que llevó a una amistad.

Él aclaró todas sus dudas, todas aquellas preguntas que sus amigos se negaron a responder.

Ella pidió perdón, vio lo destrozado que estaba…por su culpa.

La tristeza en sus ojos, y la añoranza.

Ella no podía darle lo que implícitamente le pedía, pero le ofreció lo único que en ese momento era capaz de dar.

Su genuina amistad.

Sus amigos protestaron por ello, siendo Alya quien era más renuente a la idea.

Adrien pareció indiferente, pero algo en su comportamiento le indico que en realidad estaba complacido y aliviado. Seguramente esperanzado por tener una familia unida de nuevo.

Fue desgarrador saber acerca de su padre, acerca de cómo su ciudad había sufrido bajo sus deseos egoístas, y fue desconcertante saber que ella había sido parte crucial en el fin del tormento.

A Felix le costó días convencerla, y días en ser perdonado por su propia traición.

Marinette entendió, cuando le explicó todo el contexto de la historia, por que hizo lo que hizo, pero le aseguro que era probable que sus sentimientos si hayan sido reales.

Ella sabía que él prefirió no creerle a tener nuevamente un corazón roto.

Ambos desarrollaron una amistad, en donde él fue sanando poco a poco su destrozado corazón, mientras que ella se sentía acompañada durante los días en que su esposo debía viajar por trabajo.

Su amistad le permitió incluso conocer mejor al hombre con el que se había casado, un hombre que no disfrutó de su infancia ni su adolescencia, que ahora se enfrentaba a un mundo de adultos, sin las herramientas adecuadas para hacerlo.

-Mi madre le ofreció ayudarlo con la compañía- recordó que Felix le reveló, una de las tantas tardes en donde su esposo aún se encontraba de viaje- incluso comprarla, para que él pudiera hacer lo que quisiera, pero las palabras de Gabriel aún persisten en él

Marinette analizaba cada comportamiento con un nuevo punto de vista, y le molestaba saber que él parecía aceptar su destino, ser un hombre de negocios, dirigir una compañía de diseños cuando, claramente, su interés era cualquier cosa menos eso, se preguntó si era por ella.

-Eres una gran diseñadora- él dijo en otra ocasión, cuando se estaba quejando del cambio en la fecha límite- pero cuando estuvimos juntos dudaste demasiado, parecía que en realidad no querías entrar a este mundo de falsas apariencias.

Sometimes, You and MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora