21. For her Love

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“Por su amor // For her Love”

Felix no era un hombre que se caracterizará por tener amigos. Él era un hombre siempre solitario, introvertido, pero con una lengua afilada que podía dejar llorando al más duro de los hombres de negocios con los que normalmente convivía.

Felix no tenía amigos, no cuando la mayoría de sus “amigos” lo habían utilizado, o él interfiriendo en algunas relaciones en donde la chica, honestamente, también buscaban llegar a él.

Jamás rechazo a una hermosa chica, pero si dolía haber perdido algunas amistades verdaderas producto de sus indiscreciones.

Al menos aquellos lograron encontrar a alguien real con quien compartir su vida y no los escaladores sociales que iniciaban relaciones con los eslabones débiles de su grupo de amigos…ex grupo.

Felix decidió no buscar amistades, no cuando todas terminaron en desastre.

A sus 25 años estaba bien con ello, nadie lo usaba, él era sincero en sus intenciones y, en general, ningún corazón roto quedaba en el camino.

Pobres de aquellos que creyeron que él podría cambiar, siempre fue claro en sus condiciones y deseos.

A sus 27 comenzó a sentir la soledad autoimpuesta, pero no lo suficientemente desesperante como para acercarse a alguien o entablar algún tipo de relación. Su abuelo lo molesto por ello “Nadie es una isla” le dijo, él solo sonrió por la referencia.

A los 29 se encontró con viejos amigos, Allan y Claude, buenos amigos que alguna vez se vieron afectados por la infidelidad de sus parejas con él. El real arrepentimiento en su rostro cuando les pidió perdón, género el renacimiento de una amistad, ayudado también por la forma en que ambas chicas involucradas se acercaron a los hombres cuando supieron de sus jugosos ascensos en sus trabajos.

A los 30 la conoció.

Una mujer fuerte, con la cabeza bien puesta sobre sus hombros, realizada profesionalmente, con méritos propios, una lengua igual de afilada, sarcástica, capaz de defenderse ante cada ataque verbal que, en su opinión, no merecía.

Pese a malentendidos asociados a su primer encuentro, se volvieron amigos.

Amigos.

Jamás pensó volver a tenerlos, y mucho menos de una mujer a la cual ya había besado…

Al menos aquel hecho lo ayudaba a no distraerse preguntandose cómo sabrían sus labios, porque ya lo sabía.

Él ya lo sabía, y se estaba volviendo loco, ¿A quien engañaba al decir que solo quería una amistad con ella?

Cuando ambos escaparon de aquella fiesta y ella propuso ir a un simple restaurant de comida rápida, supo que Marinette sería importante para él.

Dispuesta a dejar el mundo del glamour, de la fama, de hermosos vestidos, y ella se veía hermosa en ese vestido, a favor de ir a sentarse a un asiento grasiento en un local cualquiera, pidiendo pescado con patatas fritas y una bebida de que no era dietética.

-Pensé que una chica cómo tú sería más- hizo un gesto hacia su propio traje.

-¿Qué? ¿Que no comería este tipo de comida en favor de mantener la figura?- ella dijo deteniéndose con las patatas a medio camino de su boca- los canapés de la fiesta no alimentan a nadie, además, he estado todo el día yendo y viniendo para que la fiesta que organizo tu abuelo sea adecuada, no he comido absolutamente nada… y se que al llegar a casa no estará el pastel que deje esta mañana- dijo suspirando con falsa tristeza- esos niños se lo habrán comido todo- ella lo miró fijamente- así que si me permites, comeré y escucharé lo que tengas que decir ‘primo’- ella se burló

Sometimes, You and MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora