#06

226 34 1
                                    

Todos estaban mirando quién entraba a la sala del trono, Jisung miraba y vió entrar a un hombre de cabello blanco, Jinyoung trago saliva y Jimin se notaba severamente nervioso, mientras que Yugyeom se escondía detrás de Jinyoung.

-Es el Rey Wong, tiene dos hijos, aunque se dice que su hijo Omega desapareció, otros dicen que falleció, ese hombre es muy estricto y además es muy serio, no es bueno dialogando así que si nos manda una declaración de guerra estamos acabados- habla Jinyoung.

-¿Porque estamos acabados?- pregunta Jisung.

-¿Es que acaso no lo sabes? Él tiene la mejor defensa en combates de guerra- habló Jimin está vez.

-No se ustedes pero yo quiero escuchar más de cerca- habla Jisung.

No escucha los reclamos y sermones de sus hermanos, y camina hacia la enorme entrada de el trono, apoya una oreja en la puerta tratando de escuchar algo.

-¡Ya le hemos dicho que aquí no se encuentra el príncipe perdido!- habla la Reina.

-¡La última vez que se vió fue en su reino, exijo verlo!

-podemos ayudarle con la búsqueda pero necesitamos información sobre su hijo- dice la reina.

-Su nombre es Wong Chenle y tiene el cabello castaño.

-¿Chenle? Creo haber escuchado ese nombre- dijo el rey.

Jisung comenzó a retroceder y cae al suelo tratando de procesar lo que había escuchado.

¿Había escuchado bien?

¿Hablaban del mismo Chenle?

¿Que debía hacer?

Se levantó del suelo y comenzó a correr, chocó con sus hermanos quienes lo miraron preocupados.

-¿Oye estás b-?-era Jinyoung.

Su voz se hacia cada vez más silenciosa, no podía escucharlo.

‹Quiero gritar, ¿Porqué no puedo hacerlo?› Jisung movía la boca pero no salía ninguna palabra.

Comenzaba a faltarle el aire.

‹Chenle.. ayúdame›
‹Por favor›
‹Sálvame›

-👑-

Chenle estaba recibiendo un recorrido por el palacio de los Lee, el príncipe Taeyong se había ofrecido a ayudarle, señalando algunas puertas con una sonrisa mientras le indicaba los cuartos a los que podía o no podía ingresar, pero claro, siempre tocando la puerta, no quería ver a nadie haciendo algo extraño.

Mientras hablaba Chenle le respondía, de pronto se detuvo, tocó su cuello con la yema de los dedos, le estaba comenzando a faltar el aire.

-a..yuda ..- susurró Chenle antes de desmayarse.

-¿Chenle?, ¡Chenle!

-¿Que sucedió?- preguntaban algunas señoras que aparecieron por casualidad al ver lo que había pasado.

-¡Llamen a un doctor!

Se escuchaban pasos corriendo de un lado a otro, el sonido era un tanto estresante, solo pasos corriendo.

De pronto Chenle dejó de oír.

Perdonenme Soy Omega 2- JichenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora